El Telégrafo
Ecuador / Martes, 09 de Septiembre de 2025

Espionaje militar pone en peligro el proceso de paz en Colombia

Miembros del Ejército colombiano patrullan en un barrio cercano al Parque Natural de La Macarena, en el departamento del Meta. Foto: AFP.
Para el senador de la unidad nacional el fin es sabotear los diálogos con las farc

Cuando el miércoles pasado una comisión de la Fiscalía de Colombia se desplazó hasta el comando del Ejército para recibir la documentación que prometió el comandante de ese cuerpo armado, sobre la extraña lista de correos electrónicos de periodistas y servidores públicos con la que contaba una central de inteligencia de las fuerzas militares, los investigadores se fueron con las manos vacías.

Este hecho, que podría pasar desapercibido para la opinión pública, representa para los analistas y politólogos una prueba de que algo se está cocinando por un ala de las Fuerzas Armadas, que son proclives al expresidente Álvaro Uribe, y que están en contra de las conversaciones de paz entre los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno y que se adelantan en La Habana.

Este escándalo de las listas de correos electrónicos de dirigentes políticos, funcionarios del gobierno, periodistas y representantes de organismos internacionales relacionados con el proceso de paz, es la copa que está rebosando la paciencia de varios sectores que quieren que lleguen a buen puerto los acuerdos.

Este caso, revelado por la Revista Semana, señala que una de las líneas de investigación hace referencia a los nombres de los miembros de la central de inteligencia del Ejército que estarían detrás de la búsqueda y recolección de datos, así como si existe alguna relación con el ‘hacker’ Andrés Fernando Sepúlveda Ardila, señalado por las autoridades de interceptar los correos electrónicos y mensajes personales de los delegados del gobierno en las negociaciones que se adelantan hace dos años con el grupo guerrillero.

Para el politólogo Bernardo Ramírez, el caso de las listas “debe sumarse al de las interceptaciones y escuchas que hace tiempo han salido a la luz pública, tanto de funcionarios del Gobierno como de analistas y líderes de movimientos sociales, que son partidarios de las conversaciones de paz”.

El experto sostiene que, además, “el gobierno del presidente Juan Manuel Santos debe investigar cuanto antes si está vinculado a las fuentes de inteligencia del Ejército que aparentemente están dejando filtrar información al expresidente Álvaro Uribe, como el viaje de los guerrilleros a  La Habana y la publicación de las coordenadas de su viaje”.

Por lo pronto, tras la revelación de este escándalo el Ejército Nacional prepara a finales de este año un cambio en la jefatura de inteligencia militar, mientras que un grupo de militares será sometido a pruebas de polígrafo en el desarrollo de las indagaciones para establecer su responsabilidad en esta nueva polémica que relaciona a miembros de la fuerza pública con recolección ilegal de información y datos reservados.

El abogado y columnista Ramiro Bejarano, uno de los que aparece en la lista correos de periodistas y personalidades en poder de inteligencia del Ejército, aseguró que al interior de las Fuerzas Armadas hay una cultura de espionaje y señaló al uribismo de aprovecharse de cierto descontento en ese estamento para agravar la situación.

Afirmó que no es lo mismo que los correos estén en el Comando del Ejército a que estén en manos de   inteligencia.

Para el senador del partido de la Unidad Nacional, Roy Barreras, esta historia no es nueva y tiene como denominador común perseguir a los que defienden el proceso de paz porque el fin es sabotearlo.

Pero también alertó que lo que ello demuestra es que ha habido una clara intención de politizar a las fuerzas militares, sembrando miedo a su interior con un discurso que ha creado la oposición.

Por su parte, el abogado y columnista Rodolfo Arango dijo que la existencia de esta lista es preocupante por el contexto y la filtración de información de operaciones al expresidente Uribe.

Por eso consideró necesario que el presidente separe del servicio a varias personas de inteligencia.

“El gobierno tiene en parte la culpa”, afirmó y dijo echar de menos una denuncia del presidente Santos, como jefe superior de las fuerzas militares, contra Uribe en la Comisión de Acusación, por todo lo que ha pasado en contra del proceso de paz.

A su turno, el senador de izquierda, Iván Cepeda Castro, anunció que adelantará un debate de control político a todos los intentos de distintos sectores por sabotear el proceso de paz.

Luego de la aparición de la lista de la Central de Inteligencia Militar, Cepeda dijo que “el país debe saber qué hay detrás de todo esto porque al parecer se configura una especie de plan macabro para acabar con el proceso de paz”.

Datos

El jefe de inteligencia militar, Mauricio Forero, fue obligado a tomar vacaciones mientras se investiga si su agencia espiaba los correos de decenas de periodistas, diplomáticos y negociadores de paz.

En la lista se encuentran correos de miembros del equipo negociador del gobierno en los “diálogos de paz” con el grupo armado FARC.

En 2009, durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe, la inteligencia militar colombiana fue protagonista del escándalo conocido como ‘chuzadas’ por espiar a ciudadanos.

Una vez que se divulgó el caso, 12 generales salieron de la institución en un remezón sin antecedentes. El general Óscar Naranjo fue nombrado como director y hasta allí llegó el episodio.