El Telégrafo
Ecuador / Sábado, 23 de Agosto de 2025

La decisiva etapa del embarazo está rodeada de mitos y prejuicios

Durante la gestación hay cambios en el organismo de la mujer

Hay una enormidad de mitos en torno al embarazo y el período posparto: que las mujeres embarazadas deben comer por dos, evitar las relaciones sexuales, no hacer ejercicios y muchos más. Y aunque ya se han demostrado falsos, la fuerza de la costumbre todavía los mantiene vivos entre mucha gente. Vamos a hablar  de los más comunes de ellos que hoy los médicos desaconsejan por equivocados.

¿Se puede decidir qué sexo tendrá el bebé?

Desde siempre se ha intentado determinar antes del embarazo, maneras de que el bebé sea hombre o mujer, pero hasta hoy no existe nada que realmente funcione. Por ejemplo, ahora está de moda el calendario chino, del que se asegura que puede determinar el sexo que tendrá el bebé de acuerdo a la fecha de la concepción y la edad de la mujer. Esa es solo una creencia: si se les pregunta al menos a diez personas que lo hayan utilizado, se podrá comprobar que las posibilidades de acertar son de aproximadamente el cincuenta por ciento, sencillamente porque solo hay dos opciones: mujer o varón.

Lo mismo sucede con la forma de la “panza” de la madre. Se dice que si es redonda nacerá una niña, y si es puntiaguda, un niño. Eso no está determinado por el sexo de la criatura sino por la cantidad de grasa abdominal que tenga la futura mamá.

Lo que sí se ha determinado científicamente en base a recientes estudios, es que existe cierta relación entre la alimentación que tiene la mujer antes de quedar embarazada y el sexo de su bebé. Investigaciones de la Universidad de Oxford han encontrado que las mujeres que antes de la concepción comieron más alimentos con altos contenidos calóricos, ricos en potasio, calcio y vitaminas, y que desayunaban cereales con regularidad tuvieron más bebés varones. Esto explicaría la disminución de los nacimientos de varones en los países industrializados, donde las mujeres adelgazan con dietas pobres en calorías y nutrientes.

Pero, reiteramos, eso es solo antes de la concepción, porque una vez que se haya producido la ovulación  y la fecundación, no se puede cambiar el sexo del bebé; aunque la madre haga una dieta especial o cualquier otra cosa ya no habrá manera de cambiarlo.

¿En el embarazo hay que comer por dos?

Cualitativamente esa es la verdad, porque el requerimiento nutricional de la madre no es el mismo que el del feto: durante el embarazo se debe reforzar la ingesta de algunas vitaminas, hierro y ácido fólico. Pero no es verdad en cuanto a la cantidad: la embarazada necesita comer mucho mejor, pero apenas un poco más de lo acostumbrado.

La nutrición en el embarazo es de vital importancia. Las mujeres embarazadas deben mantener una dieta sana y balanceada para ayudar a que el bebé tenga un desarrollo normal y  saludable. Se estima que el peso que debe subir una mujer embarazada va de las 22 a las 26 libras. Todo esto les permitirá gozar a ella y a su bebé de muy buena salud. (continúa)