“Por ser de los 33 nos cerraron las puertas”
Juan Carlos Aguilar, de 54 años, se ha dedicado a la minería desde que tenía 15. Por eso, cuando el jueves 5 de agosto de 2010 ocurrió el derrumbe en la mina San José, en el norte de Chile, no se sorprendió tanto. Tras el accidente, del cual la semana pasada se cumplieron cinco años –fecha que coincidió con el estreno de una película sobre los 33 mineros atrapados y rescatados luego de dos meses-, a este trabajador chileno le fue muy difícil reinsertarse laboralmente. De hecho, estuvo tres años sin trabajo, como cuenta en esta entrevista con ELTELÉGRAFO.
¿Qué recuerda del día en que ocurrió el accidente en la mina San José?
Es un recuerdo que está en todos. Lo tengo aún en la mente. Recuerdo todo, aunque nada en particular.
¿Usted había tenido algún accidente similar en otra mina?
Sí, una vez.
Cuando ocurrió la tragedia, ¿usted pensó que lograría salir con vida más de dos meses después?
Bueno, en este tipo de situaciones uno nunca tiene que perder la fe. Se debe pensar siempre positivo, porque, imagínese, pensar que uno no va a salir y se va a morir no ayuda, no se puede. Uno tiene que pensar positivo, en todas las cosas que le pasen en la vida.
¿Alguno de sus compañeros perdió las esperanzas durante el encierro?
Desconozco aquello.
¿Qué recuerda del día del rescate?
Yo desde los 15 años ando metido dentro de las minas. La verdad que ese día no sentí nada especial. La cápsula estaba forrada. Pero yo en otros piques mineros ya había bajado en cápsulas construidas con tarros. Así que no sentí nada especial.
¿A quién quería ver primero una vez que logró salir con vida a través de la cápsula Fénix?
Lo primero que quería era salir con vida. Y de ahí dar las gracias a Dios y después encontrarme con la familia.
¿Qué fue lo que hizo usted inmediatamente después del rescate?
Nos llevaron al hospital de campaña. Después de que salí de la cápsula estaba mi esposa esperándome. Mi familia estuvo 70 días afuera de la mina esperando, orando, luchando para que nos sacaran, para que no nos dejaran adentro de la mina.
¿Y qué hizo después?
Celebramos en familia. Yo soy de la localidad de Los Lagos, en el sur de Chile. Antes de volver a mi casa, después de que me dieron el alta médica, nos fuimos unos días de vacaciones a Bahía Inglesa. Después retornamos al sur.
¿A qué se ha dedicado usted en estos últimos cinco años?
A la minería. Nunca dejé mi oficio. Pero me costó volver a trabajar, porque se nos cerraron las puertas en vez de abrirse para los 33. No nos abrieron las puertas. Fue todo más difícil. Uno pedía trabajo y me decían que esperara, que esperara, que esperara y así pasaron los meses, los años y nada.
¿Usted atribuye esto por ser de los 33?
Sí, por ser de los 33 se nos cerraron las puertas.
¿Hubo algún prejuicio?
Pienso que sí. Estuve tres años tocando puertas, intentando conseguir trabajo. Tres años sin trabajo, solo haciendo trabajos y reparaciones temporales para tener algo que comer. Pero todo sin contrato, así no más.
¿Y ahora en qué está trabajando?
En la minería de nuevo. En el norte, al interior de la ciudad de Antofagasta, con contrato y en una empresa que le presta servicio a la minera Yamana. Con todas las de la ley.
¿Usted mantuvo contacto con sus compañeros en estos cinco años?
Sí, nos hemos visto. Aunque nadie de los 33 está trabajando conmigo.
¿Cree que Chile se olvidó de los 33?
En Chile somos así. Ganamos la Copa América hace poco, pero ahora nadie se acuerda de eso. Nos olvidamos rápido.
¿Tuvo oportunidad de ver la película sobre los mineros?
Sí. Es una película de Hollywood, entonces no es como pasó de verdad. Pero la vimos y me gustó. Me emocionó. Imagínese una película con esos actores como Antonio Banderas, uno se emociona. La recomiendo. (I)