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Tambalea la economía de Estados Unidos
La economía de Estados Unidos está viviendo una de las crisis más profundas de su historia, con desalentadoras cifras económicas que rebasan toda expectativa de mejora y una fuerte devaluación del dólar que le han llevado al cierre parcial de la Administración Federal por falta de fondos. Demócratas y republicanos no se ponen de acuerdo para aprobar el proyecto de Ley de Finanzas (ver gráfico 1).
Según datos de Grandfather Economic Report, la deuda pública estadounidense asciende a 18,21 billones de dólares y la del Gobierno Federal, a 15,2 billones.
También hay obligaciones pendientes de las empresas corporativas por 40,69 billones, es decir, 2,5 veces más que la del Gobierno; del sector financiero 13,6 billones, y una deuda externa del Gobierno de 4,6 billones, e interna de 5,8 billones. Asimismo, el compromiso de los hogares es 13,22 billones por el sobreendeudamiento de tarjetas de crédito o de préstamos realizados para vivienda u otras actividades. “Si se suman las obligaciones pública y privada, es decir, de los gobiernos estatales, más de las empresas y de los hogares, la deuda per cápita de los norteamericanos llega a 190.251 dólares”, indicó el docente investigador del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), Jorge Orbe León.
Explicó que la Unión Europea estableció ciertos referentes con relación a los niveles de endeudamiento que debe tener cada uno de los países.
Precisamente, en el Tratado de Maastricht, la UE sostiene que una economía no debería tener una carga fiscal o pública superior al 60% del Producto Interno Bruto (PIB) que en Estados Unidos alcanza, aproximadamente, 17 billones.
Sin embargo, a la fecha, la deuda pública de la nación sobrepasa el 100%, aunque el Banco Mundial habla del 80% (ver gráfico 4); y el déficit fiscal, que no debería ser más allá del 3%, es de 821.000 millones de dólares.
En breve
La deuda de Estados Unidos supera el 100% del PIB, cuando el Tratado de Maastricht habla no más del 60%.
Eso está conduciendo a la insostenibilidad de la economía estadounidense y pone en aprietos al dólar.
La situación obliga a Estados Unidos a severas restricciones para atender sus compromisos, más aún cuando el ahorro bruto respecto al PIB ha caído estrepitosamente desde la cúspide registrada en 2006 (ver gráfico 5).
Orbe explica que lo más grave es que el próximo 17 de octubre, el Congreso tiene que autorizar el techo de endeudamiento que se necesita para evitar la suspensión de pagos. Por lo pronto, la administración de Barack Obama tiene un límite de endeudamiento no mayor a 16,7 billones.
El analista económico Jaime Gallegos advierte que de no haber ese aval, se podría producir un eventual cierre de los programas de salud, lo cual sería –añade- una bomba de tiempo para los movimientos sociales. “Este año puede pasar, pero 2014 ya no, ni tampoco el subsiguiente; la pobreza sigue creciendo, de tres millones de pobres en la década de los sesenta, ahora, son 70 millones y el aparato productivo no da respuesta por efecto de las políticas neoliberales”.
El martes anterior, el Gobierno estrenó el mercado de pólizas, elemento esencial de la reforma sanitaria aprobada por el presidente Obama en 2010, a través del cual se espera ampliar el número de ciudadanos con cobertura.
La implementación de esta sección de la reforma es una de las más polémicas, debido a que la ley establece la obligación de contar con una póliza médica, algo que ha sido rechazado por los sectores más conservadores del país porque exigen a los ciudadanos contratar una póliza a través del nuevo mercado antes de marzo próximo. De no hacerlo, los estadounidenses se enfrentan a una multa económica.
Al momento, unos 48 millones de personas no tienen seguro de salud (gráfico 2).
En el gráfico 3 se puede apreciar el gasto en salud del sector público que de 42,5% en 2003, subió a 47,5% en 2011 y descendió al 45% en 2012.
En el Congreso, los republicanos condicionan la extensión de la financiación a que se retrase la entrada en vigor de esta parte de la reforma; mientras Obama aboga por más recursos para cubrir el programa. Esto “parece que es la piedra de tope de las negociaciones entre demócratas y republicanos, al punto que muchos demócratas no quieren volver al programa asistencialista del Estado”, subrayó Gallegos.
Las exportaciones ecuatorianas no deben concentrarse únicamente en EE.UU. y Europa, sino
abrirse a otros mercados’.
‘La devaluación del dólar aventaja este momento a las exportaciones de Ecuador, pero el momento en que se revalorice será perjudicial para la economía’.
A la final –dijo- van a terminar cediendo posiciones, incluyendo el propio presidente Obama, lo cual quiere decir que la “democracia no ha triunfado en esa nación, sino el gran capital financiero”.
También sostuvo que el Mandatario quiere que el partido demócrata, al cual se pertenece, siga gobernando Estados Unidos y la implementación de políticas sociales continuarán dando votos, lo que no quieren los republicanos. Entonces, “la crisis también es un tema político”.
Crisis que viene de décadas
Según Gallegos, la depresión deficitaria no es reciente, viene de décadas anteriores, al punto que se ha vuelto una bola de nieve que va creciendo y se vuelve cada vez inmanejable, “constituye el paso de una recesión estructural mucho más profunda donde se ha abusado de las políticas monetarias, sobre todo, de la generación del dólar por fuera de los parámetros que requería no solo la economía de Estados Unidos, sino la economía mundial”.
Para Eduardo Santos, del Colegio de Economistas de Pichincha, el problema tiene como raíz la crisis hipotecaria de 2008 que fue minando el crecimiento de Estados Unidos con una recuperación mucho más lenta de su economía.
Entre tanto, el Banco Mundial asegura que la desaceleración de la economía viene desde la crisis financiera de 2009 (ver gráfico 6).
En esas condiciones, Gallegos sostiene que la abultada deuda es impagable porque supera el 100% del PIB, situación que ya vivió muchos años atrás Ecuador y también han experimentado las economías europeas. De hecho, el nivel de endeudamiento es un factor que los analistas consultados opinan, está conduciendo a la insostenibilidad de la economía estadounidense y pone al dólar en problemas. Antes, países como China, Japón y las economías emergentes compraban los Bonos del Tesoro.
Para el efecto, el banco de la Reserva Federal de Estados Unidos acordó emitir bonos por un valor de 85.000 millones de dólares mensuales, dinero que no tienen respaldo y la crisis empuja a que el billete verde se debilite como divisa internacional de reserva y moneda de transacción comercial.
Es por eso que la Unión Europea está transando todas sus actividades comerciales y de inversión, exclusivamente, en euros. De igual manera, las economías emergentes o Brics, como se conoce: China, Brasil, India y Sudáfrica han acordado realizar las transacciones económicas en sus propias monedas. Es decir, “el conjunto de países han prescindido del uso del dólar para el desarrollo de las actividades comerciales”, enfatizó Orbe.
Pero Estados Unidos quiere sostener el dólar como moneda mundial de intercambio en todas las transacciones, inclusive financieras a escala internacional. Así “estamos frente a un poder que se va debilitando y necesita hacer serios cambios en su estructura”, manifestó Gallegos.
Este analista habla de otro factor que está pasando factura: la adopción de políticas neoliberales que no van a permitir esclarecer fácilmente la situación; mientras que al referirse al tema de Siria, señaló que la “jugada geopolítica mundial” del presidente Obama de aplicar represalias militares en contra del régimen de esa República árabe del Medio Oriente, “era para ganar adeptos para que le apoyen en su política económica, pero le falló”.
Las intervenciones han llevado a Estados Unidos a registrar un excesivo gasto militar y no está resignado a perder el control mundial que tiene, algo que los políticos están mirando a corto plazo.
Al respecto, el politólogo y sociólogo argentino, Atilio Borón, aseguró que Estados Unidos concentra más de la mitad de todo el gasto militar del planeta y está avanzando en un proceso “brutal” de militarización como nunca antes lo había hecho.
Entre 2011 y 2012, dicho presupuesto fue superior al billón de dólares y ha permitido al país expandir sus bases.
Desde otra óptica, Jorge Orbe considera que el tema de Siria no es fundamentalmente por el petróleo, sino para controlar al país, dado que es un paso a las principales reservas de agua en la zona y vigilar a la vez, el transporte del crudo por oleoductos y gasoductos.
Esta política permitiría la transferencia del excedente petrolero de Irán hacia Europa en un intento “de asfixiar al país, pero también la necesidad de convulsionar y dominar a las repúblicas musulmanas para que todos esos dólares que provienen de las exportaciones de crudo y gas, puedan alimentar el déficit que Wall Street podría canalizar de los petrodólares que se generan de esta actividad en el Oriente Medio”.
Las aguas de Siria son cruciales para el desarrollo de las actividades agrícolas. El río más grande e importante es el Eúfrates, que representa más del 80% del total de agua del país.
Según Orbe, Estados Unidos necesita resolver su crisis económica en la que la única posibilidad es garantizar que, a más de ejercer su dominio sobre los recursos petroleros del Oriente Medio, los dólares que se generan por las exportaciones puedan inyectarse en el sistema financiero internacional, a través de la compra de Bonos del Tesoro.
“Ya los Brics –añadió- no quieren hacerlo. Entonces, Estados Unidos necesita gobiernos alineados a sus intereses que estén dispuestos a comprar los bonos e inyectar la divisa que alivie la profunda crisis económica y financiera”.
En ese contexto, Gallegos sostuvo que lo que la población estadounidense reclama es recuperar el estado de bienestar que tuvieron en los años sesenta, caracterizados por un alto gasto público. Por lo tanto, destacó que el dólar debe abrir espacios hacia otras monedas y economías que empiezan a tener mayor protagonismo.
Además, la principal fuente de financiamiento es China porque ningún banco “quiere arriesgar a prestarle dinero para reactivar la economía”.
Devaluación del dólar
También cree que la divisa continuará en un proceso de mayor devaluación en un mercado nervioso, en el que las grandes empresas comienzan a comprar cierto tipo de acciones y van a ser las beneficiadas de la política actual del Gobierno.
No obstante, la devaluación no conviene a Europa por la influencia que ejerce Estados Unidos en la economía mundial. Pero por otro lado, se revalúa el euro y aumenta su poder adquisitivo por tener una mejor posición frente al dólar.
En el caso ecuatoriano, cuya economía está dolarizada desde el año 2000, la devaluación de la divisa aventaja sus exportaciones, pero el momento en que se revalorice, estas serán menos competitivas, señaló Orbe. Es por eso- sostuvo- que si Estados Unidos no resuelve la crisis presupuestaria y el Congreso no le autoriza el aumento del techo de la deuda, la divisa puede entrar en una cesación de pagos, y el momento en que se declara “default” (suspensión de pagos e insolvencia) ya no se cobran los Bonos del Tesoro y podría sobrevenir el colapso financiero.
El analista no descarta que la crisis afecte las posibilidades de comercio exterior ecuatoriano, porque si la economía entra en una profunda recesión, la posibilidad de colocar las exportaciones en el mercado norteamericano y europeo, disminuye.
Por lo tanto, urgió aplicar el Plan Nacional para el Buen Vivir que fomenta una economía endógena que fortalece la estructura productiva en términos de mejorar el consumo y bienestar de los ecuatorianos. Es decir, que antes de destinar la producción al resto del mundo, “generemos mayor nivel de bienestar aumentando los niveles de consumo de los sectores sociales, pero también, fundamentalmente, diversificando mercados”. De hecho, dijo, que nuestras exportaciones no deben concentrarse en Estados Unidos y Europa, sino abrir nuevos mercados, en términos de profundizar la integración de América Latina y, fundamentalmente, los mercados existentes en la zona del Pacífico.
El reemplazo del dólar
Gallegos adelantó que Estados Unidos analiza el Plan B de sustitución del dólar que le permita crear una moneda mundial diferente que sirva para los intercambios comerciales, para lo cual, tiene primero que salir de la crisis y luego crear un mecanismo entre el dólar y el euro.
De estar a las puertas de la caída del dólar, el analista enfatizó que Ecuador debe pensar en tener un sistema alternativo al billete verde, antes de que la situación sucumba y se deba salir a la fuerza de la dolarización. “Hay que pensar desde ahora -insistió- para que no nos sosprenda; el presidente Correa ha hecho las cosas que deben realizarse, como el cambio de la matriz productiva, un proyecto fundamental para ahorrar dólares”. A la vez, abogó por medidas que permitan disminuir las importaciones ecuatorianas para equilibrar la balanza de pagos que sigue siendo deficitaria. En cambio, Orbe explica que para que la economía de Estados Unidos se recupere, necesita aumentar la tasa de interés. El objetivo es volverla mucho más atractiva y que los capitales, en lugar de estar en las economías emergentes, vayan hacia norteamérica. Pero si la medida ayudaría a revalorizar el dólar, daría lugar a un debilitamiento del consumo y por tanto de la estructura productiva, “generándose mayor nivel de desempleo y una profunda recesión económica”.