El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, reiteró ayer que no cederá frente a los miles de manifestantes que exigen desde hace siete días su dimisión y denunció la implicación de terroristas en el movimiento de contestación.
Horas antes de regresar a Turquía tras una gira de tres días por el Magreb (región del norte de África), el jefe de gobierno descartó renunciar al polémico proyecto de urbanización de la plaza Taksim de Estambul que desencadenó la ola de protestas en contra de su régimen.
“Llevaremos este proyecto hasta el final (...) no permitiremos que una minoría dicte su ley a la mayoría”, manifestó ante la prensa.
Asimismo, Erdogan denunció la presencia de “extremistas”, algunos de ellos “implicados en terrorismo”, aludiendo a un grupo de extrema izquierda que reivindicó un atentado contra la embajada de Estados Unidos en Ankara en febrero.
El miércoles, decenas de miles de personas desfilaron en las principales ciudades respondiendo al llamamiento de dos poderosos sindicatos de izquierda, sobre todo en Estambul y Ankara, para exigir la renuncia del primer ministro.