La denuncia del diputado ruso retoma el viejo mito de que el alunizaje fue falso que, aunque nos parezca increíble en pleno siglo 21, comenzó a ser propagado por personas que están convencidas de que la Tierra no es redonda. Sí, basados en un pasaje bíblico escrito hace más de 25 siglos, los miembros de la Sociedad de la Tierra Plana sostienen que todo fue inventado para seguir mintiendo que vivimos en un mundo esférico.

Todos se lo tomaron a risa hasta que, en 1974, Bill Kaysing, exempleado de una de las muchas contratistas de la NASA, publica un libro llamado Nunca fuimos a la Luna. Y en 1978, en una mala película de ficción llamada Capricornio Uno, un grupo de astronautas que se dispone a viajar a Marte es secuestrado por la CIA, que por razones políticas quería engañar a la gente y hacerles creer que realmente llegaron al planeta rojo.

Años más tarde el libro de Kaysing se convirtió en un pseudodocumental en el que se manipulaban imágenes de la caminata lunar para demostrar que la bandera ondeaba sin viento, o que no se veían las estrellas. El video fue transmitido por una cadena estadounidense e impactó a millones de televidentes. Y aunque todo fue explicado con pruebas contundentes, la duda quedó sembrada.

Viendo que se trataba de un buen negocio, llegaron luego otros pseudodocumentales sobre ufología, aunque no todos dicen lo mismo. Algunos reconocen que los alunizajes son de verdad,  pero que al bajar se encontraron con ciudades abandonadas, bases extraterrestres y seres de otros planetas. Otro argumento de películas de ciencia ficción, como 2001, Odisea del Espacio.

Lo que todas estas obras de ficción consiguieron -además de buenas ganancias- fue que un sorprendente 6% de la población estadounidense (unos 18 millones de personas) crean hasta hoy que todo fue un siniestro montaje. En el resto del mundo el porcentaje podría ser similar.

Lo curioso de este mito es que solamente se refiere al primer alunizaje, el de Apolo 11. Nunca refuta todas las misiones que le siguieron a lo largo de tres años y medio, en los que otros diez astronautas pisan la Luna. La Apolo 12 despega en noviembre del mismo año (1969) con tres astronautas: Conrad, Gordon y Bean. Dos de ellos descendieron en la región lunar del Océano de las Tempestades.

En 1970 sucedió el dramático accidente de la Apolo 13, un fracaso que obligó a retrasar por un año los alunizajes programados. Después siguieron la Apolo 14, en enero de 1971, tripulada por Shepard, Roosa y Mitchell. Alunizaje en Fra Mauro.

En julio del mismo año, llega la Apolo 15 tripulada por Scott, Irwin y Worden. Descienden en Hadley Rill y prueban un vehículo lunar. En abril de 1972 la misión de la Apolo 16, tripulada por Young, Duke y Mattingly, logra descender en el cráter Descartes y lanzar un satélite lunar. Y la última fue la Apolo 17, en diciembre de 1972, con Cernan, Schmitt y Evans, en el Valle Taurus Littrow. Y con esto se acabó el presupuesto de la NASA.

Y si es verdad que llegamos a la Luna, ¿por qué desde 1972 no se volvió a ir? La respuesta es sencilla: ya se lo hizo, cuesta mucho y no serviría más que para construir una base lunar, un hito para el que todavía no existe la tecnología barata y adecuada. Sin embargo, hay planes de China e India para enviar misiones tripuladas a la Luna para dentro de tres o cuatro años. Las pruebas de que el hombre llegó a la Luna son muchas y muy contundentes y se las presentamos en el siguiente artículo. (I) (...continúa)