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Miriam y Verónica temen que liberen a femicidas de sus hermanas

Miriam y Verónica temen que liberen a femicidas de sus hermanas
Foto: El Telégrafo
23 de mayo de 2019 - 00:00 - Redacción Justicia

Una historia similar y los mismos miedos unen a Miriam y Verónica. Ambas vieron morir a sus hermanas víctimas de la violencia machista, en junio de 2018. Ellas temen que los femicidas sean liberados, pues pronto cumplirán un año con prisión preventiva y aún no reciben sentencia.

Las audiencias de juzgamiento convocadas han sido suspendidas, diferidas o declaradas fallidas más de una vez. Eso aumenta su temor.

También, coincidentemente, ambas diligencias están reagendadas para la tarde del 29 de mayo de 2019, en el Complejo Judicial Penal del centro comercial Albán Borja, en el norte de Guayaquil.

Juicio convocado siete veces

Verónica es hermana de Judith Garzón, quien fue asesinada a sus 33 años por su pareja, Ricardo Gerardo L. F. El crimen ocurrió la mañana del 10 de junio de 2018. El hombre fue detenido horas después en casa de su madre.

La primera audiencia de juzgamiento fue convocada para el 26 de noviembre de 2018 y diferida por ausencia del defensor del procesado, según consta en la página web de la Función Judicial.

De ahí, se la agendó para el 21 de febrero de 2019, pero se suspendió porque un miembro del Tribunal de Garantías Penales tenía otra audiencia.

La nueva fecha fue el 18 de marzo y -aunque se instaló- quedó suspendida por horario (eran las 17:30). Lo mismo ocurrió 10 días después. El 7 de mayo se reinstaló y tampoco culminó porque los sujetos procesales tenían otras audiencias.

La continuación fue señalada para el 20 de mayo y se difirió porque el defensor del procesado presentó un escrito en el que decía estar indispuesto de salud.

“El Tribunal mantiene suspendidos los plazos de la caducidad de la prisión preventiva. En caso de reincidencia de la inasistencia del defensor del procesado la audiencia de juicio continuará con un Defensor Público”, consta en el acta de audiencia.

Una niña vio el crimen

En lo que va del año, 45 niños y adolescentes han perdido a sus madres en 35 femicidios, según cifras publicadas por la organización “Vivas nos queremos”.

INFOGRAFÍA

Pero hay casos en los que, además, los hijos ven cómo sus padres les quitan a sus progenitoras. Judith tenía cuatro hijos, la última -de 3 años- era la única procreada con el exmarino. Ella estuvo cuando su padre le disparó a su mamá en el pequeño dormitorio acomodado al fondo de una casa familiar situada en las calles Azuay, entre la 18 y la 19, en el suburbio de Guayaquil.

Verónica, su tía, cuenta que desde entonces la pequeña es muy nerviosa. “Si ve a dos personas peleando se pone histérica, grita y llora”. La niña también se niega a ir a los lugares que visitaba con su padre y tampoco quiere estar cerca del abuelo paterno (por el parecido físico).

El acusado se ríe

Miriam es la otra mujer que lucha porque la muerte de su hermana no quede impune. Amada Ruiz tenía 42 años. Su expareja le echó gasolina y la incendió en un poblado del cantón Nobol (Guayas). La víctima falleció 11 días después de estar en la Unidad de Cuidados Intensivos.

El crimen ocurrió el 28 de junio de 2018; el sospechoso Byron Jacinto Q. N. fue aprehendido 19 días después. Miriam, impotente, decepcionada y preocupada, se quejó porque el juicio ha sido interrumpido tres veces (diferido, suspendido y fallido). “La última vez me paré en la audiencia y pregunté si al año el acusado podría salir libre y me respondieron que eso no pasaría. Él me miró y se rió”, contó Miriam.

En este caso, el 29 de marzo pasado, el Tribunal encabezado por el juez Juan Carlos Valle suspendió los plazos de caducidad de la prisión preventiva. Pero esto no convence a Miriam y prefiere que todo se haga antes de los plazos.

Amada y Byron tuvieron dos meses de relación. Ellos vivían en un departamento con el último de los cuatro hijos de ella, de 13 años. “Si defendía a la mamá lo callaba y le decía que él no era marido. También le mezquinaba la comida y lo insultaba. Por eso ella se separó, decía que primero era madre y luego mujer”, narró Miriam.

Quince días después el individuo los llevó con engaños a una gasolinera; le dijo al chico que comprara algo y lo abandonó para llevarse a su madre y atacarla.

Los plazos

El abogado Steven Reyes explicó que la prisión preventiva caduca luego de un año de la detención y que ciertos profesionales del derecho usan artimañas para que las audiencias no se ejecuten y así sus defendidos salgan en libertad.

“La ley contempla sanciones para los abogados que no justifican sus inasistencias cuando la audiencia ha sido debidamente convocada con antelación”.

Reyes detalló que el Código Orgánico de la Función Judicial establece sanciones pecuniarias o impide el ejercicio profesional.
Además, “los jueces del Tribunal cuando ven que vencerán los plazos suspenden la caducidad para evitar que el procesado pueda salir gracias a esta alternativa”. (I)

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