Cincuenta y seis años después, Jorge P. se atrevió a denunciar la violación de la que fue objeto, según él, por parte de un sacerdote en la ciudad de Cuenca.

Mientras Jorge narraba la historia, lágrimas rodaban por sus mejillas. El hombre dijo que cuando tenía 5 años el sacerdote César C. abusó de él en la escuela, de la que era su propietario.

En noviembre de 2010, el afectado acudió a la Junta Cantonal de Protección de los Derechos para denunciar que fue abusado sexualmente por el cura, pero no se dio trámite por la Fiscalía al indicar que fue extemporánea.

“Quiero mandar un mensaje a los niños de esa época que estuvieron conmigo y compartimos este mal momento, quiero que ellos sepan que estamos dispuestos a luchar”, indicó el denunciante.

El fiscal de Azuay, Adrián Rojas, dijo que se revisó la denuncia y no hay ingreso de la nota. “Si no se inició el proceso penal y la infracción se cometió hace 50 años, al momento está prescrita”.

La iglesia a través de Joffre Astudillo, secretario de Comunicación, precisó que la semana anterior recibieron una carta de la familia del afectado donde se narran los hechos. “El señor arzobispo tiene muy clara la posición y nosotros como iglesia también. Tomaremos las medidas necesarias que la iglesia establece en estos casos”.

Jorge espera que otras personas que sufrieron estas violaciones denuncien sus casos. (I)