El Telégrafo
Ecuador / Martes, 09 de Septiembre de 2025

Estimad@s amig@s, este 1 de mayo se conmemoró el Día Internacional del Trabajo. Para t od@s, mi sincero reconocimiento por su esfuerzo y sacrificio diario. Con su trabajo contribuyen a edificar una mejor sociedad y por ende un mejor país.

Pero este 1 de mayo de 2016 ha sido diferente, enmarcado por la solidaridad que destacó a nuestros compatriotas, a raíz del devastador terremoto del 16 de abril y que también se puso de manifiesto entre nuestros agremiados, amigos, familiares y ciudadanía toda, quienes colaboraron de corazón en la recolección de insumos y víveres de primera necesidad para los afectados del terrible azote de la naturaleza; respuesta masiva que me hace constatar, que la dura lucha de liderar la Federación Nacional de Abogados del Ecuador y el Colegio de Abogados del Guayas, no ha sido en vano. Ha sido compensado con agradecidos rostros de mujeres, ancianos, niños y hasta de varones que incluso no se han avergonzado de soltar lágrimas de regocijo por nuestra presencia, en Chamanga, Mompiche, Muisne y caseríos esmeraldeños que por no estar reconocidos como parroquias o cantones, no constan en ningún mapa.

Agradezco y destaco el apoyo de los colegas y otros profesionales que no dudaron en sustituir el tradicional ‘desfile del 1 de Mayo’ por el caminar junto a mí, entre las casas y calles destruidas del sur de Esmeraldas, donde hemos tratado no solo de cubrir las básicas y urgentes necesidades materiales sino que se les pudo dar en los albergues orientación legal, psicológica, planificación en la reconstrucción de sus ilusiones derrumbadas.

Aquellos que hemos estado en la ‘zona cero’ hemos renovado nuestra convicción de no claudicar en la lucha del restablecimiento y respeto de los derechos ciudadanos, de la búsqueda de la equidad y la seguridad que requiere nuestra sociedad en el encuentro con la verdadera justicia social, y uno de los medios para conseguirlo es a través del trabajo comprometido y digno.

Hoy más que nunca debemos esforzarnos. Los ecuatorianos somos valientes y sabemos levantarnos. No es tiempo de celebraciones pero sí de esperanza. A pesar de las duras dificultades que enfrentamos, compartamos con el prójimo: optimismo, aliento, confianza. Es hora de estar unidos, pues la unidad y la cooperación de todos, sin importar ideologías políticas, logrará la reconstrucción, reactivación, crecimiento y desarrollo de nuestro país. ¡Juntos lo haremos posible! (O)