Escribo este texto mientras como coincidencia iTunes me envía un mensaje invitándome a comprar música de Caetano Veloso. Es indiscutible que Brasil está de moda. Ser sede de un Mundial causa eso y te pone en el ojo del mundo, por lo bueno y por lo malo.

A Alemania le pasó lo mismo, la utilización de símbolos fascistas, como por ejemplo, el casco nazi en la cabeza de los aficionados, originó grandes protestas en el país semanas antes de que inicie la Copa del Mundo 2006.

Igual situación vivió Sudáfrica y como éste muchos otros países que por alojar al rey de los deportes atraen las luces hacia ellos. Y seamos honestos, si defiendes una causa, ¿no sería este el mejor momento para intentar que las autoridades escuchen?, ¿no te indignaría observar un gasto en infraestructura deportiva cuando los hospitales te hacen esperar meses para una cita?

A Brasil le duelen muchas cosas además de la goleada de Alemania. Brasil temió y teme que la derrota futbolera no solo afecte su prestigio de invencible y dueño del jogo bonito, sino que también encienda los reclamos mayormente apaciguados con los triunfos. De eso hablaba David Luiz cuando dijo que el fútbol era lo que más alegrías les regalaba ahora. Era el bálsamo de la crisis.

La criminalización de la protesta social en América ha provocado silencios autoimpuestos, el terror a la falta de garantías calla a muchos. Sin embargo, con tantos ojos mirando, la sensación de seguridad para alzar la voz aumenta. El Estado está muy preocupado de su imagen y mide cada paso, en ese contexto, salir a la calle da menos miedo. Pero, ¿qué le duele a Brasil? En el país de la Cashaça hay distintas luchas y cada una de ellas merece ser oída. Pero, ¿qué exactamente les duele?:

Les duele la falta de inversión pública en educación

Los manifestantes demandan más inversión en educación en protesta contra los millonarios gastos públicos para preparar el país para el Mundial.

Los profesores de la red de enseñanza pública del estado de Río de Janeiro están en huelga desde el 12 de mayo, en reclamo de un aumento del 20% para todos los trabajadores de la educación: municipales y estatales.

Les duele la falta de inversión pública en salud

En materia de salud pública los protestantes exigen hospitales con dignidad, sin meses de espera de citas para ser atendidos, sin colas inhumanas y exigen ser tratados con mayor respeto. Uno de los antecedentes que motivan estos reclamos fue la muerte de 25 recién nacidos en 15 días en un hospital de Belem, en el Estado do Pará.

Les duele la falta de inversión pública en transporte

Las paralizaciones han sido convocadas por conductores que se han rebelado frente a sus propios sindicatos y rechazado acuerdos salariales alcanzados por éstos; consideran que los aumentos consensuados son inferiores a los que se reclamaban en las negociaciones.

Los obreros del Metro de Sao Paulo, la ciudad más poblada del país, anunciaron protestas 10 días antes de la inauguración del Mundial.

Les duele la prostitución infantil y tráfico de personas

Si bien la prostitución es legal a partir de los 14 años, hay muchas niñas menores vendiendo sexo. Según la Unicef, son alrededor de 250 mil. Un gran número de ellas vendía su cuerpo a los trabajadores del Arena Corinthians por menos de 4,7 dólares durante sus horas de comer.

Les duele la policía

Los agentes de la Policía Federal y de la Policía Rodoviária (de carreteras) promueven marchas en Brasilia, la capital, para reivindicar una nueva política de seguridad pública. Reclaman reajustes salariales y mejoras en la ‘política de seguridad’.

Les duelen los obreros fallecidos durante las Obras para el Mundial

Las manifestaciones buscan que el estado otorgue una pensión vitalicia para las familias de los obreros muertos e incapacitados durante las obras de la Copa. Son 9 los que han muerto durante los trabajos realizados en los estadios que son sede del torneo, cuyos gastos superan con diferencia los efectuados en los 2 últimos mundiales en Sudáfrica y Alemania.

Les duele no tener vivienda

En Sao Paulo existen hoy cerca de 290.000 edificios deshabitados, según la Secretaría Municipal de Habitación. A pesar de ello, cerca de 3,2 millones de personas viven en condiciones inadecuadas, de acuerdo con un informe municipal. Esto significa que o no son propietarios por ser casas construidas irregularmente —como las favelas—, pagan un alquiler excesivo o viven en áreas de riesgo.

Se trata del 30% de los más de 11 millones de habitantes de la ciudad. En esta situación y a menos de un kilómetro del estadio en que se jugó el partido inaugural de la Copa, el Arena Corinthians, hay una comunidad compuesta por 300 familias que esperan viviendas populares y viven con un alcantarillado abierto y problemas de abastecimiento eléctrico.

En la zona se instaló uno de los campamentos del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo, que reúne actualmente a 5.000 familias en la denominada ‘Copa do Povo [Copa del Pueblo]’, quienes reclaman una casa propia del programa federal Minha Casa Minha Vida.

Le duelen los Pueblos Indígenas

Medio millar de líderes indígenas de 100 etnias de todo Brasil se sumaron a las protestas antimundial y subieron al techo del Congreso en reclamo de políticas para sus pueblos, que abarcan desde mayor inclusión hasta mejoras en las políticas públicas tendientes a beneficiar su calidad de vida y la de sus comunidades.

Está en manos de Dilma Rousseff cumplir con una obligación estatal: permitir el legítimo derecho a manifestarse y atender las demandas de los ciudadanos para garantizar la democracia sin usar la violencia como herramienta de control. Y es que las exigencias se controlan siendo atendidas.