Ecuador / Martes, 23 Septiembre 2025

Alfredo Landman: “Editar es una propuesta cultural”

Entrevista

Editorial Gedisa existe desde 1977, fundada por Víctor Landman. Dada la coyuntura política de ese entonces en España, Gedisa nació como una editorial enfocada hacia el pensamiento y la reflexión, las ciencias humanas, la expresión total de las ideas. Así, las primeras publicaciones de la editorial abordaban temas como sicología, sexología y sociología.

 

Luego, autores reconocidos del pensamiento fueron editados por esta casa, con obras como El niño feliz, de Corkille Briggs, y Cómo hacer una tesis, de Umberto Eco —este último libro de seguro ha sido consultado más de una vez por los afanosos universitarios de nuestro país. Estos dos títulos están entre los best seller de la editorial.

 

Al catálogo de Gedisa se sumaron autores como George Steiner, Clifford Geertz, Allan Bloom, Jean-Francoise Lyotard y Hannah Arendt, entre otros, expandiendo el universo de las publicaciones. Los estudiantes y los interesados en el pensamiento tuvieron, entonces, un nicho importante para consultar a sus autores de referencia.

 

Desde los años setenta hasta hoy, Gedisa ha crecido, por supuesto, y es así como mantiene un catálogo de obras vivas de 1.500 títulos, y presenta por lo menos 70 novedades anuales. Los títulos que pueden estar descatalogados, por cuestiones coyunturales, por ejemplo, son poquísimos, pues una de las políticas de Gedisa es mantener vivo su catálogo: se hacen de 150 a 200 reimpresiones al año, si el tiraje de una obra ya no es suficiente para abastecer los puntos de venta.

 

Gedisa, hasta este año, ha tenido distribuidores en toda Latinoamérica, pero aún no estaban al 100% en el Ecuador. Gracias a una nueva sociedad con editorial Océano, desde el año 2015 será posible encontrar en nuestro país el 90% del fondo editorial de Gedisa.

 

Y si un libro falta —precisamente aquel que uno busca con desesperación para la disertación, para la investigación que va a cambiar nuestro futuro académico (sí, me sucedió a mí)—, es posible pedirlo directamente al distribuidor y este llegará prontamente.

 

Este anuncio lo hizo Alfredo Landman, director general de Gedisa, en el mes de noviembre, cuando visitó nuestro país para coordinar este nuevo proyecto integrado con editorial Océano. En un pequeño coloquio organizado por Mónica Varea en la librería Rayuela, Landman presentó la editorial Gedisa —aunque esta ya es bien conocida por quienes siguen el mundo editorial de las Ciencias Sociales— y de paso también presentó un nuevo sello editorial, NED, un proyecto que corre paralelamente a Gedisa y que abordará temas políticos y de sostenibilidad, así como temas de debate.

 

Por supuesto, el fondo de este nuevo sello también llegará al Ecuador.

 

La llegada de un fondo editorial a nuestro país debería ser siempre motivo de celebración y es que editar libros es una propuesta cultural, tal como nos contaba Alfredo Landman, en la entrevista posterior al coloquio.

 

Como proyecto, esta editorial pretende una distribución en el ámbito iberoamericano de su material, para que cada autor pueda ser leído en cada país de la zona. Es decir, si un autor publica en Gedisa, tiene la seguridad de que su obra será leída no solo en su país de origen, sino en toda América y España.

 

Por supuesto, esta visibilidad del autor debe también ser promovida por él, es decir, que sea un autor “pródigo”, en términos de Landman.

 

Y si un autor ecuatoriano está interesado en publicar con Gedisa, pues el proceso, quizá, puede acortarse. Sin embargo, cada autor debe circunscribirse a este circuito de la prodigalidad.

 

Me llamó mucho la atención la utilización de un término al referirse a los autores de Gedisa. Usted los llamaba autores “pródigos”. ¿Qué es un autor pródigo?

 

Gedisa se define principalmente como una editorial de ensayo. El ensayo para que tenga un posicionamiento en el ámbito de las librerías y que la gente tenga un reconocimiento de esos libros, debe tener una entente muy fuerte entre el autor y la editorial.

 

Si publicas a un autor consagrado, lo tienes todo ya, todos lo conocen, están esperando su próximo libro. Pero Gedisa no solo publica a autores que son consagrados, sino también hace una política de autor con gente que está realizando ensayos, trabajos de investigación, se trabaja con instituciones... Algo fundamental de esta interacción es que el autor sea una parte importante en el proceso de difusión de un libro.

 

Considero que el autor es el primer motor de un proyecto editorial, evidentemente. Un editor publica multiplicidad de temas, y hay una enorme cantidad de personas trabajando detrás, para que ese proyecto funcione: vendedores, personal de prensa, etc. Entonces, el autor debe estar consciente de que esa gente está esperando las consignas para salir a trabajar, y que quien mejor puede dar esas consignas es el autor, a pesar de que la editorial marca una línea de un proyecto editorial y el manejo de la logística que implica editar un libro.

 

El autor escribe un libro, pero su trabajo debe continuar en cómo él colabora con todo el equipo para la difusión. Si un autor después se queda en su casa, lo más probable es que su libro muera ahí mismo. Pero si nosotros hablamos mucho de un autor antes y él participa en congresos, da clases, está en tertulias, tiene una vida activa en relación con su pensamiento, todos los engranajes se empiezan a mover. El autor es el motor de ese engranaje. Si el primer engranaje se mueve, mueves todo el universo asociado. En ese sentido es fundamental la complicidad del autor con el proyecto editorial.

 

¿Ustedes invitan a algunos autores para que publiquen con Gedisa o solo se mueven con los originales que les llegan?

 

Se cumplen todos los pasos.Muchas veces se habla con autores, los invitamos a publicar, investigamos si están escribiendo o no.

 

Por supuesto, hay que dividir claramente entre los autores que escriben en español y los autores que son de traducción. En este segundo caso, la editorial investiga, participa en ferias internacionales, buscando autores que estén dentro de la línea editorial y al pensamiento de punta, y por otro lado, hay un trabajo que se realiza en colaboración con los asesores de la editorial o editores de colección. Se invita a autores a participar o recibimos las propuestas.

 

Creo que en este momento hay líneas editoriales en Gedisa que —mal que bien— hacen que esta esté casi en el primer lugar en ciertas temáticas. Nosotros hemos creado una colección basada, por ejemplo, en el tema de la resiliencia. Así, una persona que está asociada al tema de la resiliencia, si quiere publicar y tener visibilidad, viene a Gedisa.

 

¿Qué proyectos conjuntos emprende Gedisa con otras instituciones? Es decir, ferias, coloquios, presentaciones.

 

Creo que para trabajar en el mundo del ensayo, hay que tomar en cuenta dos segmentos. Tenemos el libro cultural, que se asocia con los medios de prensa, en cómo se difunden temas en debate —políticos, sociales—, en medio de la opinión pública, que se mueve por un trabajo de interacción con los medios y con ciertas instituciones como museos.

 

También está el libro técnico o académico y ahí sí es fundamental la interacción con las instituciones. Si nosotros sacamos un libro de comunicación o lingüística, por ejemplo, y no trabajamos a la par con asociaciones de especialistas, con las universidades —quienes colaboran en un proceso de sinergia—, esos libros tienen mucha dificultad de sobrevivir. Entonces, sí es muy importante para una editorial, cuando estamos hablando del segmento del libro técnico, universitario, profesional, que siempre esté en relación con comunidades que participen activamente en el desarrollo del proyecto, ya sea porque organizan simposios o encuentros, o porque participan en un proceso de coedición.

 

Esto es fundamental para que el ensayo tenga vida. En estos días he estado en Quito conversando con universidades, especialmente que se dedican a temas de posgrado, porque para estar, hay que interactuar; para que los libros tengan visibilidad, hay que interactuar con estas instituciones.

 

El otro punto que hay que agregar es que —una vez que se piensa en todo esto, y atado a la posición del autor— lo que nosotros intentamos, como elemento fundamental del proyecto editorial es que los libros lleguen por capilaridad a toda Latinoamérica. Esa es una parte fundamental o visión —misión— de Gedisa. Si nosotros sacamos a un autor, queremos que ese autor pueda ser leído en cualquier ciudad, que pueda llegar a las bibliotecas y librerías. Hasta ahora, en términos generales, creo que esa ha sido la gran traba del pensamiento latinoamericano: un autor ecuatoriano tiene mucha dificultad de ser leído en Chile, y así viceversa. Entonces, si queremos definir por algo el proyecto de Gedisa, es que busca entrecruzar el pensamiento de toda Iberoamérica; es fundamental pensar que un autor mexicano pueda ser leído en Ecuador. Y creo que es una meta que pretende enriquecer el ámbito del pensamiento, es una cuenta pendiente del mundo del libro, que los autores estuvieran preocupados porque sus libros no llegasen a todos lados.

 

Domina un criterio empresarial en gestión que para nosotros, como pequeña o mediana editorial, no funciona. Hacemos un proyecto totalmente inverso. La vida de un libro se da porque logra moverse de una forma capilar y eso produce riquezas e interacciones entre autores que viajan, instituciones que participan en estos proyectos. Editar libros es una propuesta cultural.

 

Gedisa es una editorial independiente, frente a estos nuevos conglomerados, las fusiones de las editoriales. ¿Qué significa esto? ¿Cuál es el rol de una editorial independiente hoy?

 

Gedisa y NED son proyectos independientes y esa independencia tiene que ver con la capacidad diferencial de ocupar un lugar en Latinoamérica hoy en día.

 

Me resulta difícil definir esto pero sí puedo decir que una editorial independiente se maneja por los deseos de sus editores. En un proyecto editorial grande a veces los niveles de decisiones superan la propia marca, para ser grandes decisiones a nivel estratégico del grupo empresarial. Se desdibujan en algún punto, a veces, las propuestas concretas de los directores de cada proyecto editorial, sin tener verdaderas decisiones en cada acción como podemos tenerlas nosotros, de movernos con cierta agilidad, incursionar en otros mercados… Como contrapunto, los grandes conglomerados tienen herramientas de trabajo que nosotros no tenemos, pero que responden a otras normativas.

 

Le voy a hacer una pregunta que puede parecer de colegio. Aunque usted no lo crea, mucha gente desconoce qué hace el editor dentro del proceso de elaboración de libros. ¿Qué es un editor, qué hace?

 

Aver: en la definición de editor hay dos términos. Uno es el editor latinoamericano, diferente al concepto del mundo anglosajón. En ese mundo, hay diferencia entre editor y publisher. El publisher es el empresario que define las políticas empresariales de una editorial. En castellano, no tenemos una diferenciación de conceptos, y el editor es quien hace todo.

 

En grandes conglomerados, supongo, el editor está al frente de la línea editorial y más allá están los ejecutivos que deciden la política empresarial.

 

En el ámbito nuestro, de empresas medianas y pequeñas, en el editor confluyen la figura del empresario y de quien dirige el proyecto en sus líneas editoriales. El editor tiene en sus manos el dibujo de toda la empresa: la línea editorial y el trabajo empresarial, que va desde la definición de los catálogos, la política de precios a sus proyectos logísticos, sistemas de exportación, ventas y comercialización, impresión, toda la cadena del mundo del libro desde el punto de vista técnico; y a la vez, se confluye en el editor como responsable último de la línea editorial, es decir, es quien decide qué proyecto emprender y cuál es la cara de ese proyecto determinado.

 

En un proyecto como el nuestro, un editor elige libros, habla con autores, dirige o coordina con los directores de colección, y a su vez tiene asesores editoriales que le ayudan a tomar decisiones. Esa es la figura del editor en un mundo iberoamericano.

 

¿Cómo se maneja Gedisa con el formato de los e-book? En la página web de ustedes hay prólogos y extractos, pero no las obras completas.

 

Desde hace muchos años Gedisa hace los libros en formato e-book y en papel. Existen los dos formatos. Desde nuestra página web no se pueden comerciar esos libros, pero sí estamos trabajando los e-books desde otras plataformas digitales. Estamos totalmente involucrados con el desarrollo digital de las obras. Creemos que una editorial académica tiene un futuro digital seguro, más allá del papel.

 

Lo que sí hemos hecho son libros en los que hay una hibridación entre digital y papel; es decir, hay libros que una parte está en papel y ponemos: “Si usted quiere ver los anexos de este libro, puede descargarlos en nuestra página web”. Un libro que antes podía tener 800 páginas hoy puede tener un corpus en papel y en digital, pero toda la información de los anexos está directamente en formato digital. Estamos desarrollando estos modelos híbridos en un mismo proyecto.

 

Sobre la nueva línea editorial que usted ha presentado, el nuevo sello, NED, ¿es más divulgativo?

 

No es, efectivamente, más divulgativo. Tiene, sí, una primera línea editorial que es más divulgativa, pero el proceso total no va por ahí, sino que también es ensayística.

 

No es un proyecto divulgativo, pero sí es diferencial al proyecto de Gedisa porque quizá está más orientado a temas políticos y temas de sostenibilidad. Después hay otras colecciones, como Palabra extrema, que está basada en textos biográficos.

 

NED es un proyecto independiente a Gedisa, con otro equipo de gente, otras comunidades asociadas. Va a tener una línea en temas de sostenibilidad y va a tener una fuerte línea de pensamiento político, que se está desarrollando. Por ejemplo, estamos trabajando en una colección llamada Emancipación 21, que analiza el proyecto y el discurso emancipatorio en América Latina y en España. Estamos desarrollando una biblioteca sobre juventud en Iberoamérica, lo que implica pensar cuál es rol de la juventud en Latinoamérica, con un directorio de especialistas de México, Argentina, España, que está entrecruzado de forma transversal el pensamiento de cómo tratar el tema de la juventud. Tenemos también una colección que se llama Utopizando, que habla sobre las utopías contemporáneas.

 

En términos generales, NED es un proyecto ensayístico, por un lado con una veta más política y otro tema muy fuerte dentro de esta línea es desarrollar y discutir temas de sostenibilidad.

 

Desde temas en la parte más divulgativa, por ejemplo, abordamos qué puede cambiar una persona en sí misma. Lo más divulgativo tiene que ver con temas de la alimentación, temas de ecología, temas de reciclaje, temas de cosmética natural, todos pensados desde el análisis de las conductas ecológicas frente a las grandes corporaciones, y a los problemas que se han dado en la salud y en el medioambiente.

 

También sacaremos libros con temas periodísticos en los que se debaten temas como transgénicos y pesticidas. Este es todo un debate en América Latina. Hay corporaciones como Monsanto que ponen las cosas muy difíciles para repensar cuál es el lugar de los transgénicos. Así queremos tratar temas de salud, a escala global. Temas de debate, sobre todo lo que está viviendo Latinoamérica.

 

Este será un nuevo espacio al respecto.