Bañarse no afecta al bebé porque la entrada del útero está sellada por un tapón de mucosidad que protege al niño de todo contacto con el exterior, incluida el agua. La mujer embarazada tiene que bañarse todos los días para evitar infecciones vaginales, urinarias o de la piel que durante el embarazo pueden ser más frecuentes, ya que en ese período el sistema inmunológico está deprimido. Lo que sí se debe evitar es visitar piscinas públicas, en donde los niveles de contaminación pueden ser altos y podrían provocar infecciones.
Tomar un baño tibio cada día ayuda a las mujeres embarazadas a relajarse y a evitar infecciones. Lo que no debe hacerse es exagerar en la temperatura del agua, porque puede causar una bajada de la presión sanguínea y provocar desmayos.
¿Cuarentena después del parto?
Una antigua costumbre que aún se mantiene en muchos sitios es que la parturienta debe permanecer en reposo y sin bañarse por 40 días. Pero la verdad es que la cuarentena después del parto no tiene ningún fundamento científico. Más bien la mujer después del parto debe volver a su actividad normal y bañarse con frecuencia. La cuarentena es solo un período en el cual el vientre de la mujer vuelve a su normalidad.
¿Hay que fajarse después de dar a luz?
Se cree que fajarse después del parto ayuda a acomodar los órganos de la mujer y ayuda a adelgazar. Sin embargo, está probado que después de dar a luz no es necesario que la mujer se faje porque el organismo sigue un proceso de regresión natural hacia el estado normal.
Los músculos del estómago recuperan el tono que tenían antes. Y sin faja, los músculos abdominales se recuperan de mejor manera, porque así se esfuerzan más en mantener las vísceras en su lugar. También es un mito que la faja ayude a adelgazar; eso se logra tan solo haciendo ejercicio y con una adecuada alimentación.