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Así fue como los animales empezaron a volar
Volar tal vez sea el logro más fantástico de la evolución, apenas después del cerebro humano. Y aunque hoy más del 75% de los animales terrestres ocupen los cielos, hace millones de años ninguno tenía el poder de volar. Cómo lo lograron, aún está en estudio porque no hay muchos fósiles de animales sin huesos. Los insectos fueron los pioneros hace unos 350 millones de años y se cree que se originó en el movimiento de las larvas en el agua. Mucho más tarde, al colonizar tierra firme, el tejido muerto de sus branquias laterales evolucionó en alas que les permitieron sustentarse en el aire. Pasaría otro montón de tiempo para que animales más grandes conquisten los cielos.
Cien millones de años más tarde lo consiguió el primer vertebrado, y sorprendentemente fue el más grande que existió. El Pterosuario pesaba nada menos que 200 kilos y medía once metros de ala a ala, lo que equivale a tres autos estacionados en fila. Semejante tamaño apenas le permitía planear lanzándose desde las alturas. Pero no era un ave, sino un reptil.
Los primeros auténticos voladores salieron de la familia de los dinosaurios otros cien millones de años más tarde. El Archaeopteryx, que podría considerarse la primera especie de ave de la historia, tenía garras en los dedos, dientes y plumas como algunos de sus parientes reptiles, aunque tenía el tamaño de un cuervo actual. Su cuerpo había evolucionado pero no era un buen volador; es que también comenzó planeando y luego adaptó sus músculos para aletear un poco.
El que sí podía volar bastante ágilmente era el Gansus, que vivió 110 millones de años atrás. Contaba con grandes músculos pectorales que le daban la fuerza necesaria para poder aletear con facilidad. Tenía un pico bastante grande, muñecas fusionadas a los huesos de las manos, una cola corta y tobillos fusionados con los huesos de las patas; todas estas, características que siguen presentes en las aves modernas.
Volar es una de las grandes hazañas de la evolución, porque le permitió a las especies más pequeñas capturar insectos, escapar de sus predadores y propagarse por el mundo entero adaptándose a los más diversos ambientes desde los desiertos hasta las selvas tropicales. (CONTINÚA)