El tribunal de casación, la mayor instancia judicial francesa, aceptó como prueba las escuchas telefónicas (audios) que condujeron a la inculpación del expresidente Nicolas Sarkozy (2007-2012) por un caso de corrupción y tráfico de influencias.
El exjefe de Estado es sospechoso de haber intentado obtener de un exmagistrado informaciones confidenciales. Esta decisión podría comprometer sus ambiciones presidenciales para 2017. (I)
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