Se jugaban las Eliminatorias Europeas para el Mundial de Sudáfrica 2010 y en el banquillo de Inglaterra se encontraba el técnico italiano Fabio Capello. El ‘azzurra’ mostró su estricta personalidad cuando le pidió al delantero Andy Carrol que abandone la bebida. El control a sus jugadores llegó a tal punto de encontrar a Wayne Rooney y Frank Lampard en fiestas.

Como entrenador, Capello es un perfeccionista. Uno de sus múltiples sobrenombres es el de ‘Sargento’, aunque otros prefieren llamarle ‘el coleccionista de títulos’. Le gusta controlar todo, que sus jugadores cumplan al pie de la letra la planificación que él diseña y la ejecuten a la perfección, sin correr riesgos.

Cuando el matrimonio formado por Guerrino y Evelina Capello trajo al mundo a Fabio -el 18 de junio de 1946 en San Canzian d’Isonzo-, aportó uno de los personajes más influyentes del fútbol.

El padre luchó e insistió que no descuide sus estudios a la vez que crecía su afición por el balón. Durante su niñez y adolescencia compaginó su carrera en Geometría con su incipiente camino como futbolista.

Como profesional militó en la Roma (1967-69), Juventus (1969-76) y Milan (1976-78), precisamente los 3 equipos con los que más tarde ganaría la liga como director técnico, un honor que luce en exclusividad: ningún otro técnico ha conquistado el ‘scudetto’ con 3 conjuntos diferentes.

Su trabajo en el banquillo de San Siro, donde llegó como sustituto de un mito llamado Arrigo Sacchi, lo ubicó en el primer nivel del fútbol europeo y mundial, gracias, entre otras cosas, a la Copa de Europa que ganó en 1994 al Barcelona de Cruyff. A su Milan se le llegó a denominar ‘Los invencibles’.

Su llegada al banquillo del Real Madrid (1996) cambió para siempre su vida, pero más en el plano personal que en el profesional. Descubrió y se enamoró de España, que desde entonces sería su segunda patria.  

Abrazó el jamón, el vino y los toros como si fuera la pasta y la moda -que enloquecen a los italianos-, compró incluso una casa en Marbella donde pasa sus vacaciones.

Luego de dirigir al conjunto ‘merengue’ llegó a la dirección técnica de la Selección de Inglaterra. Su misión principal era clasificarla para el Mundial de Sudáfrica 2010. El primer objetivo lo logró, pero durante la Copa toda la ilusión terminó luego de la eliminación ante Alemania (4-1).

Capello, amante del balón, porque antes de ser entrenador fue jugador, aceptó ‘con gusto’ la propuesta de la Selección Rusa. Bajo el mando del italiano, los rusos consiguieron el boleto a la Copa del Mundo de Brasil, superando una ausencia de 12 años a este tipo de eventos, con un estilo en el que predomina el orden táctico, la fuerza y el juego ofensivo.

En su momento le preguntaron por qué decidió dejar la dirección futbolística luego del Mundial de Rusia 2018. Él contestó con seguridad: “Para ese entonces tendré 71 años, ¡basta, muchachos!, ¡es hora de decir adiós”.