Ecuador / Martes, 23 Septiembre 2025

Toquinho, obrero de su propio talento

“Luego de más de cincuenta años de carrera, continúo trabajando con el mismo apego, ya sea grabando un disco, o dando conciertos. Mi profesión me equilibra: estudio guitarra todos los días, adoro tocar en vivo y adoro cantar. Sin embargo, me agrada también cuidar el aspecto financiero. Siempre tuve intuición para ganar dinero, ya que el dinero —guste o no nos guste— es una ayuda para saber escoger qué hacer, y para saber decir no, en determinadas circunstancias. Desde el momento en que piso un escenario, comienza para mí la diversión. Cuento anécdotas, improviso y bromeo con mis músicos. Espero poder hacer eso hasta los 90 años”.

“Me gusta ver las cosas a largo plazo. Hay un refrán que dice: ‘Isca longe, peixe grande’ (anzuelo largo, pescado grande). Un buen proyecto se hace sin prisa… Me siento tan a gusto en los estudios de grabación como en cualquier teatro. Pienso además que la sonrisa es la ‘llave maestra’ que da sustento al entusiasmo a todo lo que yo hago. En plazas públicas y teatros de grande o mediana capacidad, la calidad del sonido se constituye en mi principal exigencia. Me encanta entregarme por completo al público, como si ambos —el público y yo— estuviésemos en la sala de mi casa. Además de cantautor e instrumentista, me siento un auténtico contador de anécdotas, y alegremente me gusta involucrar al público con mis valores humanos. A menudo, minutos antes de un concierto, decido cómo lo voy a comenzar y cómo lo voy a estructurar, porque hay tantas canciones y tantos recuerdos por compartir, que me puedo dar el lujo de montar un espectáculo diferente en cada presentación. Estoy consciente de que soy un artista y que esta condición en absoluto compromete las actuaciones del ser común y corriente que también soy”.

“Trato de mantener siempre una armonía perfecta entre el arte con el que ejerzo la vida, y la vida que coloco en mi arte. Sin duda alguna, Vinícius de Moraes tiene una parcela de influencia en mi formación de ‘Comandante de Shows’. Aprendí mucho con Vinícius, pues tenía apenas 23 años cuando comencé a trabajar con él”.

Ese es más o menos Toquinho, con quien estoy ahora mismo, a las diez de la noche, antes de ir a una fiesta de cumpleaños en el Baretto, uno de los antros de la música de buen nivel y de mayor prestigio en la grande Sao Paulo. Mientras devoramos un pescadito y bebemos unas copitas de vino en el Cuisine du soleil, del Maksoud Plaza, conversamos largamente, como no lo habíamos hecho desde hace 7 años. Me dice en tono casi nostálgico que Brasil se encuentra viviendo un momento histórico muy singular, y que los resultados del pasado Mundial de fútbol de una selección tácticamente desfasada reflejan un poco ese estado de crisis de valores en el que está sumido su país. “Dejando a un lado a Neymar, este momento en Brasil no hay ningún otro que valga la pena…”.

“Estoy como si recién empezara mi carrera (ríe), adaptándome a las circunstancias y con muchos deseos de trabajar todo el tiempo. A pesar de vivir en un mundo muy complejo, me siento una persona feliz, pero con las insatisfacciones naturales de alguien a quien le gustaría ver mayor justicia social. De cualquier forma me considero un ser privilegiado, que ha tenido lo que quiso, y que tiene lo que quiere: la música, una familia y algunos gustos…”.

¿Qué está previsto para conmemorar sus 50 años de carrera?

Se han planificado algunas megalomanías, como un nuevo DVD; un filme sobre mi vida y, en fin, todas aquellas cosas que se acostumbra hacer sobre una persona de quien se dice ‘algo hizo’ (ríe a carcajadas). Y claro, yo colaboro como si esto fuera el inicio de otra etapa de mi carrera.

¿Y habrá disco nuevo?

No, disco nuevo creo que no, veo más bien un disco conmemorativo del pasado pero sin proyección al futuro. El CD como tal ya no existe, pues las multinacionales discográficas son elefantes blancos que ya no venden más. El DVD, en cambio, es una mejor opción, ya que tiene menos posibilidad de ser pirateado. En suma, lo que se está haciendo es más bien un trabajo focalizado sobre todo en lo que hice en el pasado, sin tener la preocupación de componer una o varias canciones nuevas. Este DVD tendrá la participación de Chico Buarque, Caetano Veloso, Gilberto Gil, Simone, Elba Ramalho y otros. Es decir, las personas que forman parte de mi vida y con las que tengo alguna historia.

Te aclaro, ellos no van a aparecer como invitados en el DVD. Siendo yo el hilo conductor, ellos van a participar desde sus casas, desde la mía, de una forma mucho más coloquial, mucho más intimista, es decir, mostrándonos como somos realmente, no vestidos de corbata o esmoquin en un escenario, sino de una forma muy informal. De esta forma, salgo un poco del formato tradicional del DVD, en el que es común que uno aparezca en medio de un show con todos los invitados.

Me han informado que también se publicará un libro.

Sí, efectivamente habrá también un libro que está ya bastante avanzado. En fin, te cuento que todas estas cosas me aburren un poco, francamente, pero qué le vamos hacer, forman parte de mi vida.

¿Qué ha habido en la vida de Toquinho en los últimos 10 años? O mejor dicho, ¿de qué hablará el libro en este último período artístico suyo?

Mira, en cuanto a espectáculos habrá muchas cosas, pero en estos últimos años —a pesar de haber grabado un CD con 17 canciones inéditas— yo me he preocupado de hacer muchos trabajos en sociedad con otros cantantes y escritores, entre los que destacan 10 temas compuestos con Antonio Skármeta, que ya están listos, pero que aún no han sido grabados.

¡De acuerdo, yo lo sé, pero ese trabajo se está demorando más que una catedral!

El problema no es ni de Antonio ni mío; el problema es el financiamiento, y un disco hecho con Skármeta debe tener un lanzamiento a nivel mundial y eso evidentemente cuesta mucho dinero.

¿A qué y a quiénes canta Toquinho?

Yo canto a los niños, aquí en Brasil mi trabajo en ese sentido ha sido muy grande; yo canto a los padres de esos niños y canto a los abuelos de esos niños; canto a todo lo que está inmerso en lo cotidiano y canto a los músicos que recién se están iniciando, al guitarrista que le gusta tocar guitarra, al guitarrista consagrado y a las cantantes jóvenes y bellas (reímos a carcajadas).

Me parece que Zuza Homem de Melo(1) alguna vez dijo que en la historia de la guitarra brasileña hay cuatro personajes que se han destacado: Dilermando Reis; luego ese ‘huracán’ llamado Baden Powell; Paulinho Nogueira y Toquinho. Cada uno de ellos, en lo que podríamos llamar la ‘escuela de la guitarra brasileña’, imprimió un estilo propio de tocar guitarra. ¿Por qué el más joven de ellos, usted, en este caso, no ha grabado sino un solo disco instrumental? ¿Qué va a dejar como legado, como registro, a los aficionados y maestros de la guitarra?

Es verdad, qué curioso, esta semana estaba pensando justamente en eso, porque, si bien existe Internet, no hay efectivamente discos grabados de forma instrumental. Yo tengo que grabar un disco ahora, me dije, ¡yo quiero grabarlo! Lo que sucede es que dentro de mi trayectoria como compositor, soy más conocido como cantautor, porque la gente ha querido oírme más como compositor y cantante, y, por supuesto, cantar conmigo mis éxitos populares durante los shows. Por ello, yo diría que me quedé un poco cautivo de esa expectativa del público. Y como soy una persona, no sé si generosa y nada dictatorial en los escenarios, mi guitarra pasó a un segundo plano. De todas formas, en cada concierto, un poco tímidamente, pido casi un permiso al público para tocar 3 o 4 temas instrumentales.

Ese no era el caso de Dilermando Reis, Paulinho Nogueira y Baden Powell, que no cantaban. Entonces, ahora yo tengo la idea de grabar uno o quizá dos discos instrumentales.

Como usted dice, toca y canta para los jóvenes a quienes les gusta la guitarra. ¡Ahí tiene una deuda con la juventud!

Sí, el deber, tienes razón, concuerdo plenamente, es algo que tengo que hacer.

Ha escrito cerca de 400 canciones. ¿No piensa que las versiones instrumentales de algunas pueden tener un encanto increíble?

Puede ser, dentro de poco tiempo va a salir igualmente un cofre con 5 CD, inédito, para coleccionistas, de antiguos shows que hice junto a Vinícius de Moraes con cosas muy interesantes y lindas.

¿Cómo transcurre normalmente un día en la vida de Toquinho?

(Ríe a carcajadas) No me gusta hacer muchas cosas pero tengo que hacerlas. Me despierto, desconecto el teléfono, tomo un café, juego tranquilamente un poco de billar, y después, toco más o menos una hora la guitarra. Enciendo el teléfono, y ahí reviso por lo menos 20 mensajes y llamadas perdidas. Como tú sabes, buena parte del dinero que gano lo invierto en varias cosas.

Almuerzo y luego a eso de las 2 de la tarde salgo, y hago cosas afuera que nada tienen que ver con la música, hasta las 6 de la tarde. Más o menos a esa hora vuelvo a casa, si es que no estoy de viaje o si no tengo una cena.

En suma, a pesar de los viajes, de los shows y de los negocios, llevo una vida muy tranquila al lado de mis dos hijos y de mi exmujer, tratando de aplicar todas las formas del buen vivir, para estar en paz. Todo eso me hace sentir vivo y contribuye para mi bienestar personal. Estoy con el mismo vigor de hace 20 años.

¿Se encuentra como Niemeyer, entonces? Un personaje él, ¿no?

(Ríe) Sí. Te cuento que yo me encontraba muchas veces con él en el mismo restaurante, se sentaba en la misma silla, comía de todo y se tomaba un whisky. Él fue un gran personaje de Brasil y del mundo…

Hablemos ahora de otras cosas. La famosa pianista y cantante canadiense Diana Krall —que entre paréntesis a mí me gusta mucho porque tiene un fraseo muy parecido al de Jobim cuando toca el piano— vino a Sao Paulo hace 2 años, y se conoció con usted. ¿Cómo se produjo ese encuentro?

Fue realmente una sorpresa para mí porque cuando vino a Sao Paulo la prensa le preguntó si para sus conciertos tenía un invitado brasileño y, para sorpresa mía, eligió mi nombre. Cuando me contactaron, yo respondí que no entendía nada porque no la conocía, pero los organizadores me dijeron que Diana pidió que yo participara, abriendo el show y que luego tocara unos temas con ella. Finalmente, acepté y por increíble que parezca, no pudimos siquiera ensayar. Hice entonces la primera parte y luego vino a mi camerino el guitarrista de la banda de Diana y le pregunté cómo tenía previsto tocar la canción ‘Este Seu Olhar’. Hicimos una prueba rápida y felizmente todo salió bien. Al finalizar, Diana me tomó la mano y la besó varias veces, con un respeto increíble y diciéndome a la vez cosas lindas…

Bueno, dejemos en paz a Diana Krall y dígame: ¿qué pasa políticamente en Brasil ahora?

Bueno, se sabe que todos somos rehenes de la política, ¿no? Casi todos pagamos los impuestos. Brasil está lindo, pero como digo en una canción, sigue triste por la corrupción y las desigualdades.

¿Cómo?, ¿tiene certeza de que el brasileño paga sus impuestos?

No, hace lo imposible para no pagar, hace todo para no ser un buen brasileño.

Toquinho y Francisco Aguirre Racines. Foto: cortesía Francisco Aguirre.

¿Cómo se explica que de los almacenes donde compré recuerdos para mi familia y amigos ninguno me extendió una factura?

Lo que sucede es que Brasil, en los momentos actuales, es un país ‘amoral’, porque si tú das buen ejemplo desde arriba, la ciudadanía se anima; si tú vez un retorno de lo que pagas, tú tienes ganas de pagar. Pero si ves que lo que pagas en impuestos no es invertido en servicios y obra pública, el pueblo reacciona naturalmente, y no paga nada… Aparte de ello, existe una corrupción enorme en algunos entes mentirosos ligados al aparato estatal. Eso es el colmo… la política brasileña siempre se ha caracterizado por ‘robar’ desde el Gobierno que no da nada sino únicamente la vergüenza de ser brasileño. Ojo, no te hablo como ‘opositor’, sino como un ‘hijo del Brasil’. Los brasileños estamos cansados de la mentalidad del político brasileño y de su ‘cara de palo’. Y la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol) tampoco se salva, ¿no? Las dos goleadas consecutivas que recibió Brasil en el pasado Mundial de fútbol fueron una consecuencia de la corrupción y la ausencia de ‘principios’ que también existen en esas esferas. A pesar de los pesares, tengo esperanza de que Dilma haga un buen segundo mandato.

En medio de los escándalos políticos, ¿qué sucede con los amores?

Ah, los amores, son de diferente tipo, ¿no? El amor de padre; el amor con la exmujer; el amor que uno siente por los amigos y las amigas. En fin, en este terreno yo trato de cultivar lo que conquisté en la vida, y por eso es muy difícil que me pelee con la gente, salvo con Skármeta, con quien batallo a veces, y cariñosamente, por supuesto. En el plano puramente afectivo, no pienso ni tengo el ánimo de casarme más con una mujer y vivir con ella en la misma casa. Haciendo una concesión, quizá lo haría con mi exmujer, pero en casas separadas, como si fuésemos novios. En las actuales circunstancias es muy difícil involucrarse con otra mujer, porque cada uno ya tiene su pasado, su propia historia, y eso es muy difícil de conciliar. En cambio, cuando ambos no tienen un pasado, es más fácil la convivencia, y se puede comenzar a construir una historia juntos. Uno tiene que ser sincero consigo mismo, hasta llegar a ver el verdadero color de la verdad. Ya hice muchas cosas en mi vida, y por ello, ahora solo quiero tener el tiempo suficiente para estar con mi exmujer, mis hijos, y quién sabe, con una amiguita también (ríe).

¿Cómo manejas la fama?

De una forma muy tranquila y oportuna a la vez, inclusive he aprendido a no aburrirme en situaciones aburridas, como cuando tienes que hablar con una u otra persona con la cual no quieres hablar. Al tiempo que respeto esas situaciones, trato de manejar bien mi privacidad, por el hecho de ser muy conocido en un país tan poblado como el nuestro. Los problemas aparecen en las salas de espera de los aeropuertos o en los intervalos de un partido de fútbol. Hace poco fui al estadio y en el descanso se formó toda una fila interminable de gente que quería un autógrafo o una foto conmigo. En fin, tomo aquello como una muestra de cariño de la gente. Chico Buarque tiene en cambio la teoría de que, en cualquier sitio, uno tiene que caminar rapidísimo para no ser acosado por la gente, de tal forma que cuando lo quieren abordar ya es demasiado tarde y las personas solo alcanzan a ver las espaldas.

Hay —lógico— situaciones especiales, como ahora mismo en que estamos tú y yo, los dos solos en este restaurante, porque no quiero ser interrumpido cuando estoy con un amigo como tú.

¿Teme al ocaso?

El ocaso de vida es inevitable, pero yo pretendo trabajar hasta morirme; pretendo tocar y cantar hasta el final, como lo hizo Segovia, hasta los 92 años. Artísticamente, no temo al ocaso, físicamente, sí, lo temo, y trato, sin ser neurótico, de administrar bien mi cuerpo, ojalá acompañado de la suerte que es siempre necesaria.

Suena su celular, y responde: “Hola, estoy con Francisco aquí y ya estamos saliendo”. (Por lo que oigo, es la cantante Anna Setton que dice que va a llegar un poquitín atrasada a la entrevista que tiene conmigo, antes de su presentación en el Baretto). Se despide preguntándole si está bonita y me dice: “Vamos para allá, Francisco, a tomar unas copitas”.

¿Entonces hay Toquinho para rato?

¡Sí, hasta los 94 años!

¡Gracias Toco!

Lo que tú quieras, Francisco, ya sabes que tú vives acá (señala su corazón) desde hace muchos años. ¡Vamos ahora al Baretto!

Nota:

1.- Escritor y crítico de música brasileña.