La ciencia explica 3 fenómenos que por años han sido usados por charlatanes
A lo largo de la historia ha surgido un sinnúmero de mitos y leyendas que involucran sucesos “sobrenaturales” que son alimentados o “explicados” por ufólogos, aventureros o supuestos testigos. Después de varios años de investigación, la ciencia ayudó a develar lo que realmente ocurrió en 3 de esas “historias enigmáticas” que dejaron réditos para quienes las promovieron.
Las calaveras de cristal
Se trata de esculturas talladas en cuarzo que se exhiben en importantes museos y colecciones particulares. Hasta hoy se conocen 7, pero la leyenda dice que existen 13 y que juntas poseen poderes sobrenaturales tales como ayudar a la felicidad o incluso a predecir el futuro.
Los nuevos vendedores del fin del mundo aseguraban que en 2012 las 13 calaveras nos revelarían los secretos del universo porque se supone que estas fueron fabricadas hace miles de años por los antiguos mayas, quienes a su vez heredaron la técnica de extraterrestres o de Atlantes.
Así al menos lo aseguraba quien descubrió la primera de ellas en 1923: Frederick Mitchell-Hedges, un aventurero inglés a quien le gustaba atribuirse el descubrimiento de pueblos no contactados y de ciudades perdidas que no eran tales. Un místico que sostenía que en las costas de Honduras estaba la cuna de la civilización humana: la mítica ciudad de la Atlántida. Todo un charlatán.
Sus aventuras se hicieron famosas en Nueva York porque los domingos tenía un programa de radio donde narraba sus aventuras -más imaginarias que reales- a un público ávido de culturas exóticas. Él es uno de los modelos que George Lucas usó para crear el personaje de Indiana Jones. Precisamente, en la última película de la saga, Indiana Jones va en busca de las calaveras de cristal.
Uno de los grandes mitos sobre estos cráneos afirma que fueron perfectamente talladas en una época en que no existían herramientas para pulir una roca tan dura como el cuarzo. Pero en los últimos años, y con el empleo de técnicas avanzadas, se ha llegado a la conclusión de que las calaveras no son antiguas ni proceden de los mayas. Son un fraude.
Por empezar el cuarzo de algunas de ellas es originario de Brasil, en otras, proviene de Madagascar. Y en los ensayos de laboratorio se han encontrado restos de material de pulimento y marcas de herramientas modernas que se utilizan en joyerías. Eso se verificó en la famosa calavera que se exhibe en el Museo Británico y luego en la del museo Smithsoniano de Washington.
¿Dónde se hicieron? Las pistas no llevan a la Atlántida ni a los mayas sino a un pequeño y típico pueblo alemán. Idar-Oberstein es la cuna de una gran industria joyera que es famosa en el mundo. Y más o menos en la época en que se sabe fue fabricada la calavera de Mitchell-Hedges, los joyeros alemanes habían comenzado a tallar cuarzo importado desde Brasil.
Ya que la tradición no se ha perdido se puede comprobar buscando páginas web y videos donde exhiben la habilidad para tallar calaveras aún más perfectas que las, supuestamente, antiguas. Esto desmiente por completo el mito de que hoy es imposible lograrlo. Además, ahora se sabe que el aventurero Mitchell-Hedges no encontró la calavera en unas ruinas mayas, sino que la compró en una subasta en Londres. (CONTÍNÚA)