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El Telégrafo
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“Lo importante es que tu audiencia sepa desde dónde hablas”

“Lo importante es que tu audiencia sepa desde dónde hablas”
17 de noviembre de 2013 - 00:00


Mariela Pugliese es la presidenta del Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco). Estuvo en el país y participó en el foro ‘Democratizar la palabra en la integración de los pueblos’ que organizó ALER (Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica) y ALAI (Agencia Latinoamericana de Información) y puso en escena qué es una radio comunitaria en esta época.

¿Cómo ha sido la historia de la radio comunitaria en Argentina?
La radio comunitaria en la Argentina comenzó hace unos 25 años. La radio a la que yo pertenezco tiene, por ejemplo, 17 años. Hubo una primera tanda que comenzaron con la vuelta a la democracia, allá por el año 83. Y después hubo otra tanda que surgimos en la mitad de los años 90. Y no es casual. El primer momento tiene que ver con la primavera de la democracia, donde pudimos ejercer nuestra existencia política de forma pública. Muchas de ellas fueron formadas por antiguos militantes o exiliados que fueron silenciados por la dictadura militar. El segundo momento tiene más que ver más con una fragmentación social, donde el neoliberalismo primaba, donde los medios de comunicación masivos ya eran hegemónicos, ya formaban multimedios y ya se integraban claramente como formadores de la opinión pública. Y en muchos de nuestros barrios y organizaciones sociales se empezaba a notar cómo se iba rompiendo el tejido social con este individualismo que propone el neoliberalismo. Y también se vio cómo los medios de comunicación hegemónicos empezaban a marcar la agenda, a marcar la identidad, a marcar las expectativas de vida de la gente en cuanto qué querían ser y qué querían tener.

“En los medios no se refleja que detrás de esos bailes hay reivindicaciones que están perdiéndose”.Y ahí surgimos nosotros diciéndonos: si nosotros queremos marcar la agenda, debemos tener un medio. Por eso es que muchas de las radios comunitarias surgen de las organizaciones sociales, no de periodistas.

Las radios comunitarias se ocupan de un espacio definido que un medio grande, por su naturaleza, no podría abarcar...
Hay algo de eso, pero me parece que más bien la concepción de radio comunitaria en la Argentina está ligada completamente a la propiedad social, al hecho de que es una construcción colectiva donde el discurso lo hacemos un grupo y no una persona que tuvo las ganas de ponerse una radio. Porque hay radios que son privadas y pequeñas y que por más que sean solidarias con la comunidad no dejan de pertenecer a una sola persona o familia. En FM Bajo Flores, por ejemplo, el lema es: ‘Micrófonos para el pueblo’, porque la comunicación desde el pueblo es liberación. Pensamos eso porque de nada nos sirve que otros nos presten el micrófono. Cuando pasa eso, cuando otros hablan de nosotros, por ejemplo los medios grandes, nos ubicaban más como una nota de color. Así se daba la mirada desde el poder hacia el oprimido.

¿La mirada de los medios grandes hacia las comunidades o hacia la singularidad de los barrios era general y quizá folclorizante?
Exactamente, folclorizantes y paternalistas. Una mirada ubicándonos como anécdotas. Por ejemplo, digamos que cubren la fiesta de la Virgen de Guadalupe. En lugar de reflejar el sentir profundo de la fiesta, de los bailes bolivianos en concreto (Saya, Tinku), vienen los medios grandes, sacan las fotos con los trajes y nada más. No se refleja que detrás de esos bailes hay reivindicaciones que están perdiéndose. Y claro, el rol de los medios comunitarios es recuperarlos. El caporal, para poner otro ejemplo, es un baile que muestra a un mandamás puesto por los españoles, hay una historia de dominación detrás. Y vienen los medios y la folclorizan. Hacen una foto que da color a la revista, nada más. Gracias a esta recuperación se está retomando el orgullo de nuestros orígenes. Nos decimos: ¿soy pobre porque mi papá era vago o porque no había plata? No. Soy pobre porque hubo una historia de dominación que nos llevó a eso. Y claro, desde el poder y desde los medios intentaron hacernos creer que nuestros orígenes, de los argentinos, estaban en los barcos que llegaron de Europa.

¿En qué medida la radio comunitaria funciona también como un registro de memoria?
Y claro que sí, pero además de ser registro esa memoria va revitalizando la vida de nuestros pueblos. Quiero decir que memoria no solo es el pasado. Cuando estudias historia te dicen que el pasado da sentido al presente. Acá, en las radios comunitarias, es lo mismo. Ese registro de memoria es fundamental porque se estaba perdiendo; pero además, con su recuperación, nos permite hoy armar nuestro presente. Pero esto no solo es particular de las radios comunitarias. Me parece que hoy, incluso desde los gobiernos, estamos viviendo un proceso de revisionismo histórico entendido, en principio, como el rescate de estos lazos con nuestra patria grande, esto de que tenemos una historia mucho más común con América Latina que con Europa. Esto nos lleva a reconocer en realidad cuál es nuestro territorio geográfico y también nuestro territorio simbólico.

¿El ámbito de cobertura de las radios comunitarias no sería una dificultad si llega a poca gente?
Eso es clave. Para el Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco) una radio comunitaria no es una radio pequeña y precaria. Por supuesto que históricamente ha sido así, pero eso porque así nacimos. Pero no es eso lo que nos define. Nosotros queremos que nuestras voces y nuestras agendas lleguen a una gran cantidad de gente de la población. Y por eso la ley argentina, que fue una construcción maravillosa que unió a las organizaciones sociales con la voluntad de un gobierno, no hizo que tengamos limitaciones en nuestra potencia. Esto es importante porque es una disputa que se está dando. Muchos nos miran como si las radios comunitarias fueran las de los barrios, o sea, también somos, pero no solo eso. Si queremos podemos darle voz a toda una provincia. Eso creo que hay que seguir discutiéndolo.

Para nosotros, la valía de la radio pasa por su proyecto político comunicacional de participación social y no por el alcance que tenga.

¿No tener finalidad de lucro es una ventaja?
Claro, pero a partir de esto vale aclarar algunos mitos. Para muchos, sin fines de lucro significa no tener ingresos, y no es así. Para nosotros eso implica que no haya ganancias; es decir, el dinero que entra se reinvierte en la radio. Nosotros lo decimos así, sin fines de ganancia, pero también sin fines de pérdida. Por eso, para nosotros en la Argentina es legal tener publicidad. Cuando eres sin fines de lucro nunca se tergiversan los fines del medio. Necesitamos recursos para transformar la realidad, no a la inversa.

Es importante, dice usted, que una radio tenga un proyecto político comunicacional, ¿podría ampliar esto?
Esto tiene que ver con qué queremos hacer con nuestro medio, qué objetivo tenemos; lo de nosotros no solo es poner una radio al aire y nada más. Generalmente cuando hacemos una radio comunitaria -y desde Farco, cuando hacemos talleres de formación- nos juntamos y decimos: ¿cuál es el objetivo de este medio?, ¿cuál es su misión, visión y objetivos?, ¿con quiénes trabajará?, ¿qué agenda tendrá?, ¿qué quiere transformar? En fin, se va trabajando por esas vías y es proyecto político en tanto pretenda una transformación social, particularmente con mayor justicia social, equidad.

En ese sentido es un proyecto político.

En el caso de la independencia editorial, ¿cómo una radio comunitaria lo discute?
Hasta ahora, históricamente, muchas de las radios comunitarias tienen publicidad oficial, quizá por algún convenio, y no pasa nada. De hecho, hay muchas radios que receptan publicidad oficial que son opositoras al Gobierno. Quizá hay que plantearse esa problemática en los poblados más pequeños, cuyas radios comunitarias con regentadas por los gobiernos municipales, ahí es más problemático, pues todos se conocen. A nivel nacional es lo mínimo en este problema.

¿Las radios comunitarias deberían alcanzar un nivel de cohesión supranacional?
Nosotros trabajamos con ALER y tratamos de fortalecernos. Y no es tan sencillo. A veces la integración se da en las radios de fronteras por obvias razones, pero falta aún integrarnos más.

¿Es un riesgo si una radio comunitaria torna política y sesgada su agenda?
No creo que sea un riesgo que una radio tenga una visión política y sesgada. Yo no creo en el periodismo o en un medio que tenga que mostrar todas las voces. A mí me parece que hay que ser profesional en cuanto a lo que digas, primero que todo, debes tener transparencia en el discurso, lo importante es que tu audiencia sepa desde dónde hablas. No debes mentirle. Me parece más peligroso que un medio se ofrezca como plural cuando en la realidad no lo es. Creo que la audiencia debe tener claros cuáles son los intereses económicos y políticos que limitarán al medio en la publicación de ciertas informaciones de interés público. Hay medios que disfrazan de rigor periodístico y lo que hacen es promover una visión política definida. Creo que la comunicación, como derecho que no tiene que ver enteramente con el periodismo, tiene que ver, más bien, con el derecho y la capacidad de nuestros pueblos de construir una realidad a partir de los discursos. La comunicación tiene miles de años de historia; el periodismo, como lo conocemos, no.

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