El Telégrafo
Ecuador / Martes, 02 de Septiembre de 2025

El Gobierno francés presentó  los puntos esenciales de su futura reforma penal, una modificación que contempla la eliminación de las penas automáticas, amplía el número de plazas de prisión y refuerza los medios de la administración judicial y penitenciaria.
Acabado el arbitraje gubernamental sobre sus grandes principios, la ministra de Justicia, Christiane Taubira,  iniciará las consultas con las organizaciones sindicales de magistrados y de la penitenciaría, para que el texto sea transmitido después al Consejo de Estado y adoptado en el consejo de ministros, en octubre.

Las penas automáticas, según declaró  el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, han “demostrado su ineficacia”, porque la condena pronunciada por el juez debe poder ajustarse “a la gravedad del delito”.
Pero bajo la consigna de que ese automatismo es igualmente peligroso una vez cumplida la pena, no habrá tampoco liberación condicional automática o revocación automática de las remisiones, por lo que se apuesta por un dispositivo que establece un retorno progresivo y “enmarcado” a la libertad.

El proyecto, además, crea una nueva pena “sin suprimir ninguna”, aplicable a todos los delitos castigados con una sentencia igual o inferior a los cinco años de cárcel, que permite el control del condenado sin encarcelamiento, y facilita imponer obligaciones y prohibiciones actualmente no disponibles.

El objetivo de la reforma, según dijo  Ayrault, es “reforzar la seguridad de los franceses y garantizar el respeto de la ley (...) con la mayor firmeza, sea cual sea la gravedad de la infracción”.
“Una justicia eficaz es la que pronuncia sanciones firmes y apropiadas y previene la reincidencia”, indicó el jefe del Gobierno, que calificó de “ineficaces” las sucesivas leyes dictadas por su antecesor.

El plan, objeto de diferencias entre Taubira y el ministro del Interior, Manuel Valls, según una carta filtrada por el diario Le Monde, prevé además la creación de 6.500 nuevas plazas de prisión y un refuerzo “necesario” en los medios de toda la cadena judicial.

“Al suprimir las penas automáticas y favorecer las alternativas a la prisión, (el presidente) François Hollande ha escogido la línea Taubira en detrimento de la línea Valls, la laxitud más que la firmeza hacia los delincuentes”, criticó el presidente de la conservadora UMP, Jean-François Copé.