El Telégrafo
Ecuador / Jueves, 21 de Agosto de 2025

Sarkozy afirma que no cometió ningún delito

Podría afrontar hasta 10 años de prisión

París

Nunca en la historia de Francia un ex presidente había sido puesto bajo arresto. Esto ocurrió con el expresidente francés Nicolas Sarkozy, quien aseguró que está “profundamente sorprendido” por su imputación de corrupción activa, tráfico de influencias y encubrimiento de la violación del secreto profesional.

Aseguró que “nunca” cometió un acto contrario a los principios republicanos, según un extracto de la entrevista en la cadena ‘TF1’ y a la emisora ‘Europe 1’.

La entrevista completa, la primera tras la imputación, se difundió ayer. En la misma, Sarkozy, que gobernó Francia entre 2007 y 2012, aseguró que “el sindicato de la magistratura tiene la obsesión de destruirme”.

En opinión de Sarkozy, que este martes declaró ante la policía judicial y en calidad de detenido durante 15 horas, se le colocó bajo detención preventiva con la intención de humillarlo, y se está dando una imagen de él que no se ajusta a la verdad. “Digo a quienes nos escuchan o nos ven que jamás he traicionado su confianza, que jamás he cometido un acto contrario a los principios republicanos o al estado de derecho”, aseguró el exmandatario en ese avance.

El político conservador, primer exjefe del Estado francés obligado a prestar testimonio como detenido, subrayó que no pide “ningún privilegio” y que si ha cometido los hechos que se le atribuyen “asumirá todas las consecuencias”, porque no es un hombre “que escape de mis responsabilidades”.

Consideró que “la situación es lo suficientemente grave” como para que se pronuncie y diga ante la ciudadanía que en Francia, “el país de los derechos humanos, el del estado de derecho”, se está dando actualmente “una instrumentalización política de una parte de la justicia”.

Imputado por “corrupción”

Según informó la Fiscalía, el caso de Sarkozy se origina por la presunta financiación ilegal de sus campañas electorales.

La imputación se produjo tras 15 horas de declaración ante la policía judicial en calidad de detenido, en la sede de la brigada anticorrupción de la policía judicial en Nanterre. Posteriormente, el expresidente fue trasladado al juzgado, donde se le comunicó la imputación. Finalmente, fue puesto en libertad en la madrugada.

A través de las escuchas telefónicas, los investigadores dedujeron que Sarkozy y sus asesores recibían de un alto magistrado filtraciones sobre las instrucciones en curso contra el político. Para el delito de “tráfico de influencias” están previstas penas de hasta 10 años de prisión y 150.000 euros de multa.

Mientras que el Código Penal francés contempla la prohibición de ejercer cargos públicos. Con la imputación, Sarkozy se juega un eventual regreso a la política. Según el último sondeo de BVA, realizado en junio, un 31% de los franceses sigue confiando en él.