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China irrumpe en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte
Nada más certero sobre lo que está pasando en la geoeconomía mundial, que el título de un reciente artículo publicado en la Revista Cepal 110: El huésped no invitado del Tlcan: China y la desintegración del Comercio de América del Norte, para ilustrar el ascenso de este país en la economía global y su amenaza competitiva para el acuerdo comercial entre México, Estados Unidos (EE.UU.) y Canadá.
El artículo, cuyos autores son Enrique Dussel Peters, profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México y director del Centro de Estudios China-México, y Kevin P. Gallagher, profesor adjunto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Boston y Codirector de la Global Economic Gvernance Initiative, desnuda esta realidad que se ha venido forjando en los últimos años. Los académicos señalan que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Tlcan) estuvo rodeado de promesas, que incluían halagüeñas previsiones de crecimiento de las exportaciones, del empleo y del Producto Interno Bruto (PIB), tanto en México como en EE.UU.
De hecho, ese era el resultado previsto por la teoría tradicional, pues el acuerdo permitía que cada nación se especializara en los sectores donde gozaba de mayores ventajas comparativas.
Si bien el Tratado produciría nuevos ganadores y perdedores, había consenso en que las ganancias superarían a las pérdidas, ofreciendo la posibilidad de que los ganadores compensaran a los perdedores y, de ese modo, mejorara la situación de todos los miembros. Sin embargo, esos modelos suponían -entre otras elementos- que los acuerdos comerciales fuera del Tlcan se mantendrían constantes.
En 1994, ninguno de los análisis o modelos reflejaba la preocupación de que China pudiera ingresar a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2001, con ventajas comparativas en algunos sectores muy apreciados tanto en EE.UU. como en México. Según los autores, desde su ingreso al organismo mundial, hasta 2010, se observa que China aventajaba a México en el mercado estadounidense y comenzaba a competir con esta nación en el mercado mexicano.
Se encontraron 53 sectores del mercado mexicano en que la participación estadounidense disminuye a medida que China avanza, lo que aparentemente permitiría a México incrementar su eficiencia y volverse más competitivo. Sin embargo, el país azteca está perdiendo participación en esos sectores del mercado de EE.UU. que representan el 49% de sus exportaciones, advierten los autores.
Tlcan en dos etapas
“El Tlcan ha pasado por al menos dos etapas diferentes desde su implementación: de 1994 a 2000, cuando se profundizó la integración en términos de comercio e inversiones, y de 2001 a 2010, cuando la mayoría de los procesos previos se invirtieron”, dicen los académicos.
Agregan que en la primera (1994-2000), la región se integró en forma profunda, a raíz del comercio, las inversiones, las normas de origen y segmentos específicos de cadenas industriales, como la de autopartes-automotriz y la cadena hilotextiles-confección.
También creció en términos del Producto Interno Bruto (PIB), comercio, inversiones, empleo y salarios, entre otras variables.
Para los autores, el cierre gradual de algunas de las brechas entre EE.UU y México era cierto solo para una pequeña parte de la polarizada estructura territorial y socioeconómica del país azteca. Incluso, en segmentos de la industria mexicana que estaban muy integrados en el Tlcan, no se tradujo en un proceso más amplio que promoviera encadenamientos hacia delante y atrás en México. En la segunda etapa (a partir de 2000 en adelante), el Tlcan se ha ido deteriorando en términos de comercio, inversión y comercio intraindustrial y, aparentemente, tanto México como EE.UU., están perdiendo terreno ante terceros países como China.
El análisis del comercio que hacen los autores, muestra claramente el aumento de la participación mexicana en las importaciones estadounidenses, hasta quedar en segundo lugar después del Canadá en 2001-2004, para luego ser desplazada por China.
Así, destacan que la participación de EE.UU.-tradicionalmente el principal socio comercial de México- en las importaciones mexicanas disminuyó más del 75% en los primeros cinco años, después de la entrada en vigor del Tlcan, a menos del 50% desde 2009. Como evidencian distintos cálculos, China constituye, en ambos casos, el factor principal de la desintegración.
Como señala el documento, la penetración de los productos chinos en los 20 principales rubros de exportación de México a EE.UU y viceversa, se ha incrementado notablemente desde 2000. La participación estadounidense en las exportaciones mexicanas pasó del 72% al 41,54% entre 2000-2009, mientras que la de China se acrecentó del 1,09% al 17,83%. En total, el 96% de las exportaciones estadounidenses a México y el 81% de las exportaciones mexicanas a EE.UU. está bajo “amenaza”, según define publicación de la Cepal.
De acuerdo con la Oficina de presupuesto del Congreso (CBO) de EE.UU., el Tlcan estimularía las exportaciones de automóviles y sus repuestos y piezas hacia México, mientras que las importaciones aumentarían a un ritmo menor, de modo que se produciría un superávit, o el déficit se reduciría.
Industrias textil y automotriz
Además, la CBO previó el incremento en ambas direcciones del comercio de la industria textil y de prendas de vestir entre EE.UU. y México.
Como se puede apreciar en el gráfico 1 la participación de los productos mexicanos en el mercado estadounidense fue aumentando hasta alcanzar el 11,6% en 2002 (apenas un año después de que China ingresara en la OMC), mientras que la participación de China se incrementó repentinamente al 12,1% en 2003 y continuó acrecentándose desde entonces. En 2010, los productos chinos representaban el 19,1% de las importaciones de EE.UU. Entre tanto, la cuota de México era del 12,1%.
Estados Unidos también está perdiendo terreno en los mercados mexicanos a medida que crece la participación de China. En los primeros cinco años posteriores al Tlcan, su intervención en los mercados de importación mexicanos bordeaba el 75%, cifra que se redujo al 48% en 2009, como se muestra en el gráfico 2. Con otro intertítulo: China se cuela en la fiesta del Tlcan, los autores se refieren a la cadena hilo-textiles-confección que también se vio afectada con la irrupción del país asiático.
Desde una perspectiva mexicana, se trata de un sector simbólico de la integración con su vecino del norte, muy dinámico, orientado a la exportación, e intensivo en mano de obra que depende, en gran medida, de importaciones desde EE.UU. y que producía un superávit comercial (sorprendentemente convertido en un déficit desde 2005).
No obstante, el sector registró una pérdida de más del 50% de sus puestos de trabajo en el periodo 2000-2010 y atraviesa una profunda crisis en toda la región: los efectos de los incentivos del Tlcan han cesado y tanto en México como en EE.UU. se perdieron cientos de miles de empleos en esa década.
La erosión de las normas de origen del Tratado, la firma de otros acuerdos de libre comercio desde que este entró en vigor y la competencia con Asia y China, tuvieron graves consecuencias dentro del convenio: la participación china en las importaciones de EE.UU. creció del 12% al 42,1% en 2000-2010, mientras que la de México se redujo del 13,22% al 6,51%, señala la investigación.
Asimismo, respecto a la cadena autopartes-automotriz, los autores precisan que si bien China se convirtió en el principal productor de automóviles en 2010 (casi la cuarta parte de los vehículos en todo el mundo y más del doble de la cifra de Estados Unidos), el 100% de su producción (además de las importaciones) se destina al consumo interno.
Sin embargo, observan que como consecuencia de las inversiones masivas del sector público chino, se están integrando cada vez más nuevas marcas con tecnologías de creciente sofisticación, que representan casi el 40% de la producción total de vehículos.
Muy pronto, advierten, China comenzará a competir con los vehículos en América Latina, México y EE.UU., de modo que este sector podría ser muy relevante en términos de respuestas de políticas en la zona del Tlcan con respecto a las relaciones entre los miembros del Tratado y a las relaciones bilaterales entre países.
En definitiva, a diferencia de la cadena de hilo-textiles-confección, la relacionada con autopartes-automotriz se encuentra todavía en otra fase de integración en la zona del Tlcan. Mientras que la primera está perdiendo terreno en la región y sobre todo en EE.UU, en la segunda, la integración entre México y ese país ha continuado.