Se los conoce como “planetas vagabundos” aunque todavía ni siquiera se esté seguro que estos objetos más grandes que Júpiter y que no orbitan una estrella, sean planetas.

Estos planetas habrían sido expulsados de sus sistemas solares cuando se formaban, quizá tras el choque con otro objeto más grande. Sin la influencia gravitatoria de su estrella quedaron vagando por el espacio, como un barco a la deriva. Encontrarlos resulta complicado puesto que los planetas brillan solo porque reflejan la luz de su estrella.

Pero las tecnologías y las técnicas han avanzado mucho, y en febrero de este año un grupo de astrónomos confirmó el descubrimiento de 10 planetas vagando por una región cercana al centro de nuestra galaxia, lejos de cualquier estrella.

Hasta ahora el estudio se centró en los cuerpos más grandes, aunque los astrónomos sospechan que abundan los pequeños, y que serían apenas menos numerosos que los planetas que orbitan estrellas.

Si así fuese, la Tierra tendría otros vecinos cercanos para ir a explorar, y quién sabe en un futuro lejano instalar colonias que utilizarían el planeta errante como una enorme nave espacial. Imagínese viajar a toda velocidad explorando el Universo.

La crisis de la Gran Mancha de Júpiter

La Gran Mancha Roja de Júpiter es una tormenta más grande que la Tierra. Y se encoge cada vez más rápido. Esta tormenta circular similar a un monstruoso huracán con vientos de hasta 500 kilómetros por hora,  dura ya nada menos que ¡3 siglos! Pero parece que está a punto de terminar.
Cuando en el siglo XIX se la pudo medir por primera vez se estimó que tenía unos 41 mil kilómetros de diámetro. En 1980, su tamaño se había reducido a la mitad y hace unas semanas el telescopio Hubble comprobó que ahora apenas mide 16 mil kilómetros, el diámetro más pequeño jamás registrado. Los expertos calculan que está menguando a un ritmo de 1.000 kilómetros cada año, pero desconocen las causas.
Junto a esta tormenta rojiza suele verse un óvalo blanco más pequeño, parte de un cinturón de nubes que circula por el planeta más grande nuestro sistema solar.
Las 2 tormentas se encontraron al menos una vez antes, en 1975, causando que el óvalo blanco desaparezca y que el color rojo de la Mancha se desvanezca por varios años.
Por eso, una de las hipótesis que se manejan es que la Mancha Roja es penetrada por pequeños pero numerosos remolinos que alteran su dinámica interna, acelerando su giro y debilitando a la gigantesca tormenta. (CONTINÚA)