José "Pepe" Mujica ordenó que cuando muera sea cremado y sus cenizas sean esparcidas en el árbol donde reposa su querida perrita de tres patas Manuela. 

El expresidente uruguayo falleció a sus 89 años y es velado en el Palacio Legislativo de Montevideo. Después será trasladado a un crematorio y -según su última voluntad- sus cenizas serán llevadas a la chacra que compartía con su esposa Lucía Topolansky y su perrita Manuela, fallecida en 2018. 

"Ya lo tengo dispuesto, he dicho que cuando me muera, me incineren y me entierren ahí debajo de un árbol, donde está Manuela", dijo Mujica a EFE, en una entrevista de 2020. 

Manuela era una carismática perrita mestiza de tres patas que vivió junto a Mujica hasta sus 22 años. 

La perrita perdió una extremidad cuando Mujica la atropelló sin querer con su tractor. 

El can fue la inseparable compañera del expresidente uruguayo e incluso apareció junto a él en entrevistas o cuando conducía su Volkswagen Escarabajo. 

Mujica dijo que Manuela era la "reina de la casa" y dormía junto a ellos en la estancia presidencial de la Colonia Anchorena. Por ello fue parte de eventos oficiales e incluso invitada en actos diplomáticos. 

En sus últimas apariciones públicas el uruguayo hablaba de lo mucho que extrañaba a su mascota y como su muerte forzó su retiro de la política. 

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— El Telégrafo Ecuador (@el_telegrafo) May 15, 2025