Si América Latina y El Caribe no mejoran sus términos de intercambio, volvería a tener ritmos de crecimiento económico de entre el 3% y 4%, que será insuficiente para enfrentar los grandes desafíos de la región, advirtió la Comisión Económica Para América Latina (Cepal).
Entre los retos que plantea el organismo figuran: el apoyo de la banca regional de desarrollo a los programas 2014-2020; renovar la vigilancia sobre los equilibrios macroeconómicos; privilegiar el ahorro y las exportaciones para invertir más y elevar la productividad; y la urgencia de políticas industriales que diversifiquen la producción y las exportaciones, para lo cual, la integración regional es un punto importante al que apela la comisión.
El crecimiento económico en los países industrializados en los próximos años se verá limitado por el alto endeudamiento público, el lento proceso de desapalancamiento del sector financiero, el elevado desempleo,
entre otros factores. No así, los países en desarrollo continuarán siendo el principal polo de dinamismo.
En su documento anual Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y El Caribe 2013, la Cepal advierte sobre diversos factores que limitarán el crecimiento en los países industrializados en los próximos años, como el alto endeudamiento público, el lento proceso de desapalancamiento del sector financiero, el elevado desempleo y el envejecimiento de la población.
Sin embargo, y pese a una cierta desaceleración del crecimiento, afirma que los países en desarrollo continuarán siendo el principal polo de dinamismo de la economía mundial durante el resto de la presente década.
Marcada por la incertidumbre, la economía se recupera lentamente en 2013: Estados Unidos lo hace en 1,9% por la restricción fiscal; Europa, en 1,2% en el segundo trimestre, luego de seis trimestres de crecimiento negativo (-0.4% en este año); y China, en el 7,5%.
El informe señala que en los países desarrollados, la favorable coyuntura financiera contrasta con la débil economía real; y las naciones en desarrollo se desaceleran y podrían enfrentar un escenario financiero más restrictivo ante el retiro del estímulo monetario de Estados Unidos.
Comercio mundial
La Cepal anticipa un retraso en el comercio mundial por la debilidad de la demanda. Después de haber crecido solo un 2% en 2012, su volumen aumentará en torno a un 2,5% en 2013, cifra muy inferior a su ritmo de expansión previo a la crisis de 2008. De este modo, 2013 sería el segundo año consecutivo en que el comercio mundial crecería menos que el PIB mundial.
Se prevé que México y Centroamérica, cuyas ventas externas se dirigen principalmente a Estados Unidos, se vean beneficiados por la incipiente recuperación de esta nación. Sin embargo, el lento crecimiento europeo frenará las exportaciones de algunos países sudamericanos que están más orientados a ese mercado.
Los países de América Latina y El Caribe, cuyas exportaciones dependen de China y el resto de Asia, probablemente tendrán un mayor crecimiento en volumen pero, al mismo tiempo, un cambio gradual en la demanda de los productos básicos hacia los más elaborados.
En valor exportado, Paraguay y Uruguay registrarían los mayores aumentos en 2013 (33% y 14%, respectivamente), en gran medida, por la fuerte expansión de sus exportaciones de semillas de soya y carne. Al contrario, otras naciones registrarían caídas: Perú (-7%) y Guatemala (-5%). México, el principal exportador regional, observará un crecimiento de sus ventas externas cercano al 3%. Por su parte, Brasil, segundo mayor exportador regional, vería un estancamiento.
El documento muestra, además, que las ganancias de los términos de intercambio entre 2004 y 2011 contribuyeron a casi la mitad del crecimiento del ingreso nacional bruto en Chile (47%). También hay aportes significativos en los casos de Ecuador (35%), México (27%) y Brasil (22%). Sin embargo, las cifras evidencian la excesiva dependencia del ciclo de los precios internacionales de los productos básicos, un rasgo crítico del desarrollo de la región, señala el documento.
Respecto al valor de la exportación de bienes en el primer semestre de 2013, la Cepal informó de la disminución del 1,7% en comparación con igual periodo de 2012 (ver cuadro 1). Las mayores bajas se produjeron en Chile, Centroamérica y el Mercado Común del Sur (Mercosur).
Únicamente seis países registraron tasas de crecimiento positivas: Argentina, Bolivia, El Salvador, México, Paraguay y Uruguay. De este grupo se destacan Bolivia por el gas natural (principal producto de exportación, que representa el 50% del total de ventas facturadas) que aumentó un 21%; y Paraguay, especialmente por las de semillas de soya, que crecieron en más del 60%. Sobre el valor de las importaciones de bienes, la Cepal indica que únicamente cuatro países mostraron una reducción (Guatemala, Honduras, Nicaragua y Perú (ver cuadro 1).
Respecto de los principales productos básicos exportados por los países de la región, el informe indica que en 2012 las mayores variaciones se registraron en el hierro, con una caída del 23% en el precio promedio anual, por efectos de mayor oferta, un menor dinamismo de la economía china y las preocupaciones sobre el crecimiento económico mundial. No obstante, en el primer trimestre de 2013, el precio experimentó un incremento significativo, determinado, fundamentalmente, por una fuerte recomposición de existencias por parte de China, el mayor consumidor mundial.
Los mismos factores incidieron en el precio del cobre, que registró una baja de casi un 10% con respecto a 2011, cuya evolución estuvo dominada por nuevos incrementos de la oferta que causaron una caída de casi un 4%.
El precio promedio de la soya también bajó en el primer semestre en casi el 8% por la recuperación de la oferta, frente a un crecimiento de la producción como resultado de condiciones climáticas adversas en varios países productores.
La Cepal apunta a la integración para salir de la crisis. Señala que si Brasil renueva su interés en negociar con la Unión Europea (UE), se abren nuevas opciones para la integración. Si el Mercosur finaliza las negociaciones con Europa, 15 economías de América Latina tendrían acuerdos comerciales. Esto tendería puentes con EE.UU., la UE y la Alianza del Pacífico.
Entre tanto, en el precio del petróleo influyó la inestabilidad política de varios países productores y la incertidumbre sobre el desempeño de la economía mundial, que ocasionaron alzas y bajas a lo largo de 2012, con un valor promedio de apenas el 1% más que en 2011.
El conflicto en Siria
Entre 2004 y 2011, los términos de intercambio contribuyeron a la mitad del crecimiento del Ingreso Nacional Bruto (INB) en Venezuela; al 47% en Chile; 35% en Ecuador; 27% en México y 22% en Brasil. Estas cifras ponen de relieve un rasgo crítico del desarrollo regional por la excesiva dependencia del ciclo de los precios internacionales de los productos básicos, apunta el informe.
Las perspectivas hacia el futuro están condicionadas en el corto plazo por una posible escalada del conflicto desatado en Siria. Esta crisis, “si involucrara la participación de otros países, plantearía un serio riesgo para la economía y el comercio mundial”. En efecto, un aumento de la tensión en el Oriente Medio se traduciría en precios del petróleo mayores y más volátiles, que empeorarían la balanza comercial de los importadores netos del hidrocarburo. Además, habría una mayor aversión al riesgo por parte de los inversionistas internacionales, que encarecería el financiamiento internacional para los países en desarrollo.
El mediano plazo se caracterizará por una lenta resolución de los problemas estructurales de los países industrializados y un crecimiento moderado de los países emergentes que, no obstante, equivaldría al doble o más del crecimiento de los primeros (Ver gráfico 3). En el corto plazo, el mayor reto es lograr una salida ordenada de las políticas de flexibilización cuantitativa de los países avanzados, evitando las salidas masivas de flujos de capital, las depreciaciones descontroladas y las crisis de balanza de pagos en los países emergentes y en desarrollo.
Para la Comisión, este escenario de crecimiento más bien modesto de las economías industrializadas debe examinarse en conjunto con las meganegociaciones que vinculan a Estados Unidos, Europa y Japón, y pueden inducir importantes corrientes de comercio e inversiones.
Los megacuerdos
El documento de la Cepal resalta que uno de los principales rasgos de la actual coyuntura económica internacional son las negociaciones mega-regionales, que vinculan las principales redes de producción: Europa, América del Norte y Asia.
Varias negociaciones mega-regionales en curso están modificando el panorama del comercio mundial, y apuntan a crear grandes espacios económicamente integrados, tanto regionales (en Asia) como transatlánticos y transpacíficos.
Según el organismo, las negociaciones en curso probablemente tendrán un fuerte impacto en la distribución geográfica y la gobernanza de los flujos mundiales de comercio e inversión en los próximos años. La magnitud de estas iniciativas podría implicar que en 2020 se haya producido una verdadera redefinición de las reglas del comercio internacional. Hasta ahora, esta redefinición se realiza al margen de la OMC y sin abordar algunos de los temas pendientes en la agenda comercial que más interesan a los países en desarrollo. Producto de estas negociaciones -destaca la Cepal- los países de la región, además de una desviación en los flujos de comercio e inversión, podrían enfrentar restricciones en el acceso a las oportunidades de conocimiento e innovación que proveen las nuevas tecnologías.
Las mega-negociaciones entre las naciones del mundo incluyen temas no regulados por la OMC que son importantes para las redes internacionales de producción.
Precisamente, su agenda temática se hace cada vez más sofisticada, buscando armonizar las reglas mediante las cuales operan las distintas redes de producción para facilitar las operaciones de las empresas multinacionales presentes en América del Norte, Europa y Asia.
Según el organismo, ya entrado el segundo semestre de 2013, la persistente debilidad de la zona del euro y una desaceleración superior a la prevista en los países emergentes, influyeron en la falta de consolidación de la recuperación económica mundial. En junio, las Naciones Unidas rebajaron al 3,1% la proyección de crecimiento mundial para 2013, lo que representa una reducción de 0,1% y llega al 3%, similar a la registrada en 2012. China, India y el resto de los países emergentes de Asia y la Federación de Rusia son las economías que observan el mayor freno. Con una demanda global menos dinámica, estos países requieren desplazarse desde un marcado énfasis en las exportaciones y la inversión, hacia un mayor rol del consumo interno.
Asimismo, la Cepal observa que otras economías emergentes se desaceleran más marcadamente que China. La economía india ha crecido desde 2009 hasta llegar al 5,1% en 2012, como resultado de una baja demanda externa, un débil consumo y un fuerte ajuste fiscal.
Los diez países de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (Asean) también crecen menos que en los años de precrisis, por un menor dinamismo exportador, fruto de la baja demanda de China, India y la zona del euro, y los menores precios de los productos primarios exportados.
Industrias predominantes
Para la Cepal, en el Mercosur, a diferencia del Mercado Común Centroamericano (MCC) y la Comunidad Andina (CAN), hay un predominio de las industrias automotriz y de autopartes y de maquinaria y equipo, sobre todo en el comercio entre Argentina y Brasil y, en menor medida, entre estos países y Uruguay.
Ambas industrias gozan de protección arancelaria y un régimen administrado de las decisiones de inversión y producción de las empresas transnacionales, y su comercio en la subregión es alta. Pero un porcentaje importante de los insumos intermedios requeridos por la industria brasileña se importa de China y otros países de Asia, señala el informe. En los dos mercados, reviste importancia la participación de la industria farmacéutica, con productos medicinales, sueros y apósitos, y de la industria química, con productos de perfumería, cosméticos y de limpieza. En las cadenas eléctrica y electrónica y de maquinaria y equipo, si bien la participación es importante en términos de su incidencia en el comercio intrarregional, la participación relativa en el total de exportaciones de bienes intermedios que se realizan en esos bloques comerciales, no supera el 4% en el caso de la primera cadena y el 1% en la segunda.
EN BREVE
Mega-regionalismo. El desafío es mejorar la calidad de la inserción económica internacional en América Latina.
Crisis. La zona del euro seguirá débil por varios años, afectando a las exportaciones
latinoamericanas y caribeñas.
Perspectiva. Los precios de los principales productos primarios bajarían en 2013 y se estabilizarían en 2014 y 2015.
Economía. China y el resto de Asia continuarán siendo los mercados más dinámicos, según la Cepal.
En el segmento de industrias livianas (agroindustria, textil y vestuario, y papel y cartón), los países de los dos bloques apuntan a una importante densidad de comercio de bienes intermedios y alta proporción de intercambios recíprocos, salvo en el caso de la cadena del vestuario, que está fuertemente integrada a la “fábrica América del Norte” (ver gráfico 5).
Un ejemplo de este tipo de cadenas de valor es la industria de tejidos de algodón Denim, que suministra sus insumos a fábricas de confección en Ecuador y Perú.
Llama la atención, apunta la Cepal, el escaso nivel del comercio dentro de las agrupaciones subregionales en la industria eléctrica y electrónica, que no supera el 4% del total de los intercambios de bienes intermedios. La mayoría de las exportaciones de esta industria se destina a mercados de fuera de la región, especialmente Estados Unidos, o al comercio entre distintos esquemas, en el que se destacan las ventas de Brasil al resto de los países de América del Sur. En cambio, las economías de El Caribe exhiben una débil inserción en cadenas de valor y limitadas relaciones de comercio intraindustrial. Trinidad y Tobago es el principal proveedor de la mayor parte de las manufacturas que demandan las economías caribeñas de menor tamaño.
Riesgos
La perspectiva de una leve recuperación de la economía mundial está sujeta a varios riesgos.
La Cepal indica que en el corto plazo existe la incertidumbre de una escalada del conflicto en Siria, que podría elevar el precio del crudo y empeoraría la balanza comercial de las importaciones.
Otro riesgo son los posibles efectos desestabilizadores de la disminución de la expansión monetaria en Estados Unidos, con subidas de las tasas de interés y la desaceleración económica, junto con una apreciación cambiaria. Los países emergentes podrían enfrentar la depreciación de sus monedas y la salida de capitales especulativos. En particular, los países en desarrollo, con un déficit importante en la cuenta corriente, tendrían que aumentar la tasa de interés para lograr su financiamiento, lo que impactaría negativamente en su crecimiento.
Otros riesgos apuntan a la dificultad de mantener el crecimiento en los países tras el retiro de la expansión monetaria, una posible crisis bancaria en la zona del euro y la falta de un acuerdo en los Estados Unidos para aumentar el nivel de endeudamiento público.