Tradicionalmente Ecuador no llega a protagonista en el concurso Miss Universo, del que Donald Trump es el dueño desde 1996. Así que no nos debería provocar ningún entusiasmo ese evento dedicado a los televidentes venezolanos, colombianos, y miamenses en general.

Punto. En 2013 Constanza Báez rompió el molde y pese a ser la más bella y con mayor personalidad manifiesta nos dio un alegrón con un tercer puesto que aún nos sabe a gloria y, por lo visto, pasarán varios años antes de repetir la hazaña.

En esta edición del Miss Universo, realizada al apuro en Doral, Florida, luego de que Brasil no quiso organizar el concurso en mención por falta de interés, triunfó una barbie latina que de lejos se sabía que tenía sus ojos enormes sobre esa corona supuestamente valorada en 300 mil dólares. La colombiana, cabello azabache y natural de Barranquilla, es Paulina Vega. Una diosa total, que lamentablemente dio una respuesta confusa a una pregunta ídem, pero como no es concurso de oratoria ni gymkana de responde rápido y bonito, poco importó ese detallito, y más rápido que inmediatamente fue declarada la más linda del certamen.

Hay entretelones que nada deben importar. O no sé. El evento de Miss Universo fue transmitido internacionalmente por NBC (matriz principal, por ser la cadena dueña del concurso, al igual que Trump), Telemundo Miami, TNT (y localmente Canal Uno).

NBC y Telemundo son a su vez socios comerciales de la cada vez más influyente televisión colombiana, globalmente hablando. Obviamente han visto las producciones o telenovelas en las que aparecen como filiales Telemundo Miami y RCN o Caracol, entonces es lógico que esa relación interese a los del Miss Universo, y urgía tener una ‘Miss’ que fuera colombiana. Que es una marca como cualquier otra, que antes representaba pantimedias y calzones y hoy a grandes transnacionales de la belleza y la comunicación audiovisual.

Y conveniente o no, los del Miss  Universo le debían ya una Reina a Colombia. En los 80 y 90 por el tema del narcotráfico (quizás) se marginaba a las colombianas, y siendo bellas y capacitadas no lograban sino llegar hasta un segundo puesto. La maldición se acabó.

Durante la transmisión nacional Gustavo Navarro realizó el doblaje, acompañado por Eduardo Andrade. Considero que debería hacerlo solo. Por lo demás impecable. Pero insisto, si le ponen alguien para la dupleta, pues que sea una mujer. Habrá más química y engolará menos la voz.

FARANDULIZARON EL TEMA

Terrible. La muerte de Sharon, conmovió a muchos. Y de paso, terrible para con su memoria, sirvió para quienes públicamente la vapuleaban frente a cámaras, en vivo y en directo, sin temor ni vergüenza. YouTube lo registra. Terrible que reciban un inmerecido rating y deberían saber que no es por ellos ni por sus noticias acomodadas, sino por la memoria de una reina popular.      

Rápido y sin cambiar de escena, ni de caras ni de vestuario, obraron igual con la Reina de Durán fallecida, adelantaron conceptos, no fueron objetivos, lanzaron las cámaras a los deudos, quienes a veces por desconocimiento hablan, lo cual es una opción voluntaria.  

Se les acaban los dos temas. Se les agotan. Pero seguro, en el tema Sharon, ya vendrán las mini series, gymkanas y más homenajes. Y no es que esté del todo mal. La TV es un show, pero los productores deben saber que existe un límite, un código.  

En uno de los homenajes contabilicé a una sola amiga de Sharon, la animadora Mariela Viteri. El resto, desconozco del particular.