“Si la gente quiere ver sólo las cosas que puede entender, no tendría que ir al teatro: tendría que ir al baño”. Así pensaba el dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht.
Intuyo que los integrantes de Fronteiras también comparten esa idea, porque su obra no se trata de una representación sino de un rompecabezas: el laberinto que encierra la enorme cabeza de la humanidad.
Fronteiras es una coproducción bilingüe entre el Grupo de Teatro Malayerba y el Colectivo Âmbar, bajo la dirección de Arístides Vargas y la participación de 12 artistas de Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, México y Perú.
Los textos fueron escritos por Camila Guilera, Ixchel Castro, Rubén Darío Romero y Sebastián Eddowes, quienes también actúan en la obra.
El escenario es una enorme casa —sin lógica ni tiempo— donde el público confrontará sus propias ilusiones, pero también sus miedos y miserias.
Hay mucho de exorcismo en Fronteiras y su vitalidad radica, precisamente, en el riesgo. Si algo mantiene esta obra es la anarquía organizada de sus símbolos, raíz de toda poesía. Fronteiras logra llevarnos a un estado de trance, pero sobre todo nos devuelve —como planteaba Antonin Artaud— nuestro derecho a la imaginación.