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El estiaje pasa sin hacerse sentir hasta el momento
El estiaje o falta de lluvias en la vertiente amazónica no está afectando, por el momento, a la generación de las centrales hidroeléctricas de Paute (Molino) y Mazar, que se nutren del caudal de los ríos provenientes de esa cuenca y en especial del río Paute.
Este periodo de estiaje se inicia en octubre y termina en marzo del próximo año. Sin embargo, hasta la fecha, las condiciones hidrológicas siguen siendo normales, dijeron fuentes oficiales, sin descartar cambios durante el periodo que exige una mayor generación térmica e, inclusive, compra de energía a Colombia para cubrir la demanda nacional.
En efecto, durante estos días, se han registrado suficientes lluvias, tanto en el austro del país donde se ubican las dos centrales, como en la Amazonía, que permiten mantener una cantidad de ingreso normal a las represas para esta época del año, de caudales bajos.
Al 13 de agosto anterior, la generación hidroeléctrica fue del 65.74%, la térmica el 30,64% y se importó de Colombia el 0,66%, frente a las compras del 7,63% realizadas en febrero y 7,38% de marzo, según el Cenace. Actualmente, el 45,46% de la energía que utiliza Ecuador, en promedio, es de generación térmicaEl Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) aprovecha estos cinco meses de baja producción hidroeléctrica para realizar el mantenimiento programado de estas centrales, y en su reemplazo entran a operar las plantas térmicas.
Según las fuentes, con la entrada en operación comercial de la central hidroeléctrica Mazar en junio de 2010, hay una mayor garantía de abastecimiento de energía, cuyo embalse tiene capacidad para almacenar 410 millones de pies cúbicos de agua, cuatro veces más que el embalse de Amaluza de la central Molino (120 millones de metros cúbicos), la más grande del país que genera 1.100 megavatios (MW) y aporta con un porcentaje superior al 33% de energía al Sistema Nacional Interconectado (SNI).
Su importancia será reemplazada solo en 2016 por el proyecto hidroeléctrico Coca-Codo Sinclair, de 1.500 MW, lo que permitirá al país cambiar su matriz energética y le abre la posibilidad de convertirse en exportador de energía.
En Mazar, el nivel máximo de la cota es de 2.153 metros sobre el nivel del mar y el viernes anterior, a las 9:00, estuvo en 2.149,8 metros, e ingresaba agua en un volumen de 130 metros cúbicos por segundo. Esto significa que hay suficiente agua acumulada para enfrentar de mejor manera el estiaje, dijeron los técnicos.
Mazar opera con dos turbinas de 170 megavatios (MW) en total; regula el caudal del río Paute y contiene los sedimentos para prolongar la vida útil de la central Molino.
En cambio, la cota de Amaluza se encontraba en 1.987,14 metros sobre el nivel del mar e ingresaban 100 metros cúbicos por segundo, conforme los datos de la página web de la Corporación Eléctrica Nacional (Celec) e Hidropaute. A esa hora, estaban funcionando seis turbinas y a partir de las 18:00 ingresaron ocho de las 10 máquinas para atender el mayor consumo de energía que se prolonga hasta las 22:00.
Al 13 de agosto anterior, la generación hidroeléctrica fue del 65.74%, la térmica el 30,64% y se importó de Colombia el 0,66%, frente a las compras del 7,63% realizadas en febrero y 7,38% de marzo, según el Cenace (ver gráfico 2).
En el gráfico 1, en cambio, se puede apreciar el comportamiento de la cobertura de la demanda mediante contratos entre enero y septiembre de 2013, siendo los meses de agosto, enero, marzo y junio con los picos más altos.
Actualmente, el 45,46% de la energía que utiliza Ecuador, en promedio, es de generación térmica, el 48,33% hídrico, el 4,89% se obtiene de las interconexiones con Colombia y Perú, y el 1,32% es de biomasa. La política del Gobierno apunta a que en el año 2020, el 93,53% de la energía utilizada sea hídrica y solo el 4,86% térmica.
El presidente Rafael Correa dijo, en su oportunidad, que los principales proyectos hidroeléctricos se encuentran en la vertiente del Amazonas, por lo que, cuando faltan las lluvias, sufre la producción de todas esas generadoras y vienen los temidos apagones.
Es por eso que el cambio de la matriz energética contempla la construcción de proyectos en la vertiente del Pacífico. “Cómo es posible –enfatizó- que un país con tanta riqueza hídrica como Ecuador tenga todavía el 45% de energía termoeléctrica, tremendamente costosa, depredadora del medio ambiente por contaminante e importadora de combustible”.
En los últimos cuatro años, el país no ha sufrido racionamientos de energía. El último registrado fue en 2009, cuando Ecuador enfrentó un déficit eléctrico de alrededor de 4.000 MW que no respondía al crecimiento de la demanda de un 6%, y una oferta casi nula, según el exministro de Energía, Alberto Acosta.
Ese año, el estiaje no solo afectó a Ecuador, sino a varios países de Sudamérica que tienen el mismo régimen de lluvias.
Así, se redujo el caudal del río Paute en un 60%, al pasar de 70 metros cúbicos por segundo a menos de 23 metros, por lo que la cota de Amaluza llegó a 1.968,08 metros sobre el nivel del mar.
En breve
Con la central Cardenillo se completará el complejo hidroeléctrico Paute Integral.
Según los estudios, captará de forma directa el agua de
los túneles de descarga de la central Sopladora. Estos proyectos debieron haberse construido hace 30 años.Para Acosta, los racionamientos paralizaron el aparato productivo, compras emergentes de equipos de generación térmica a diésel, producto del cual el país es deficitario y tiene que importar a precios internacionales y lo vende a en el mercado local a valores subsidiados.
También hubo costosas importaciones de electricidad desde Colombia y Perú. Los mismos episodios se registraron en 1992, 1995, 1996 y 1997.
El gobierno calculó que los cortes de energía que afectaron al país durante 46 días, provocaron pérdidas de 280 millones de dólares, aunque la Cámara de Comercio de Quito cuantificó en 550 millones.
Ecuador tiene cinco grandes cuencas hidrográficas: en la vertiente occidental andina hacia el Océano Pacífico, se ubican los ríos Esmeraldas, Guayas y Jubones; en la vertiente oriental hacia el Amazonas están los ríos Pastaza y Paute.
En la vertiente oriental, el sistema hidroeléctrico Paute Integral comprende las centrales Molino con su embalse Amaluza y 10 turbinas e igual número de generadores; Mazar, con su embalse Mazar; Sopladora con el embalse Marcayacu que debió haberse construido hace 30 años, y finalmente Cardenillo.
De ese modo, y cuando se completen de construir Sopladora, Marcayacu y Cardenillo, el complejo Paute podría producir en total 2.600 MW.
Sin embargo, la Celec tiene en carpeta otro proyecto pequeño: Dudas-Mazar, cercano a la presa de Mazar, en la desembocadura del río del mismo nombre, provincia de Cañar. Constaría de tres generadores de siete MW cada uno que suministrarían 21 MW. Su costo asciende a 49,3 millones de dólares.
Por su parte, Sopladora tiene un costo de 672,1 millones de dólares, de los cuales, el Estado ecuatoriano aporta con 100 millones (15%) y el Eximbank de la China financia los restantes 571 millones (85%). Se encuentran aguas debajo de la central Molino, de la cual captará los caudales y y aportará con 487 MW.
También se construye la central hidroeléctrica Toachi-Pilatón (253 MW), ubicada entre Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas y Cotopaxi.
El Celec ha identificado, además, otras obras como Minas-San Francisco (276 MW), Delsitanisagua (115 MW), Manduriacu (62,5 MW) y Quijos (50 MW).
Solo en la construcción de ocho hidroeléctricas el Estado invertirá un total de 4.983 millones de dólares para lograr una capacidad instalada de 6.779 megavatios de energía.