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Muchas culturas no practican el beso romántico

Solo la mitad de la humanidad se besa

Solo la mitad de la humanidad se besa
20 de septiembre de 2015 - 00:00 - María Eulalia Silva

La ciencia escudriña en el comportamiento del ser humano para tratar de entender los mecanismos que hay detrás de las decisiones, gustos y conductas.

¿Por qué nos besamos?

Parecería que es un acto universal y cotidiano, pero no es. Investigaciones anteriores concluyeron que el 90% de la población humana practicaba el beso. Pero un estudio reciente excluyó el beso entre padres e hijos. Si solo se analiza el contacto romántico, resulta que menos de la mitad de la humanidad se besa. El estudio llevado a cabo en 168 culturas concluyó que el 46% de las sociedades lo hace como un gesto romántico.

Algunas investigaciones apuntan a que sería -incluso- una invención moderna. Actualmente hay reportes de tribus que encuentran intolerable besarse. Y esa es una referencia importante porque esos grupos viven de una manera parecida a como lo hacían nuestros ancestros organizados en la sociedad de cazadores-recolectoras. Si se amplía la mirada un poco más y se busca en la naturaleza, resulta que la mayoría  de animales tampoco se besa. Excepcionalmente solo lo hacen los chimpancés y los bonobos, pero en señal de reconciliación y no como un gesto romántico.

Entonces si besarse no es un acto universal… ¿por qué tenemos la costumbre de acercar los labios a los labios de otro para probar su saliva? Algo que -dicho sea de paso- supone el intercambio de hasta 800 millones de bacterias por ocasión.

Rafael Wlodarski de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, ha pasado años buscando esa explicación. Halló que las primeras formas de escritura no mencionaban el beso romántico, así que buscó pistas en la naturaleza.

Wlodarski propone que besarse es una manera de acercarse lo suficiente como para olfatear los genes de la potencial pareja.

¿Descabellado? Posiblemente, no. Nosotros ya no somos sensibles a las feromonas, como sí son muchas especies, pero seguimos teniendo comportamientos dictados por la biología a la hora del cortejo.  El olor todavía es un factor de atracción. Las feromonas son señales olfativas que avisan a los animales que hay en las inmediaciones una pareja disponible dispuesta al apareamiento. Para ello necesitan acercarse y olfatearse.  Es tan fuerte esta señal, que en algunos casos, como en las arañas viudas negras, las feromonas liberadas por la hembra avisan al macho no solo de su disposición de copular, sino también que le informan si ha comido recientemente o no; si lo ha hecho, el macho procede confiado pues sabe que su amante no lo devorará.

Muchas especies se acercan para oler a su potencial pareja.  Los humanos tenemos un sentido del olfato terrible y aunque parezca que no es tan importante,  los estudios han demostrado que juega un papel importante a la hora de elegir pareja, pese a que las feromonas ya no nos determinan. Wlodarski  descubrió que a la hora de besar, el olor era muy revelador sobre todo para mujeres fértiles. El experto considera que el beso es una manera culturalmente aceptable para acercarse lo suficiente a otra persona para detectar sus olores. Cuando se empieza a  hacer produce placer y se adopta esta costumbre que se transmitió de generación en generación. (continúa)

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