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Voldermot, un monstruo ideológico que resultó del rechazo social

Lord Voldemort durante el segundo ascenso del señor tenebroso, aupado por las ideas de dominio sobre los sangre sucia, los muggles y los medio humanos.
Lord Voldemort durante el segundo ascenso del señor tenebroso, aupado por las ideas de dominio sobre los sangre sucia, los muggles y los medio humanos.
Foto: Deathly Hallows / fotograma
12 de mayo de 2018 - 00:00 - Jorge Hernández

La literatura infantil o juvenil está escasa de villanos. Ya lo mencionó el escritor peruano Santiago Roncagliolo en 2017: «Ahora, cuando escribo libros para niños, ¡no me dejan poner malos!». Pero hay uno que pasó el escáner en 1997 y se convirtió en el monstruo que aterra entre páginas. Nombrarlo es imposible, el miedo invade a los personajes y les entumece deletrear la palabra: V-O-L-D-E-M-O-R-T.

Es el villano central de la saga Harry Potter, de J. K. Rowling. Todo comenzaría con los sentimientos de odio que Tom Marvolo Riddle, alias Lord Voldemort, tuvo hacia la comunidad mágica y hacia los muggles o no mágicos, junto con el interés por el poder oculto de la magia oscura. Sus deseos lo llevaron a un proceso de mutación de ser humano a monstruo que se reflejaría de forma moral y física.

La transformación moral de Tom Riddle sucede antes del nacimiento de Harry Potter, cuando lideraba una comunidad que promovía el exterminio de razas impuras y la superioridad de los magos. La mutación física, por otro lado, se observa desde el primer libro hasta el quinto, en los que se fue materializando: de convertirse en un fantasma que merodeaba en la cabeza de uno de sus aliados, hasta ser una amenaza concreta, como una especie de serpiente antropomorfa. El-que-no-debe-ser-nombrado se transformó a voluntad propia.

«Igual a la Criatura [de Frankenstein], Voldemort es un monstruo hecho por padres ausentes, falta de amor en su niñez y soledad temprana», señala Elizabeth Davis en su ensayo The Creature and Voldemort (2011). Ese sería uno de los motores por los que Tom Marvolo Riddle (Tom Sorvolo Ryddle, en las traducciones al español) comenzaría su proceso de conversión de humano a monstruo, como símbolo y advertencia de lo maligno en la saga de Harry Potter.

Tom Riddle es un huérfano que fue aceptado en la escuela Hogwarts de Magia y Hechicería, donde se destacaría como un estudiante hábil con constantes manifestaciones de violencia y megalomanía. En el ensayo Demonios y demos: Voldemort, democracia y la cultura de las celebridades (2012), se destaca que su forma de actuar «sería interpretada como un acto de venganza hacia lo sociedad que no reconoció sus extraordinarias cualidades». El odio lo llevaría a practicar la magia oscura, lo que sería su primer paso para convertirse en un monstruo.

En el sexto libro de la saga, El príncipe mestizo, se revelaría el secreto detrás de la magia oscura de los horcruxes. El monstruo en Riddle, salivando por inmortalidad y poder, descubre que puede guardar los pedazos de su alma dentro de distintos objetos. El detalle maligno es que la única forma de fraccionar su alma es con asesinatos. Como si fuese un tradicional sicario, Voldemort se deshumaniza para lograr su cometido.

La criatura del Dr. Frankenstein expone su cualidad humana; por el contrario, Riddle la niega, la esconde y poco a poco la extingue. Siguiendo lo que propone On Monsters (2011), del filósofo Stephen Asma, Voldemort podría encasillarse como un «monstruo social», por ser producto del rechazo de la sociedad mágica; pero también se lo podría clasificar como un «monstruo ideológico», ante el parecido político que tiene con uno de los personajes más nefastos de la historia: Adolf Hitler.

En el año 2000, la BBC entrevistó a J. K. Rowling y ella admitió el parecido de Voldemort con Hitler, cuya similitud consistía en «tomar sus propios defectos, colocarlos en otros y así poder destruirlos». El parecido se manifiesta desde su ideología de superioridad racial hasta en su práctica política: comparando el Estado dictatorial de la Alemania nazi y el Ministerio de Magia fascista que se describe en los dos últimos tomos de la saga.

La diferencia es que el proceso de convertirse en monstruo de Hitler no se manifestó fisicamente como en Riddle; pero su impacto llegó al punto de que cualquier característica ligada a él y su pensamiento se puede considerar delito de odio. Lo mismo ocurrió en los primeros libros de Harry Potter, hasta su aparición: todo lo relacionado con Voldemort y sus mortífagos era investigado y sancionado.

La idea de Tom Riddle no es nueva, ni se estrena con los libros de Harry Potter. Es la imagen que aterra a J. K. Rowling y a millones de personas que vivieron el surgimiento de engendros en el siglo XX, que asesinaron y dividieron a la humanidad. Él es el temor que tiene el mundo. Voldermort es el monstruo en el que cualquier humano se puede convertir. (I)

Tom Riddle, de 15 años, intenta confirmar con el profesor Horave Slughorn la cantidad de horcruxes que necesita para ser menos vulnerable a la muerte. Foto: Half-Blood Prince / fotograma

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