El Telégrafo
Ecuador / Sábado, 23 de Agosto de 2025

Varias agencias

Bogotá.-

El acuerdo de paz que habrían firmado el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) establece la reincorporación de los guerrilleros a la vida civil, así como una serie de medidas para garantizar el desarrollo económico del país mediante la inclusión de aquellas comunidades afectadas por el conflicto armado.

La emisora local RCN  divulgó ayer el supuesto documento que el gobierno y las FARC comenzaron a discutir el 23 de febrero como paso previo al diálogo de paz que podría comenzar próximamente. Según el texto dado a conocer por el  director de la radio y ex vicepresidente, Francisco Santos, las “conversaciones exploratorias” que confirmó el presidente Santos el lunes se formalizarán en Oslo (Noruega y luego la trasladarán a La Habana, Cuba), que será la sede permanente del diálogo, con el apoyo del Gobierno venezolano “como facilitador de logística y acompañante”. También intervendrá Chile, que estará como “acompañante” en el proceso.

Según el llamado “Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera” que, según medios periodísticos, fue alcanzado el pasado lunes en la capital cubana tanto la guerrilla como las autoridades colombianas se comprometen a “iniciar conversaciones directas e ininterrumpidas” sobre los puntos de la agenda establecida con el principal objetivo de “alcanzar un acuerdo final para la terminación del conflicto que contribuya a la construcción de la paz estable y duradera”.

En las sesiones de la mesa participarán hasta diez personas por delegación, de las cuales hasta cinco serán “plenipotenciarios” que serán a su vez portavoces. Cada delegación estará compuesta hasta por treinta representantes.

El documento no precisa plazos, pero señala que las discusiones deberán hacerse de “manera expedita y en el menor tiempo posible, para cumplir con las expectativas de la sociedad sobre pronto acuerdo”. “En todo caso, la duración estará sujeta a evaluaciones periódicas de los avances”, subraya el texto.

La agenda que se debatirá en los diálogos entre la guerrilla y el gobierno se centrará en los temas económicos y sociales, haciendo especial énfasis en la política agraria por considerar que es “determinante para impulsar la integración de las regiones y el desarrollo social y económico equitativo” de Colombia.

También se abordará el desarrollo social enfocado en la salud, educación, vivienda y erradicación de la pobreza.
Otro de los asuntos de gran importancia tiene que ver con los “derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política en general y en particular para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del acuerdo final” con las FARC.

Ambas partes discutirán sobre los “mecanismos democráticos de participación ciudadana, incluidos los de participación directa, en los diferentes niveles y diversos temas” y además analizarán las “medidas efectivas para promover mayor participación en la política nacional, regional y local de todos los sectores, incluyendo la población más vulnerable”.

Fin de la violencia

En el acuerdo las FARC se comprometen a entregar las armas y poner fin de forma definitiva a las hostilidades, esto con la garantía de que puedan reincorporarse “a la vida civil en lo económico, lo social y lo político, “de acuerdo a sus intereses”.

El gobierno de Santos se comprometerá a revisar la situación de los guerrilleros privados de libertad, procesados o condenados, y de forma paralela “intensificará el combate para terminar las organizaciones criminales y sus redes de apoyo, incluyendo la lucha contra la corrupción y la impunidad, en particular contra cualquier organización” criminal.

Todo esto se logrará mediante reformas legales que se plantearán más adelante y que incluirán medidas para esclarecer “entre otros, el fenómeno del paramilitarismo” que, en su momento, contribuyó al empeoramiento del conflicto armado colombiano.

Narcotráfico

El acuerdo también plantea soluciones al grave problema del narcotráfico que durante años ha sufrido Colombia, uno de los mayores productores de coca del planeta, gracias en parte a que las FARC se sostenían con los ingresos del tráfico ilegal de estupefacientes.

Las autoridades, con el apoyo de la guerrilla, deberán llevar a cabo “programas de sustitución de cultivos ilícitos” y “planes integrales de desarrollo con participación de las comunidades en el diseño, ejecución y evaluación de los programas de sustitución y recuperación ambiental de las áreas afectadas” por las plantaciones.

Ecuador ofrece su colaboración para diálogos de paz

El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, calificó ayer como “maravillosa" la noticia del inicio de un proceso de negociación de paz entre el Gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Patiño dijo que Ecuador colaboraría “en cuerpo y alma” si le pidieran que ayudara en las conversaciones. “Si esto se concreta es la mejor noticia que habrá recibido América Latina en décadas. Han sido seis décadas de violencia y conflicto de una guerra terrible”, afirmó el funcionario.