“Yo lo que necesito es amor, comprensión y ternura”, gritaba un convaleciente de supuestas adicciones a la cámara del reality popular de José Delgado en el canal Uno de TV...
Pocas horas después esa frase se había convertido en una especie de estribillo popular que se la agarró hasta un candidato a Alcalde que por cierto perdió las elecciones.
El que perdió su intimidad, pero ganó algo parecido a la popularidad fue el autor de la frase, que nunca se imaginó que desde su humilde vivienda en el caliente suburbio guayaquileño y aupado por el reflector de una cámara de TV lograra que un millón de personas vieran la reproducción de su nota en el YouTube.
El autor de la frase protagonista de la nota de Delgado hizo un comercial de TV y cantantes reggaetoneros lo invitan todo ‘free’ a sus conciertos. Tiene página web además.
Su frase se hizo canción, y los adolescentes la siguen repitiendo cuando sus padres les reclaman por sus notas escolares (...).
Mucho tienen que ver las redes sociales con el nacimiento de estas estrellas mediáticas, que aparecen tan rápido como desaparecen.
Sino pregúntenle al Lobito, a el Alvarito, a Rousse, a Juancho y a Leíto. Bueno, al menos estos hicieron TV -reality.
Las redes sociales sí tienen mucho que ver con el surgimiento, esta semana, de un taxista que se autopromociona como un mega macho de 7 suelas.
El ‘Tres garrotazos’ se hace denominar y oculta su nombre de pila. Desde el 6 de agosto ha aparecido en todos - sí, en TODOS-, los programas de la faranduleta criolla.
Varias emisoras en FM también lo pautan entre sus invitados en vivo, y en la Bahía, popular sector de Guayaquil, ya hay camisetas a la venta con la cara del aludido señor y la frase de cajón ‘Tres garrotazos made in Av. del Ejército y la A...”.
El ciudadano en mención debe su “fama” a un audio de voz que luego se convirtió en video de YouTube, de una conversación privada con su mejor amigo y en la que detalla sus proezas con una pasajera.
El mejor amigo reenvió ese diálogo “xxx” a... sus amigos y estos a la ciudad entera.
Verdad o mentira, es el hombre que más se menciona en relajadas conversaciones.
Chicho y la Suca son harinas de otro costal... Aunque de absolutos desconocidos saltaron a ser estrellas que firman autógrafos.
El primero no es cantante ni actor, pero está entre los mimados del público.
La segunda es una especie de Kim Kardashian criolla, ella dejó su ciudad natal y vive una especie de fantasía urbana en la gran metrópoli... “si yo pude porqué ustedes no” parecería gritarnos cada vez que es noticia obligada de espacios de chismes.
Sus nombres de pila... pocos se lo saben.
Y si decimos Ángel Guerra nadie sabe quién es... pero si mencionamos “Suculento” inmediatamente el público -adolescente en su mayoría- saben que se trata del cubano que no canta ni baila, y que es uno de los participantes de los tantos reality que ahora tiene TC.
El está ahí por su carisma y sabe que durará en el programa el tiempo que la cámara quiera. Y el público al que a veces ni el nombre real les interesa tanto. ¿Es la nueva TV?