Este hecho marca un hito en la historia de la astronomía
Todos somos extraterrestres
Esta semana científicos alemanes anunciaron un impresionante descubrimiento que podría terminar con una pregunta polémica que tiene miles de años: ¿de dónde surgió la vida?
El robot Philae, un módulo de la misión europea Rosetta, ha descendido sobre el cometa 67/P y después de tomar muestras ha encontrado que transporta moléculas orgánicas, los ‘ladrillos’ básicos de la vida. Descubrir si los compuestos a base de carbono -y, a través de ellos, la vida- fueron traídos a la Tierra primitiva por los cometas, era uno de los objetivos principales de la misión.
Descartando los viejos mitos sobre la creación de la Tierra como obra exclusiva de dioses, la idea de que la vida pudo venir del espacio exterior es muy antigua. Cuatro siglos antes de Cristo, el astrónomo griego Anaxágoras sostenía que la Luna y el Sol no eran dioses sino cuerpos celestes y que el universo estaba lleno de semillas que originaban la vida en muchos sitios como nuestro planeta.
Se la llamó Panspermia, del griego pan (todo) y spermia (semilla) y fue respetada por algún tiempo. Un siglo más tarde Aristóteles la descartó y dictaminó que la vida aparecía de la nada, por generación espontánea. Su enorme peso intelectual aplastó la teoría pansmérmica hasta hace apenas un siglo.
En 1908 la idea fue resucitada por el premio Nobel sueco Svante Arrhenius. Él sostenía que los microorganismos viajan en cuerpos celestes errantes tales como cometas y meteoritos, y que colonizan planetas -como el nuestro- donde existen condiciones para la vida. Su teoría nunca pudo comprobarse y también fue descartada. (...continúa)