Es el fanático número uno de Freddy Mercury. En su fiesta de casamiento con su actual esposa, Juliana Awada, en el año 2010, se puso un bigote postizo y comenzó a imitar al fallecido cantante de la legendaria banda británica Queen. Pero cuando quiso tomar aire, aspiró tan profundo que se lo tragó. Casi se ahoga.
Mauricio Macri de joven soñó con ser Freddy Mercury. Pero el ex presidente de Boca Juniors y actual jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no es carismático y tiene serios problemas para vocalizar.
Ahora, en la intimidad, tiene otro sueño: unir en torno suyo a la oposición a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Macri quiere convertirse, en dos años, en el Henrique Capriles argentino.
“Hay que seguir dialogando (entre la oposición), encontrar puntos en común. No tenemos diferencias de fondo”, manifestó Macri, líder de Propuesta Republicana (PRO, de derecha) y alcalde de la capital argentina desde 2007.
Hoy a la oposición argentina la une el espanto de no haber generado, en 10 años, una propuesta que agrupe a los descontentos con el gobierno que se movilizaron en tres marchas multitudinarias en el último año contra la inflación, las estadísticas oficiales, la corrupción, la reforma judicial, la inseguridad, entre otros reclamos.
El sueño de Macri se centra entonces en el espanto que genera en la oposición cualquier mención al “kirchnerismo”.
Pero aglutinar en una alianza a la derecha del PRO con la centrista Unión Cívica Radical (UCR) del fallecido presidente Raúl Alfonsín, el peronismo disidente (derecha), el Partido Socialista y la centroizquierdista Coalición Cívica, es mezclar el agua y el aceite.
Por lo cual los asesores de Macri piensan en algo más plausible: liderar un proyecto de centro-derecha para desbancar al “kirchnerismo” en las elecciones presidenciales que se realizarán en 2015.
Diego Guelar, titular de la secretaría de política exterior del PRO, es uno de los impulsores de la alianza. “El caso de Capriles en Venezuela o de la Concertación en Chile –dice Guelar a EL TELÉGRAFO- no pareciera ser el camino argentino. Es muy difícil la unidad absoluta de la oposición”, afirma.
Según Guelar, “el kirchnerismo explotará hacia 2015” y las alternativas serán “una formación de centroizquierda (UCR, Socialismo y otros afines) y una segunda con el PRO y el peronismo disidente que se nuclee alrededor de Macri”.
Pero ¿quién es en realidad Macri? Sus allegados suelen afirmar que su jefe político solo tiene miedo a una cosa: que hable su padre, Franco Macri. En una de sus últimas declaraciones públicas, el exitoso empresario de origen italiano dijo que “hay una evolución positiva de la economía y del proyecto de la presidenta”. Y no le tiró rosas a su hijo: “si por mí fuera Mauricio no estaría en política”.
Mauricio, de 54 años e ingeniero civil, es un fiel exponente de la alta burguesía nacional. Trabajó con su padre en las empresas del poderoso Grupo Macri. Pero su nombre comenzó a ser conocido cuando en 1991 fue secuestrado durante 12 días por policías que terminaron detenidos y condenados.
PERFIL
Mauricio Macri nació en la ciudad de Tandil, provincia de Buenos Aires, el 8 de febrero de 1959.
Egresó como Ingeniero Civil en la Universidad Católica Argentina.
Su actividad pública inició en 1995 al ser designado presidente del Club Atlético Boca Juniors.
Desde 2005 hasta 2007 Mauricio Macri fue diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En 2007 fue elegido jefe de Gobierno de Buenos Aires y en 2011 lo reeligieron.
Hincha fanático de Boca Juniors, decidió en 1995 que la presidencia del club sería su trampolín hacia la política. Ganó las elecciones ese año y llevó al club a un período de oro conquistando 17 títulos, entre ellos cuatro Libertadores y dos copas del mundo.
Su éxito lo llevó a fundar Compromiso por el Cambio, con el que accedió al Congreso como diputado en 2003 y fue candidato a alcalde en 2005, cuando perdió las elecciones. Ese mismo año creó el PRO, con el cual llegó a la jefatura de gobierno de la ciudad dos años después y fue reelegido en 2011.
Para el legislador “kirchnerista” Francisco Nena, “Macri llama a una unidad vacía de sentido porque su proyecto de país es el de las corporaciones financieras que nos quieren de rodillas. Patalea porque las decisiones ya no se toman en los cenáculos empresariales sino en la Casa Rosada”, indicó.
La principal plataforma para lanzar la candidatura de Macri a la presidencia se recuesta en el Grupo Clarín, el multimedios enfrentado con el gobierno y desde el cual se lo protege. Esta protección mediática es tal, que si a cualquier argentino desprevenido se le pregunta quién es el político con proyección presidencial actualmente procesado en la justicia, no dudará en responder “Amado Boudou”, el vicepresidente investigado en causas de corrupción a las que el Grupo Clarín dedica periódicamente sus portadas. Pero Boudou no está procesado. Macri, sí Aunque pocos lo sepan.
¿La causa? Espionaje telefónico a dirigentes opositores, empresarios, sindicalistas y hasta un ex cuñado peleado con su hermana. El juez Norberto Oyarbide lo procesó como “partícipe necesario de asociación ilícita”. La Cámara Federal confirmó la decisión: según su dictamen Macri “conoció y prestó su consentimiento para instalar” en su gobierno “un aparato de inteligencia prohibido”. Pero de eso, poco se habla.