Por si hiciera falta aclararlo, formamos parte de quienes creen que existe vida en otros planetas simplemente porque existen miles de millones en todo el Universo y la ley de las probabilidades dice que eso sería lógico. Lamentablemente todavía no existen pruebas que lo confirmen.

Otra aseveración es que seres de otro mundo vienen por millares a visitarnos. ¿Por qué no? Hasta el momento no existe ni una sola prueba real y contundente que lo demuestre. Una afirmación tan extraordinaria como esa requiere pruebas extraordinarias, más convincentes que una foto trucada, un video fugaz y desenfocado o la palabra de quienes se autodesignaron como sus mensajeros.

En segundo lugar, porque estamos lejos de todo. Nuestro sistema solar está ubicado en un brazo de la Vía Láctea, a gran distancia del centro, que es donde se amontonan por millones las estrellas y planetas. En el barrio semirural donde está la Tierra, la estrella más cercana queda a 4 años luz y no parece factible que en sus planetas haya vida inteligente. Vivimos en la periferia.

Si como lo afirmó Einstein (y aún no se ha probado lo contrario), no se puede viajar a la velocidad de la luz, venir desde esos planetas significaría varios años de vuelo. La pregunta es entonces ¿qué nos hace tan interesantes para que nos visiten? Es cierto, ya no nos pensamos como los únicos en el universo, pero sí muy especiales. Tanto que aún somos el centro de atención de los nuevos dioses.

Ovnis: ¿platillos tripulados por enanitos verdes?

Se han hecho decenas de estudios y análisis científicos de las denuncias de avistamientos de objetos voladores no identificados.

La Universidad de Colorado, por ejemplo, analizó más de un millar de casos y el 95% estaba relacionado con objetos como aviones, globos, estrellas, etcétera.

Otro estudio realizado por un astrónomo fue incluso más detallado: el 42% de los avistamientos correspondía a estrellas brillantes, meteoritos y satélites naturales. Sobre todo Venus, cuando titila a la luz del atardecer.

Otro 37% de los objetos que se creyeron platillos voladores correspondió a aeronaves humanas. Un 7% fue globos con forma redonda, de cigarro o de aguja que pueden cambiar repentinamente de dirección con el viento. Solo en el Ecuador cada año se lanzan 20 globos meteorológicos. Otro 5% fue nubes y polvo, pájaros en bandadas, satélites artificiales y fenómenos de luz en la atmósfera, entre otros.

Quedaría un 9% de casos que podrían considerarse ovnis, es decir, que no se sabe qué son.

De allí a pensar que se trata de platillos voladores con enanitos verdes (reptilianos o arios rubios y guapos, dependiendo del ufólogo al que se le pregunte) hay una distancia enorme.

Usando el mismo salto de la imaginación también podríamos afirmar que se trata de Superman o Santa Claus en su trineo, ¿por qué no?