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Radios comunitarias plantean penalizar la discriminación
El nombre de la radio kichwa “Ñucanchi Muscuy (Nuestro Sueño)”, de la provincia de Orellana, resume las aspiraciones de las 13 nacionalidades indígenas asentadas de manera dispersa en la región amazónica, en el norte de Esmeraldas y en Santo Domingo de los Tsáchilas.
Ellos no tenían un medio de comunicación, pero ahora sus emisoras transmiten señales de prueba, y está previsto que los equipos y las frecuencias sean formalmente concesionadas hasta mediados de este año.
Conscientes de la responsabilidad que significa administrar un medio de comunicación, alrededor de 60 representantes de las 14 radios comunitarias participaron esta semana en un taller de socialización del proyecto de Ley de Comunicación, organizado por la Secretaría de los Pueblos, en el cual se debatió su rol y se elaboró un documento con aportes para el proyecto.
“Por largo tiempo nuestras comunidades permanecieron olvidadas, pero con el actual Gobierno logramos obtener nuestras propias radios, un instrumento que nos permitirán difundir nuestra cultura y darnos a conocer frente a la sociedad con el afán de hacer realidad el Estado Plurinacional e Intercultural”, reza el documento entregado por el indígena épera Silvio Chiripúa, en representación de las nacionalidades, al titular de la Asamblea Nacional, Fernando Cordero.
Entre los aportes presentados también se propone que los medios de comunicación cuenten con un reglamento interno para controlar y sancionar las infracciones, y que al menos el 5% de su programación se emita en los idiomas propios de cada nacionalidad.
Solicitan que los medios entregados a las 13 comunidades indígenas no se denominen simplemente “comunitarios” sino también de “los pueblos, nacionalidades y organizaciones sociales”, y que se establezca como norma la difusión de contenidos educativos, sociales y culturales.
Su preocupación es que, en la práctica, no se cumpla con la asignación del 34% del espectro radioeléctrico para medios de comunicación comunitarios.
Con respecto a las sanciones, solicitan que sean de tipo judicial y no solo administrativas cuando se trate de la difusión de contenidos discriminatorios; y que de ser necesario se planteé resarcir a las personas o instituciones afectadas. Y precisaron que durante la programación de las radios comunitarias deberá precisarse cuando un criterio o pronunciamiento no corresponde a la postura oficial del medio.
El documento entregado a la Asamblea también señala que el proyecto de ley “no está escrito en piedra” y que se puede acoger otras propuestas para mejorarlo, pero que en cualquier caso, los pueblos y nacionalidades deben ser consultados antes de aprobar una ley.
Uno de los “nudos críticos” del proyecto de ley es la profesionalización, que en el caso de las radios comunitarias no tiene respaldo. “En nuestras comunidades ninguno tiene título universitario, por eso no creemos que los medios deban estar conformados solamente por profesionales de la comunicación”, sostuvo Oscar Chiripúa, de la nacionalidad Épera.
El representante kichwa Leonardo Grefa reconoció que será necesario empaparse sobre las leyes vigentes para no transgredirlas por desconocimiento y cree necesario que los medios comunitarios puedan financiarse con recursos públicos y privados.
Para la nacionalidad chachi, asentada en el norte de Esmeraldas -con 17.000 habitantes- todavía es desconocido el ámbito mediático. Su representante Wilton Díaz está preocupado porque no tiene claro qué producciones radiofónicas se pueden realizar y cuáles no, por lo que pide capacitación.
Dificultades en la transmisión
Jorge Santi, de la comunidad Shiwiar, compuesta por varios caseríos a los que se traslada solo en avión, tiene dificultades para que llegue la señal a su pueblo. Su meta es conseguir financiamiento para adquirir equipos de largo alcance y fomentar la producción radiofónica.
La emisora de la comunidad Siona opera actualmente en Lago Agrio (Sucumbíos), pero la meta es llegar a todas las comunidades, que están distantes unas de otras. Edith Criollo, representante de esa nacionalidad, pide apoyo.
Con ese propósito, la Secretaría de los Pueblos le entregará frecuencias, equipos y torres de transmisión hasta mediados de año, de acuerdo al número de comunidades y el área de cobertura.
Entre mayo y junio se socializará el proyecto con otros sectores indígenas, afrodescendientes, montubios y colectivos sociales, pues se prevé concesionar 20 frecuencias adicionales.
Según el proyecto de Ley de Comunicación, que se tramita en la Asamblea Nacional, las radios comunitarias tendrán al menos el 30% de la programación en su propio idioma y por al menos 10 horas diarias, respetando la equidad de género.
Su objetivos es rescatar la cultura, las tradiciones y el idioma de cada nacionalidad, además que es un espacio de servicio comunitario.