La cumbre de Viena termina sin un acuerdo formal sobre la migración
Cientos de personas duermen sobre pedazos de cartones en un tren con dirección a Serbia. Otros miles esperan en línea por lograr una tarjeta migratoria en Grecia, que les permita viajar al interior de la UE (Unión Europea). La avalancha de migrantes en la UE sigue sin freno. Fue el tema central de la Cumbre en Viena. Los jefes de Gobierno de Alemania y Austria, Angela Merkel y Werner Faymann, respectivamente, instaron a resolver lo que llaman “crisis de refugiados”.
La cumbre terminó sin medidas concretas aunque expuso las grandes diferencias de enfoque y prioridad entre los países de tránsito, como Macedonia y Serbia, y los de destino, como Austria, Alemania e Italia. Mientras que, Macedonia y Serbia solicitaron más dinero para gestionar la crisis en su territorio, Alemania y Austria pusieron el acento en un reparto justo del número de refugiados entre los socios de la Unión Europea (UE).
Migrantes mueren en Austria
La jefa del Gobierno germano se mostró “conmocionada” por la noticia del hallazgo de entre 20 y 50 supuestos refugiados muertos en un camión frigorífico abandonado en Austria. “Estas personas estaban en camino para buscar mayor seguridad y protección y han muerto de forma trágica”, afirmó, para criticar a los traficantes de personas que juegan con la vida de migrantes por mero beneficio.
“Esta tragedia nos insta a afrontar el tema de la inmigración de forma rápida y con espíritu europeo, el de la solidaridad”, agregó, y recordó que ahora hay un número de refugiados en el mundo sin parangón desde la II Guerra Mundial.
Merkel afirmó que la normativa europea de Dublín sobre asilo “no funciona” y que se requiere una “solución común” en el continente ante los miles de refugiados que han llegado en los últimos meses.
“Es mi firme convicción de que Europa, como continente rico, está en situación de resolver el problema” de la masiva llegada de personas que huyen de los conflictos y buscan refugio y una vida segura, dijo Merkel en rueda de prensa.
El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, por su parte, pidió “los mismos estándares y procedimientos” en las solicitudes de asilo y “el compromiso de todos de registrar a los refugiados”, en alusión a los países que no toman los datos de los recién llegados y les permiten viajar al norte de Europa.
Su homólogo austriaco y anfitrión de la cumbre, Sebastian Kurz, calificó el hecho como “vergonzoso” y acusó a las autoridades helenas de trasladar deliberadamente a los refugiados hacia el norte de Grecia, desde donde pasan a Macedonia, Serbia y Hungría.
Según la Convención de Dublín, la petición de asilo debe tramitarse en el país Schengen por el que entra el migrante. Esto convierte a Grecia y Hungría en principales gestores del proceso y territorio de acogida nominal, según la ley, y en consecuencia responsables de una carga administrativa que repentinamente se ha vuelto insoportable.
Para aliviar la situación, el pasado lunes Alemania suspendió la aplicación del protocolo de Dublín. Esto alentó la esperanza de los migrantes de vincular sus peticiones al país germano, con la consiguiente negativa de ser registrados en Grecia o Hungría y el redireccionamiento de la avalancha hacia Alemania, que espera recibir este año 800.000 solicitudes, casi 4 veces más que el año pasado, solicitarán asilo en el país, mientras que en Austria las autoridades estiman que serán 80.000.
Por su parte, la responsable de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, afirmó que la tragedia vivida ayer en Austria es un recordatorio de los desafíos que afronta Europa.
“Tenemos una obligación moral y legal de proteger a los refugiados”, destacó Mogherini, que reclamó un “enfoque europeo” para afrontar la llegada de personas de zonas de conflicto. “No podemos continuar como hasta ahora, con un minuto de silencio cada vez que vemos a gente morir”, declaró.
La funcionaria europea agregó que ya se trabaja en nuevas propuestas y citó la elaboración de “una lista común de países de origen seguros y un mecanismo de recolocación”.
En un principio, el objetivo de la reunión era fomentar la cooperación regional e intensificar las reformas políticas para allanar el camino de los países balcánicos a la UE.
Sin embargo, la cita se vio marcada por la crisis migratoria que azota la región, donde miles de personas pasaron en las últimas semanas por Macedonia y Serbia para alcanzar Hungría, miembro del espacio Schengen de libre circulación comunitaria.
De allí, los refugiados se trasladan a la vecina Austria y luego hacia el norte de Europa, sobre todo a Alemania y Suecia.
Serbia y Macedonia, los países de tránsito
El ministro de Exteriores de Serbia, Ivica Dacic, lamentó la falta de un plan de acción europeo y acusó a varios países de desestabilizar Oriente Medio y dejar que las consecuencias las asuman otros estados.
“Es fácil entrometerse (en los conflictos) y luego dejar pagar a otros el precio por ello”, dijo Dacic, en una alusión velada a Estados Unidos y sus grandes aliados europeos.
Su homólogo macedonio, Nikola Poposki, reiteró la necesidad de más ayudas financieras. “A menos que encontremos una respuesta europea, no deberíamos tener la ilusión de que esto pueda ser resuelto”, advirtió el ministro macedonio, cuyo país recibe cada día unas 3.000 personas que llegan desde Grecia. La Comisión Europea anunció el miércoles una partida de 1,5 millones de euros para las naciones.
Aunque ambos tienen el estatus de “países en vía de adhesión”, ni Macedonia ni Serbia son países miembros de la UE. Están en el camino de decenas de miles de refugiados de las guerras en Oriente Medio, sirios e iraquíes, además de afganos, que han cruzado los Balcanes en las últimas semanas. (I)