Nanluoguxiang mezcla la cultura tradicional china y la vorágine comercial
El paso del tiempo se ralentiza al ingresar en Nanluoguxiang, un hutong en el distrito de Dongcheng, al este de Beijing. Estos callejones tradicionales chinos, donde la arquitectura antigua se encuentra con la actividad comercial, parecen detener la ciudad por un instante.
Desde que cruzas la puerta roja y verde, con símbolos y decoraciones típicas, el aroma de la comida callejera y el murmullo de los visitantes. Los estrechos senderos obligan a esquivar bicicletas y mochilas, mientras casas de ladrillo gris y patios verdes te recuerdan siglos de historia.
Aquí se mezcla lo antiguo con lo moderno: aperitivos dulces y salados, souvenirs, ropa, trajes típicos, artesanías y perfumería conviven en una calle que palpita de vida a cada paso.
Historia del hutong Nanluoguxiang
Construido durante la dinastía Yuan en 1276, Nanluoguxiang es uno de los destinos turísticos más emblemáticos de Beijing. Su nombre fue registrado durante la dinastía Qing, cerca de 1750.
En aquella época, Beijing no se dividía en distritos, sino en ‘fang’, con 50 áreas separadas por callejones rectos que daban a la ciudad un patrón de tablero de ajedrez. Nanluoguxiang marcaba el límite de Zhaohui Fang y Jinggong Fang.
El hutong fue hogar de funcionarios de alto rango y personajes reconocidos de la época. Hoy, entre los patios de ladrillo verde y las tejas grises, se respira el legado histórico de China, como si cada rincón contara una historia.
Qué hacer en Nanluoguxiang
El sábado pasado, cientos de personas recorrían el hutong, comprando, comiendo o simplemente paseando. Aquí no hay grandes comercios: cada tienda es pequeña, íntima, y ofrece desde llaveros con caracteres chinos y figuras de arcilla hasta ropa y accesorios modernos.
Entre el bullicio, los precios son accesibles: unas gafas cuestan entre 50 y 100 yuanes (USD 5 y USD 10), y cada local parece tener un objeto que invita a detenerse y explorar.
Qué comer en el hutong
En 787 metros de calle, la oferta culinaria es irresistible. Helados que se derriten rápido, frutas cubiertas de caramelo, jarabe de ciruela y platos salados como fideos, hígados asados, calabaza, tofu y el clásico pato Pekín. Cada bocado es un viaje entre tradición y sabor contemporáneo.
Opciones para llegar
- Metro: líneas 6 o 8, estación Nanluoguxiang.
- Bus: líneas 5, 60, 82, 3, 13, 118 y 612.
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