A Denia Caballero no le gustaba cuando la ponían a lanzar piedras. La mujer que se colgó ayer la medalla de bronce en lanzamiento de disco en los Juegos Olímpicos de Río-2016 comenzó en la disciplina con ese rudimentario sistema de preparación. “La resistencia no era lo mío. Fue entonces cuando me dijeron que tenía que dedicarme a lanzar y me pusieron a lanzar piedras”, explica la medallista cubana sobre la historia de sus orígenes, una de las más curiosas entre las estrellas del atletismo.

Se entrenaba para heptatlón, pero en algunas de las pruebas no conseguía buenos resultados. Los entrenadores no sabían qué hacer con ella y entonces le dijeron que probara con lanzamientos de piedras en las primeras sesiones para ver hasta dónde llegaba.

Tras las piedras llegó la jabalina. Después el disco, que practica intensivamente desde los 15 años y con el que en 2015 consiguió la medalla de oro en el Mundial de Pekín. “La clave allí fue la paciencia”, contó Denia Caballero, destacando una de sus grandes virtudes.

“Mi historia es bien larga. Empecé a lanzar disco con 15 años. Ya había hecho tantas cosas en la vida que dijeron ‘vamos a ver si en el disco hace algo’. Fui saltadora, hice pruebas combinadas y por casualidad empecé en el disco”, explicó hace un año tras su título mundial.

Es muy raro ver a Caballero alterada y transmite sobre todo seguridad, tranquilidad y serenidad. Su madre no lo ve así y dice que realmente es demasiado vaga y perezosa, pero es complicado creerlo cuando se ve cómo sigue de manera disciplinada su rutina de entrenamientos. “Me encanta dormir, me pasaría el día acostada, pero cuando hay que entrenar soy la primera”.

Está tan concentrada en la competición que esta voraz lectora no se trajo ningún libro a Río de Janeiro. Ninguna novela, pero tampoco ninguna de las sagas multiventas de El Señor de los Anillos o Harry Potter, obras que ella adora.

Nacida en la provincia de Villa Clara hace 26 años, Caballero empezó a hacerse un nombre con su título en el campeonato de atletismo centroamericano y del Caribe de Mayagüez en 2011, además con un bronce en los Panamericanos de Guadalajara. En los Juegos Olímpicos de Londres-2012 no entró en la final, como sí hizo en el Mundial de Daegu-2011 (9ª) y de Moscú-2013 (8ª), como preludio a sus oros en 2015 en Toronto y Pekín.

En su día se tomaba la orden de lanzar piedras como un castigo. Ahora sabe que ese fue el principio de una bella historia. (I)