El golf vuelve a los JJ.OO. sin sus principales figuras
El golf está de vuelta en el programa olímpico 112 años después pero las principales figuras mundiales, lejos de mostrar ilusión, han declinado la invitación, poniendo en duda la continuidad de este deporte en próximas ediciones.
En 1904, en San Luis, Estados Unidos, solo dos países estuvieron representados: Estados Unidos y Canadá. ¿Quién sucederá por lo tanto al canadiense George Lyon en lo más alto del podio en Río de Janeiro-2016? No será el número uno del mundo, Jason Day. Tampoco el segundo, Dustin Johnson, ni el tercero, Jordan Spieth, ni el cuarto Rory McIlroy. En Río, en un magnífico campo construido en Barra de Tijuca y que levantó mucha polémica por su elevado costo, 60 jugadores (del 11 al 14 de agosto) y otras 60 jugadoras (del 17 al 20) representarán a 40 naciones.
Bubba Watson (5), Henrick Stenson (6) y Rickie Fowler (7) serán las figuras en Brasil ante la ausencia también de Adam Scott, Graeme McDowell, Branden Grace, Louis Oosthuizen, Charl Schwartzel, Vijay Singh y Hideki Matsuyama. “Es una pena ver cómo estos jugadores se retiran. Evidentemente, baja el nivel”, comentó el martes Justin Rose.
Un miembro neozelandés del Comité Olímpico Internacional (COI), Barry Maister, ya dejó clara su postura en junio en la radio Newstalk ZB: “un deporte no debería estar autorizado a continuar en los Juegos en un escenario así”.
La razón señalada de forma más habitual para esta cascada de bajas es el virus del Zika, transmitido por un mosquito que parece aterrorizar a los golfistas, expuestos en una disciplina al aire libre, rodeados de vegetación y humedad en un recorrido al borde del mar.
Pero, según los médicos y los expertos, esas preocupaciones “son exageradas” a no ser que quieras formar una familia, ya que el virus es peligroso sobre todo para las mujeres embarazadas o para aquellas que planean estarlo a corto plazo.
Y es que, del lado femenino, las mejores jugadoras del circuito estarán en Río, con la número uno mundial, la neozelandesa Lydia Ko, a la cabeza. A su lado, la canadiense Brooke Henderson (segunda) y la coreana Park In-bee (tercera), feliz de recuperar su “mejor forma para obtener un buen resultado”.
Las bajas de los golfistas podrían ser a algo más que a un mosquito: el oro olímpico puede no ser tan atractivo como el oro económico del circuito profesional.
Los golfistas están más atraídos por la chaqueta verde del ganador del Masters de Augusta que por la idea de subirse a un podio. (I)