El Ministerio de Defensa de Brasil aclaró hoy que ningún oficial autorizó que fusileros navales al servicio de la embajada en La Paz escoltaran al senador boliviano Roger Pinto hasta la frontera para facilitarle la salida de Bolivia sin el debido salvoconducto.
La aclaración fue hecha en un comunicado divulgado este martes en medio de la crisis provocada en Brasil por la huida del senador de La Paz con clara complicidad diplomática y que ya provocó la dimisión del canciller Antonio Patriota.
De acuerdo con la nota, los fusileros navales que escoltaron al líder opositor boliviano tan sólo atendieron la petición del encargado de negocios de la embajada de Brasil en La Paz, Eduardo Saboia, para que lo acompañaran a él hasta la frontera.
Pinto, asilado desde mediados del año pasado en la embajada de Brasil en La Paz, abandonó la delegación diplomática el pasado viernes en un coche oficial al lado de Saboia y escoltado en otro vehículos por fusileros navales brasileños.
El senador llegó el sábado a Brasil y consiguió salir de su país sin el necesario salvoconducto.
"El día del viaje ninguno de los tres agregados militares brasileños en Bolivia estaba en La Paz debido a que habían viajado a Cochabamba para participar en un evento oficial del Ejército boliviano", afirma el comunicado.
Según la nota, los agregados dijeron no haber sido consultados en ningún momento sobre el desplazamiento del senador boliviano hasta la frontera con Brasil.
"De esa forma, ninguna autoridad brasileña, en el ámbito del Ministerio de Defensa, fue consultada o tuvo conocimiento del viaje antes de que el señor Roger Pinto ingresara a territorio brasileño", asegura.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa, una de las atribuciones de los fusileros es garantizar la seguridad de la embajada y de los miembros del cuerpo diplomático brasileño en Bolivia.
"Los militares participaron del viaje tras haber sido convocados por el encargado de negocios de la embajada en La Paz... La participación de los fusileros tuvo el objetivo exclusivo de garantizar la seguridad del diplomático brasileño", afirma.
El opositor Pinto estuvo alojado en la embajada brasileña desde el desde el 28 de mayo de 2012, cuando pidió asilo -le fue concedido diez días después- con el argumento de que el Gobierno le perseguía por motivos político.
El parlamentario, sin embargo, no podía salir de su país por la falta de un salvoconducto, que Bolivia negaba escudada en que había abiertos contra él varios juicios por corrupción.
Saboia alegó que le ofreció la ayuda a Pinto por razones humanitarias y debido a que, por problemas de salud provocados por su reclusión, su vida corría peligro.
El Gobierno boliviano ha exigido "explicaciones" a Brasil por la "fuga" del senador, a quien califica de "prófugo de la justicia", y manifestado su "profunda preocupación" por "la transgresión del principio de reciprocidad y cortesía internacional".
El lunes, tras trascender que Pinto había salido de Bolivia sin el debido salvoconducto y con ayuda de funcionarios de la embajada brasileña en La Paz, el hasta entonces ministro de Exteriores Antonio Patriota decidió presentar su renuncia, que fue inmediatamente aceptada por la presidenta Dilma Rousseff.
En declaraciones que concedió hoy a periodistas, la jefe de Estado calificó como "inaceptable" la salida del senador de Bolivia sin salvoconducto.
"Un país civilizado y democrático protege a sus asilados, a los que les debe garantizar la seguridad, sobre todo en relación a su integridad física", dijo Rousseff.