El Telégrafo
Ecuador / Jueves, 28 de Agosto de 2025

Pesillo despidió al dirigente Neptalí Ulcuango con alimentos y música (Galería)

Estos funerales se ofrecen cuando se trata de grandes personalidades

Dentro de la cosmovisión andina, la muerte del dirigente indígena histórico Neptalí Ulcuango Ayala, de 94 años, solo constituye una partida física porque su pensamiento y su lucha perdurarán por generaciones en los pueblos y nacionalidades de Ecuador, tal como ha ocurrido con Tránsito Amaguaña y Dolores Cacuango, quienes dejaron un legado invaluable.

Así lo explicó ayer Pablo Guaña, habitante de  la comunidad de Pucará de Pesillo, en Cayambe, al norte de la provincia de Pichincha, donde ayer fue velado y sepultado.

Falleció a las 04:30 del miércoles pasado a causa de una fibrosis pulmonar y tras estar internado del 5 al 20 de marzo en el hospital San Francisco, en el norte de Quito.

María Isolina Ulcuango, de 92 años, hermana de Neptalí, exclamaba ayer: “¿Por qué me dejas sola hermanito, por qué te vas? Siempre te vamos a recordar por las luchas que hiciste por tu comunidad”.

Ella lamentaba la partida física de Neptalí pese a que él les pidió que no lloraran cuando muriera: “no quiero que estén tristes...”.

Lo despidieron con música porque es tradición que se la utilice solo cuando se trata de velorios de grandes personalidades indígenas, como lo fue Neptalí, según dijeron miembros de la comunidad.

Además, como si se tratara de una reunión familiar, se repartió comida entre todos los presentes, elaborada con los productos propios de la “madre tierra”, esa que tanto amó y respetó Neptalí. Ese amor a la tierra que lo vio nacer en Pesillo fue lo que extrañó mientras estuvo hospitalizado. Tal vez presintiendo la muerte, su último deseo fue que lo llevasen de vuelta a la comunidad. Ante tanta insistencia, a los médicos no les quedó otra alternativa que darle el alta voluntaria, pero asistido con oxígeno. “Para qué me trajeron acá (al hospital), quiero estar en mi casa y curarme con mis hierbitas”, reclamó a su hijo Francisco y demás familiares. El 20 de marzo le dieron el alta y lo llevaron a Pesillo. El miércoles 1 de abril finalmente falleció. En la despedida de Neptalí estuvieron, incluso, varios de sus exalumnos, ya que fue uno de los primeros maestros de las escuelas bilingües de Pesillo y de varias comunidades de Cayambe y de las provincias de Pichincha e Imbabura.

Hablar de Neptalí es remontarse a  los comienzos de la lucha indígena

En reiteradas ocasiones Neptalí se refería a su lucha y de cómo sus comienzos fueron “en brazos y en la espalda de Tránsito Amaguaña”, conocida como ‘Mama Tránsito’, nacida el 10 de septiembre de 1909 en Pesillo, única mujer dirigente sobreviviente de los grandes levantamientos indígenas de Cayambe, en la primera mitad del siglo XX, previos a la reforma agraria. Neptalí fue el fundador de la Federación Ecuatoriana de Indios, la semilla de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (Ecuarunari), que se creó en junio de 1972. Quienes lo conocieron aseguran que hablar de él es hacerlo de los comienzos de la lucha indígena. De allí que era considerado dirigente indígena histórico, cuyas actividades le significaron ser encarcelado en Quito. Fue parte de una lucha que décadas atrás, en los años cuarenta con la participación indígena en la ‘Revolución Gloriosa’, demostró que este colectivo había comenzado a hacer presión con demandas que iban más allá de cuestiones agrarias, de la tierra o temas étnicos de conservación cultural: por cambios estructurales y fundamentales en toda la sociedad ecuatoriana. Neptalí solía contar que tras la muerte de su madre (Mercedes Ayala), siendo aún infante, se crió junto a su hermana mayor y a su vecina Tránsito Amaguaña, con quien iba al trabajo de la hacienda a realizar labores de agricultura. Decía que Tránsito representaba la solidaridad social, humana y humanitaria. Las luchas les costaron, incluso al papá de Neptalí, que les “metieran una senda garrotiza” en la hacienda en donde trabajaban.

Tránsito Amaguaña, Dolores Cacuango y Neptalí Ulcuango personifican -dicen en Cayambe- la lucha de las comunidades indígenas por el derecho a vivir con dignidad y ser reconocidas como parte fundamental de la población ecuatoriana.

Ayudó a cambiar  una realidad de explotación

Figuras como Tránsito Amaguaña, Dolores Cacuango y Neptalí Ulcuango fueron pilares fundamentales dentro de las luchas campesinas. Nacieron en una realidad de explotación y ‘encubrimiento’ por parte de la sociedad ecuatoriana, pero a partir de su organización fueron capaces de modificar una realidad que desconocía sus derechos.     

Logros como la Reforma Agraria tras el golpe militar de 1963 son fruto del esfuerzo de esos líderes.  

Testimonios de esa y otras luchas fueron recogidos en el libro Yo declaro con franqueza: memoria oral de Pesillo, de José Yánez del Pozo, y dieron cuenta de un proceso de reivindicación y el nacimiento de los movimientos indígenas en el país.

El mismo Neptalí menciona cuáles eran algunas de las luchas y prácticas que debían erradicar: ‘Toda la familia del huasipunguero tenía el sistema de yanapa, que era el de trabajo que cobraba el patrono porque se pastoreaban las ovejas en las aradas, en los rastrojos, en el cerro. Solamente por eso cobraban el trabajo de mano de obra […] La huasicamía en cambio consistía en que el huasipunguero con su mujer y sus hijos tenían que irse a servir al patrono en la hacienda… como a servicios domésticos, la mujer y los hijos; y el esposo, pues, ensillando los caballos, yéndose a traer leña, rajando leña, acarreando agua...”.   

Cuenta también que se consiguió que la asistencia pública y los patronos de las haciendas dieran las herramientas necesarias para trabajar la tierra, porque las que se usaban eran de los mismos huasipungueros: “el arado, la plata, la hoz, la barra… todo era de propiedad del campesino”.

Ulcuango fue abiertamente partidario de la huelga como un sistema eficiente de protesta, y al hablar sobre las reivin-dicaciones conseguidas menciona: “Si se decidía hacer una huelga, se elaboraba un pliego de peticiones… un papel conteniendo la lista de aspiraciones. Esto era, por ejemplo, primero el aumento de salario, porque desde que yo llegué a tener uso de mis razones, llegué a conocer que apenas ganaban 2 reales... También hemos tenido que luchar reclamando el límite de trabajo que es de 8 horas. Eso también se ha conseguido en el transcurso de la lucha que se ha dado”.  

Sin embargo, la lucha de los entonces nacientes movimientos campesinos no fue fácil: “A veces la lucha no avanza o también va para atrás cuando se presentan ciertos sistemas de represión como la cárcel y los insultos, el estropeo de los mayordomos, empleados de la hacienda contra determinados dirigentes o si no la pelea entre los mismos campesinos o la división por intereses pequeños”, contaba.