El Telégrafo
Ecuador / Viernes, 22 de Agosto de 2025

SOY EL MEJOR MUNDIAL

No se engañen. El título no es una afirmación. Aunque me encantaría exclamar así dentro de veinte y tantos días, pero vayamos por el lado correcto.

El título de esta columna es en realidad una fusión de un programa reality, con todo lo que tiene que ver con este Mundial Brasil 2014 que en su jornada inaugural aburrió a millones. Encantados con la inauguración de los últimos Juegos Olímpicos de Inglaterra que mostraron el poderío visual -escénico de una nación del primer mundo, contando incluso con la participación de la Reina Isabel y mucho de Hollywood, el montaje escénico de Brasil 2014 es un preludio bochornoso. ¿Bailarines?, nos prometieron 600.

No se notaban tanto en el escenario, y aquellos chicos vestidos de flores, sumado a otras chicas que simulaban remar mientras unos 4 bailarines sostenían la canoa pintada al apuro me recordó a los números graciosos y coloridos de los juegos deportivos del kinder de mi hijo de 5 años...

Y nada más. Además de la enorme lona que cubría el césped y una bola que en realidad era un TV (Led) gigante (¡qué novedad!)...que en lo más fulgurante de su presencia escénica subió al set a los 3 artistas de la velada: Jennifer López, cantando en notorio play back, bastante alicaída, como cansada, sin ese ángel de carisma que suele rodearla en sus shows, evidentemente el mal momento sentimental la tiene compungida... ahora entendemos su inicial deseo de no asistir. No brilló.

Pitbull, el gigante de los feats, muy desesperado, lo cual es perdonable, a mí me pareció que le quedó grande el asunto, lo imperdonable - y más en él que es icono del buen vestir- es que tras que no brilló musical ni coreográficamente, su vestimenta era de una pobreza de favela. Sí, y no tomen este comentario como despreciativo, Dios me libre, pero en los humildes conocimientos escénicos que tengo es sabido que una de las marcadas diferencias entre el ser humano común (que somos mayoría ) y las estrellas de los escenarios es o debe ser justamente la vestimenta. Esta debe ser diferente al común denominador, porque básicamente la perspectiva del escenario te devora, y el color, brillo, etc. de un traje para bien o para mal se magnifica cuando estás bajo las luces, frente a la cámara, sobre una tarima expuesto a la mirada de miles, o de millones de personas. Pitbull en el peor día de su vida apenas cargaba una camisetita amarilla que rezaba con obviedad insultante el nombre del país que le pagó mínimo unos 100 mil dólares por brincotear un rato, sumado a un pantalón de mezclilla que resaltaba su graciosa, perdón grasosa barriga cervecera, sus mocasines básicos, sus medias ausentes....

Extrañamos a Ricky Martin y a Shakira, quienes desde las gradas del estadio deben haber estado riéndose a más no poder.

Claudia Little, la brasilera, más guapa, más brillante que las dos megaestrellas anteriormente mencionadas.

LA FINAL

No del Mundial, comentar eso no me correspondería a mí. La final de Soy el Mejor, el reality que TC jura es el espacio televisivo líder del prime time, estuvo muy acorde a lo que se espera de un programa de este tipo. En lo personal, si alguien tenía que ganar me parece que debió ser un artista integral, visto desde afuera Pablito Northía juntaba esas cualidades, pero quizás tuvo elementos en su contra que no le permitieron llegar a esa instancia.

Toñito, el muchacho de la buena voz, también quedó rezagado, y el novio de la actriz-jurado-animadora-experta en baile y ahora reportera Sofía Caiche, léase Alberto “Rayo” Vizcarra quedó ubicado en 3er. lugar, sus mejores armas de combate: bailar e imitar a personalidades incluyendo a Gabriela Pazmiño
En términos generales el programa logró cautivar a la teleaudiencia, hay que decirlo. Amenazan con regresar el 30 de junio y anuncian que repetirán a ciertos de sus participantes, esperemos que los figuretis que siempre buscan estar en el primer plano queden descartados. Lo ideal sería que todos los competidores sean nuevos en todos los sentidos, se solicita también no forme.