¿Sabía que Napoleón murió de cáncer?
Un refrán popular indica que hay mentiras que de tanto repetirlas, se vuelven verdad. Así parece en los casos de estos personajes y conspiraciones, pero la Historia se vale del método científico para descubrir la verdad.
La salud mental de Napoleón
Cada vez que en el cine o en las caricaturas vemos la representación del emperador Napoleón Bonaparte, es un dictador medio loco y acomplejado por ser extremadamente bajo. Estos 2 tópicos son falsos. Investigaciones recientes comprobaron que Napoleón medía 5 pies y 2 pulgadas es decir, 1 metro con 68 centímetros, un tamaño por encima del promedio de los franceses del siglo XIX. El origen del mito podría estar en que siempre estaba acompañado por su guardia personal, escogida entre los soldados más altos de sus ejércitos.
La supuesta locura de Napoleón es otro mito creado por sus enemigos que con calumnias -como estas- buscaban destruir la imagen de héroe que tenía para muchos europeos. Las caricaturas de periódicos ingleses de la época, lo representan como un loco rey de pacotilla, que exiliado en la isla de Santa Elena, ensayaba marchas con batallones de juguete.
Desprestigiaban así al hombre y al ejército que habían llegado a conquistar buena parte de Europa. No existe ningún testimonio histórico que ponga en duda la cordura de Napoleón, y a pesar de ello las caricaturas de locos en manicomio lo muestran con el típico sombrero del emperador y con una mano dentro de su chaqueta.
Sobre esta típica pose se ha dicho de todo: que así aliviaba una úlcera; porque tenía un defecto en esa mano o sencillamente porque estaba loco. Nada de eso es verdad.
El Instituto Napoleónico México-Francia explica que al emperador le enseñaron a comportarse de esa manera. Napoleón fue educado por sacerdotes católicos, y ellos empleaban un manual del decoro llamado “Reglas de la cortesía y de la urbanidad cristiana” escrito por el famoso padre Juan Bautista de La Salle.
Este libro en su capítulo XI dice: “Es un defecto cruzar los brazos sobre el pecho, entrelazarlos detrás de la espalda, dejarlos pender con indolencia, balancearlos al caminar… Si no se tiene bastón, ni guantes, es bastante común posar el brazo derecho sobre el pecho o sobre el estómago, poniendo la mano en la abertura de la chaqueta.”
Entonces, al posar para la posteridad, tanto Napoleón como muchos de sus contemporáneos, se ponían en la forma adecuada para un caballero.
Tampoco es verdad que Napoleón murió loco; en realidad lo mató un cáncer estomacal, enfermedad de la que también murieron su padre y su hermana Paulina. Esta conclusión es fruto de una investigación forense del año 2011 que además desmiente el supuesto envenenamiento progresivo con arsénico del que se habló por siglos. El arsénico que se encontró en los cabellos del emperador sería producto de sustancias usadas en los tónicos capilares y en los medicamentos que se administraban en aquella época. (...continúa)