El Telégrafo
Ecuador / Viernes, 22 de Agosto de 2025

La comedia televisiva en Ecuador tiene más o menos los mismos años que la misma televisión en nuestro medio. Son casi 6 décadas y no es mucho lo que se ha logrado si se compara con los países vecinos. Y es mucho en cambio lo ganado si nos comparamos con nuestras propias limitaciones.

En términos generales, los mandamás de las televisoras siempre han apostado por la fácil, lo barato, lo rápido antes que en la calidad y posicionamiento.

En la década del 80 predominaron los programas ‘Media naranja’ con una casi eterna Priscila Arosemena y otros larguísimos como ‘Así es la cosa’, que eran de todo y shows con artistas internacionales que visitaban Guayaquil por sus fiestas en julio y octubre.

Había un fondo oscuro infinito, mesas y sillas plásticas forradas, vasos con agua y alguna flor de centro de mesa y El Puma, Karina o Lupita Ferrer haciendo play back mientras el público aplaudía a rabiar.

Ese público eran las hijas y esposa, secretarias y gerentes del canal. Nadie más. Y no estoy hablando de algún canal específico. Todos eran así. No había nada de malo. Esa era nuestra TV.

El Canal 10 con un par de escenografías falsas inició la magra época de querer hacer comedia. Lo mejor: Transmitir teleteatros desde el Bolívar, que quedaba en la calle Boyacá con actores como Manuel de Sabatini.

Lo bueno dura poco y luego intentaron hacer algo muy recordado por lo malo: ‘Cómicos S.A.’, con Carlos Piechestein que antes de ser filántropo fue actor.

En esa época ya despuntaba Anita Buljubasich. El resto fue un fracaso y rápido mataron esa intentona de comedia.

Mientras ese canal se relamía de ese fracaso, Ecuavisa daba en el blanco con ‘Mis adorables entenados’. Los lunes en la escuela nadie hablaba de otro tema que el capítulo del sábado de los hermanos Vera y de Lupita.

Qué mejor manera de medir el rating. Las calles se silenciaban para todos a las 20:00 de cada sábado para seguir las peripecias de Felipito. Por fin una comedia criolla alcanzaba el éxito. Y fue irrepetible.

El Canal del Cerro es el que más lo intentó y ya en los 90, el director Jaime Chonillo dirigió ‘Tal para cual’. No era más mala porque eso era un imposible, pero los domingos la gente veía eso porque la contraparte era el noticiero de Telecentro.

Azucena Mora destacaba como actriz de ese desaguisado haciendo de empleada doméstica por milésima vez en su carrera.

Tan snob, sesgada e injusta era esa comedia que a la actriz la vestían de blanco y delantal. La patrona era Prisca Bustamante, una especie de Lucy Ball peruana, mientras que el personaje de Mimo Cava era muy natural, muy parecido a él. Los extras eran lo que sea menos actores. Me incluyo.

Las esperanzas estaban perdidas hasta que el ‘ying yang’ de la vida le toca a TC y ese canal lanza en 1997 su comedia ‘Ni en vivo ni en directo’, un ritual de parodias diversas con David Reinoso, Jorge Toledo y Galo Recalde a la cabeza.

Luego este último se retiró porque viajó a Estados Unidos para estudiar cine. Los martes no volvieron a ser lo mismo.

Pero si ese pasado lo comparamos con la producción actual dan ganas de reírse y no por lo gracioso de los comediantes actuales donde destaca por decirlo de manera amable un señor llamado Diego Álvarez, a quien se lo conoce como Don Day.

‘Combo Amarillo’, que podría terminar en octubre, al igual que ‘Así pasa’ es malo, y es bueno, depende. Es posible que para los televidentes el ‘Combo Amarillo’ les resulte mejor si se compara con ‘Estas secretarias’ y ‘Escenas de matrimonio’, que hace pocos meses estrenó Teleamazonas, con el sello de David Reinoso y un elenco de actores debutantes. (O)