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El Telégrafo
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La ventana del avión el sitio más codiciado

Muchos pasajeros optan por los asientos del pasillo, porque pueden salir antes o entrar más tarde.
Muchos pasajeros optan por los asientos del pasillo, porque pueden salir antes o entrar más tarde.
06 de diciembre de 2015 - 00:00

¿Cuáles son los mejores asientos del avión? Hay personas que prefieren los del pasillo, porque ofrecen mayor movilidad; otros, los puestos de la ventana para disfrutar el paisaje. La cercanía al baño también puede ser una ventaja, pero conlleva la molestia de ser un lugar muy transitado.  

El asiento junto a la ventana en los aviones es el más codiciado. Todas las fotos que los viajeros toman a través de la ventana de un avión revelan el gusto por este lugar.

Según un estudio realizado por el Observatorio de Vuelos, organización especializada en el estudio de las preferencias de los pasajeros, el 73% de los usuarios escoge la ventana porque le “gusta mirar el paisaje” y el 12% porque no quiere que le “moleste el resto de pasajeros si se levantan”.

¿Quiénes optan por el pasillo? El 36% lo hace para “estar más cómodo”; el 14% “para salir antes o entrar más tarde”; y el 9% “porque es más seguro en caso de emergencia”.

Sobre este último aspecto, la publicación estadounidense Popular Mechanics desarrolló un estudio para saber dónde están los asientos más seguros en un avión comercial. A diferencia de lo que muchos piensan, los asientos más seguros son los traseros.  

Parece que cuanto más atrás se encuentre el asiento, más posibilidades hay de sobrevivir a un accidente aéreo. Los pasajeros cercanos a la cola del avión tienen el 40% más de probabilidades de sobrevivir a un accidente que aquellos sentados en la primera fila.

De igual manera, un informe publicado en la revista Time advierte que los asientos más seguros se encuentran en la parte trasera de un avión. El análisis muestra que la tasa de mortalidad es menor en la zona trasera de un avión (32%) respecto a la zona media (39%) y a la delantera (38%).

Estas estadísticas ofrecidas por la revista se basan en un estudio de 17 accidentes de vuelos desde 1985 al año 2000, extraídos de la Base de Datos de Accidentes Aéreos de la Administración Federal de Aviación (FAA) de los Estados Unidos.

Por otra parte, después de que se ha producido el accidente, los pasajeros que están cerca de una salida tienen más probabilidades de sobrevivir, según un estudio publicado en 2008 por la Universidad de Greenwich, en Londres.

Hay muchos niños que prefieren ir sentados en las piernas de sus padres para contemplar el paisaje, sobre todo, las nubes.

Aunque el puesto de la ventana es uno de los más demandados, hay razones para escoger el pasillo. Según una investigación desarrollada por el Colegio de Médicos Coronarios de Estados Unidos viajar junto a la ventanilla tiene el doble de posibilidades de sufrir una trombosis de vuelo que al estar sentado junto al pasillo. Esto se debe a que los primeros disponen de menor movilidad, mientras que los viajeros sentados en el pasillo cuentan con más posibilidades de moverse.

Para evitar un coágulo sanguíneo en el sistema venoso profundo, la investigación sugiere estiramientos musculares o utilizar medias de compresión graduada debajo de las rodillas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que la trombosis está relacionada con vuelos largos y puede prevenirse con la buena ubicación del asiento.

En el foro de las Jornadas Profesionales para Pilotos y Auxiliares de Vuelo se expuso que el padecimiento, independiente de la condición de salud de cada pasajero, representa una incidencia del 3% entre los viajeros.

Aunque estos riesgos están latentes, hay miles de personas que optan por el puesto junto a la ventana, porque pueden contemplar el paisaje.

Marlene Tufiño indica que lo más lindo es poder ver las nubes que, según ella, parecen algodones. Además, considera que sentarse en este puesto, es una “cuestión de valientes”, porque cuando ocurren tormentas eléctricas, es posible ser testigo de estos fenómenos y dominar el miedo.

Para Carlos Córdova, lo mejor de viajar en este asiento es poder observar las luces de la ciudad los últimos 10 o 20 minutos del vuelo. Al público infantil también le gusta viajar junto a la ventana, así que cuando son pequeños suelen ver el paisaje sobre las piernas de sus padres.

¿Ventanas grandes o pequeñas?

El diseño de las ventanas del avión tiene su ciencia: no pueden ser muy grandes, porque se busca maximizar las áreas del avión y aumentar la resistencia del exterior con el aire.

Las ventanas grandes, utilizadas por varias compañías aéreas, provocaron muchas pérdidas, ya que la tensión causada por la presurización generaba el desgaste del metal en las áreas delgadas entre las ventanas, lo cual generaba rupturas catastróficas.

Según el diario The Guardian, las ventanas grandes hacen débiles a los fuselajes, lo que contribuye a una serie de accidentes.

Por ejemplo, el avión Concorde, que navegó a más de 60 mil pies de altura, tenía ventanas más pequeñas de lo normal para ralentizar los cambios bruscos en la presión atmosférica de la cabina en relación con el exterior.

En la actualidad, hay varias empresas que han propuesto diseñar aviones sin ventanas. Aunque esta idea puede desilusionar a quienes buscan disfrutar de una vista privilegiada, este revolucionario diseño restaría gran peso al fuselaje y permitiría que las paredes del avión sean mucho más finas y livianas, lo cual haría más eficiente el vuelo.

Se trata de un avión que, en lugar de ventanas, tendría pantallas flexibles de alta definición para mostrar lo que está pasando afuera. No son ventanas reales, son pantallas que crean la ilusión de que las paredes son transparentes. El concepto de aviones sin ventanas con pantallas no es nuevo. Una empresa con sede en París tiene un proyecto similar en desarrollo, y también hay un diseño de un jet sin ventanas.

Esta nueva tecnología podría estar disponible en vuelos comerciales en los próximos 3 años.

Para diseñar este tipo de aeronaves podría utilizarse un nuevo material, conocido como impresión electrónica. Es posible incluir circuitos electrónicos en cartón y plástico por un precio reducido. Las paredes del avión se reemplazarían por este material, que disminuiría el peso del avión, además de incluir una pantalla interactiva en el panel. La reducción del peso ayudaría a aminorar muchísimo los costes y el peso del fuel, y por lo tanto al mermar la emisión de CO2 y el impacto en el medio ambiente, explica la empresa.

El material es ultraflexible y de alta definición. “Además de rodear a los viajeros de una imagen panorámica de los cielos, este “papel de pared digital” interactivo permitirá a los viajeros personalizar su ambiente, dándoles opciones para ajustar la luz o cambiar las vistas”, explica en su web el desarrollador.

Las ventanas actuales están diseñadas de un modo que busca ser lo más eficiente. Todo está pensado hasta el más mínimo detalle y el último milímetro de su superficie, está medido y concebido en la construcción de una auténtica obra de ingeniería. Ninguno de los elementos que se pueden apreciar en la nave está puesto ahí por casualidad.

Un ejemplo de ello, es el pequeño orificio con el que cuentan las ventanillas el cual cumple un papel fundamental, porque es clave para evitar cualquier susto cuando el avión se encuentra a 10 mil metros de altura. La diferencia de presión entre el exterior y el interior de la aeronave es abismal, por lo que las ventanas de los aparatos cuentan con una estructura especial.

La ventanilla de los aviones se compone de 3 partes: 2 láminas —exterior e interior— y la estructura central, donde se encuentra el agujero. Las 2 láminas forman un vacío que está regulado por el agujero central. En el caso de un eventual accidente, si la parte exterior se rompiese en pleno vuelo, gracias al agujero de la ventana la velocidad de despresurización de la cabina se reduciría notablemente.

¿Menos espacio entre asientos?

Según la página Despegar de Chile, hay muchas compañías aéreas que están interesadas en incrementar su oferta de asientos, una decisión que podría reducir el espacio entre estos. Aunque existe esta posibilidad, será una decisión que requiere análisis, porque puede generar reacciones negativas entre los pasajeros.

Cuando las personas son altas, con frecuencia, buscan asientos que les permitan estirar las piernas. De hecho, nadie quiere viajar con las piernas apretadas contra los asientos de adelante.

Hay un par de opciones que se pueden seguir: escoger los asientos de la primera fila, o en caso de no ser posible, los asientos del corredor, de esa manera es más fácil levantarse para estirar las piernas. Otra de las posibilidades es elegir los asientos próximos a las salidas de emergencia, ya que suelen ser más espaciosos, aunque tengan un costo adicional.

Si quiere aprovechar el vuelo para leer y dormir, los mejores asientos son los que se encuentran entre las filas 5 y 9, según los estudios. Cada vez que emprenda un viaje en avión, tome en cuenta qué asientos son los más cómodos y, sobre todo, seguros.

En el aire

Los puestos que están ubicados en las partes centrales del avión, cerca de las alas, suelen ser los más estables durante las turbulencias, por lo que son los mejores para quienes sufren de mareos al volar.

Es aconsejable evitar los asientos de la fila frente a la salida de emergencia, ya que por su localización no siempre se inclinan completamente.

Además de los problemas con las turbulencias, los asientos traseros del avión son poco recomendables, porque los pasajeros tardan más tiempo en bajar.

El sitio web de comparación de vuelos, realizó, hace unos meses, un sondeo entre mil pasajeros acerca de sus preferencias al volar. De acuerdo con este estudio, el 45% de las personas elige las primeras filas de asientos de la aeronave.

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