Estimados lectores, la dificultad económica que se vive a nivel mundial y local por la reducción de los ingresos petroleros ha generado que la administración pública reduzca la mano de obra contratada, por la falta de disponibilidad presupuestaria del Estado para honrar, en legal y debida forma sus obligaciones como contratante.
La no renovación de decenas de contratos de servidores públicos, quienes cumplían labores significativas en beneficio de la atención a la ciudadanía, presenta algunos matices, por ejemplo, por un lado, equilibrar la balanza de pagos, por otro, la reducción de ingresos en las familias de los servidores públicos desvinculados y finalmente, el riesgo de afectar la calidad de los servicios que el Estado debe prestar a la ciudadanía en general.
Es lógico prever que ante menor personal para la atención ciudadana, los servicios que hoy presta el Estado podrían verse afectados en su calidad, como consecuencia del insuficiente personal de apoyo para su cumplimiento, factor que deberá ser considerado con la seriedad y atención necesaria en beneficio del país, pues no se puede afectar a los ciudadanos, reduciendo la calidad de los servicios.
La administración pública tiene el ineludible reto de buscar mecanismos que permitan suplir la carencia de personal suficiente que satisfaga la necesidad pública. Es imperioso optimizar, no solo los recursos dinerales del Estado, sino optimizar los recursos humanos del mismo, fortaleciendo en los servidores, su capacidad para atendernos sin reducir la calidad de la gestión pública.
Sectores sensibles como la salud, la educación, la justicia, entre otros, no pueden ni deben verse comprometidos o en riesgo de vulneración por este tipo de reducciones. Anhelamos que los titulares de cada cartera de Estado implementen, los mecanismos necesarios para sostener la calidad alcanzada, incluso, aún con un reducido equipo de trabajo. Es obligación mantener la mejora del servicio que hoy presenta el Estado luego de tantos años de inoperancia.
La creatividad junto con la capacidad técnica de cada administrador de la atención ciudadana, deberán fusionarse en la implementación de ideas que permitan generar más con menos, ser eficaces y eficientes en el cumplimiento de la gestión pública encomendada.
Estoy seguro, que como un país unido e integrado en beneficio de toda nuestra familia ecuatoriana, sabremos superar los obstáculos que se presentan como efecto de la referida situación económica. Es necesario estar conscientes del duro momento que se vive y del mismo modo ser consecuentes tanto como ciudadanos y como administradores o servidores públicos en el manejo de los recursos de todas y de todos.
¡Juntos somos invencibles! (O)