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Vida y muerte en el Universo
En su libro "El gran diseño", el famoso científico Stephen Hawking lo dice así: "venimos de la nada, de un universo que lo contenía todo y que se crea a sí mismo continuamente sin la intervención de un dios". La materia, el espacio, el tiempo, absolutamente todo lo que existe apareció junto con el Universo.
La fecha de nacimiento se ha ido afinando con cada vez mayor precisión: sucedió hace 13.800 millones de años, producto de una portentosa explosión conocida como el Big Bang. En billonésimas de segundos la materia salió despedida con enorme fuerza en todas direcciones, aunque no en forma completamente pareja, y grandes colisiones y remolinos provocaron que tras algunos millones de años fuera agrupándose, formando las galaxias, las estrellas, los planetas y sus satélites. Desde entonces, el universo continúa cambiando y expandiéndose, creando al mismo tiempo su propio espacio donde expandirse.
El satélite Planck completó hace dos años el mapa más completo del universo que jamás se haya realizado de aquella gran expansión. Y así se pudo comprobar que el cosmos no es uniforme. En las áreas rojas están las galaxias más lejanas y antiguas; al centro y en azul están las más cercanas y activas: es donde se están creando y destruyendo el mayor número de estrellas, sistemas solares y galaxias. En el universo toda la materia se recicla de manera permanente.
El mapa muestra también una zona mucho más brillante porque tiene una enorme cantidad de nubes de polvo y gases. Se las conoce como nebulosas y son verdaderas fábricas de estrellas. Al inicio estas nubes de gases y polvo apenas giran, pero a lo largo de millones de años la fuerza de la gravedad las va condensando y elevando su temperatura. También la velocidad de rotación va en aumento como si se tratase de un gigantesco huracán cósmico, hasta que la nube colapsa y en su centro se forma una estrella. Aunque a veces el proceso aborta: si no se ha unido material suficiente, la nube engendra una "enana marrón" que no tiene masa suficiente para generar las reacciones nucleares y la temperatura de una estrella. Son casi estrellas que no alcanzan el tamaño de nuestro Sol, y casi planetas varias veces más grandes que Júpiter.
Las nubes que llegaron a convertirse en estrellas queman su combustible de hidrógeno durante miles de millones de años, hasta que se van apagando lentamente y mueren. Las estrellas de tamaño mediano como nuestro sol son de las más duraderas. El Sol va más o menos por la mitad de su vida.
Las más grandes, las que tienen al menos ocho veces el tamaño de nuestro Sol, duran menos y terminan sus vidas muy repentinamente. Cuando se les acaba el combustible, comienzan a hincharse hasta convertirse en las llamadas "supergigantes rojas". Instantes antes de morir despliegan todo su brillo en lo que se llama "supernova", para luego explotar y expulsar enormes escombros de polvo y gases.
Pasarán otros millones de años hasta que este material vuelva a unirse y dar origen a nuevas estrellas, sistemas solares y planetas que uniéndose se convertirán en galaxias con miles de millones de soles. Cuanto más sabemos del Universo, es más evidente que no fue hecho a nuestra medida ni es inmutable. Como nuestro planeta, como nosotros, también él evoluciona y cambia. (CONTINÚA…)