Fui parte del El club de la mañana, programa familiar de RTS, durante dos años. Fue sin duda una agradable experiencia.

Era el director de contenidos de Caiga quien caiga, de Canal Uno, cuando el productor internacional Gastón Carrera, creador de ese programa, me llamó y me dijo que mi tarea iba a ser reforzar el tema espectáculos.

Creo que no lo hice mal y a los 24 meses mi renuncia se dio porque GamaTV me buscó para dirigir el contenido de Dueños del mediodía.

Pero regresando al tema del Club, que en mi época era muy bien dirigido por Wendy Escobar, algo que me llamaba la atención y que sin duda se convierte en su fuerte, es la diáfana sencillez televisiva de sus conductores: María Gracia Manzano, Marcelo Cornejo, Fernando Montiel (grata revelación), Marisela Gómez, quien originalmente era reportera comunitaria, pero ahora es también anchor, y la indudable chispa que le pone la actriz Sandra Pareja con su dominio escénico y versatilidad teatral que volcada a la TV admite dimensiones y matices maravillosos.

Y sobre todos ellos recayó la responsabilidad de recibir al presidente de la República, Rafael Correa, el pasado viernes, a propósito de las fiestas julianas, en pleno set, algo que era inédito hasta ese momento, que el gobernante visite un programa de variedades. Sucedió. Y salieron bien librados.

Recibir al Presidente supone un giro a la estructura general del programa, y a la vez dejar que siga siendo programa de variedades, relajado, mañanero. ¿Lo lograron? Sí. Aunque creo que a Magacha le correspondía darle la bienvenida al set, algo pasó allí, pero en todo caso la apertura estuvo muy a la altura de las circunstancias.

Acertada la presentación de los guitarristas y el cantante. Se sabe de la predisposición del Presidente para el canto. Acierto uno. La conversación plácida con Rafael Correa fue sin duda mérito de Sandra Pareja. Nunca se los vio forzados ni ansiosos por llamar la atención del Mandatario, algo que, a no dudarlo, habría sucedido en cualquier programa de farándula. Muy bien ubicados todos.

Montiel y Cornejo, en su punto, ni más ni menos. Tomaron la posta. La participación de Mis adorables entenados fue por demás acertada, vibrante incluso. Primero, porque de seguro el invitado en su juventud habrá visto y reído con algunos de los episodios de la familia Vera.

Siempre es grato ver a esta inolvidable familia televisiva que en ese instante ofrecieron humor blanco de primera línea y el Presidente lo disfrutó. Verlos a casi todos los entenados y a Lupita, 26 años después, es hasta histórico.

La mesa y la decoración, bien. La fugaz pero acertada entrada, platillos en mano, de la notera Pily Vera, perfecto. Especial acotación de las notas periodísticas de ese día de esta reportera que está para más y que ya es hora de que sea presentadora a tiempo completo.

El ritmo de la conversación, la medición de los tiempos, los personajes televisivos en escena, todos positivos, todo perfecto. Punto de oro para Johanna Farfán, actual productora del matinal de RTS, quien supo qué conductores poner en el set en esa hora que el Presidente los visitó. Felicidades.

Pocas veces me toca escribirlo de esta manera. En especial porque hacía mucho tiempo que no veía este espacio. Señores del El club de la mañana, ese día hicieron un excelente programa. (O)