El papa Francisco, quien se entrevistó ayer con el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, destacó la necesidad de que los gobiernos del mundo protejan de modo “unánime” la libertad religiosa, que calificó de derecho fundamental.
“En el mundo de hoy se habla de la libertad religiosa más a menudo de lo que se la concreta”, lamentó el Papa.
Para Francisco “es un deber de todos defender la libertad religiosa y promoverla, pues en la tutela de este bien moral se encuentra una garantía del crecimiento y de desarrollo de toda la comunidad”.
Respecto a Italia, Francisco pidió esfuerzos para superar las divisiones y crecer en la justicia y en la paz.
Las relaciones entre la Santa Sede e Italia son estrechas. (