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El Telégrafo

“La izquierda tiene que prepararse permanentemente para el desafío de gobernar”

“La izquierda tiene que prepararse permanentemente para el desafío de gobernar”
24 de mayo de 2013 - 00:00

Son las 12:35 y el Palacio de Carondelet luce bastante sereno. Algunos turistas posan frente al graderío, cubierto con una impecable alfombra roja, por donde a diario caminan el Primer Mandatario y algunas autoridades. En el ala occidental hay una oficina de uso temporal del Vicepresidente de la República electo el pasado 17 de febrero y posesionado oficialmente hoy en la Asamblea Nacional.

Jorge Glas sabe mucho de lo que fueron estos últimos 30 años de lucha en el sector eléctrico y de las telecomunicaciones. En su léxico todavía saltan palabras de esa lucha y de los contenidos de muchos de esos proyectos y sueños. Y también es otro: el que tiene cifras de la economía y de lo social. Hace conexiones y “cruces” entre unos datos y otros. De hecho, le decimos que a ratos parece que habla el economista Rafael Correa y a ratos el ingeniero Jorge Glas. Pero no son dos ni uno: en su discurso, argumentos y posturas hay una coincidencia “extrema” de lo que los dos llevan en sí mismo: un proyecto político bastante asentado en algunos postulados construidos a lo largo de estos años.

Pero en Glas hay algo particular: enfatiza, con pasión y vehemencia, la necesidad de construir conceptos y realidades desde una nueva izquierda, alejada de todo dogmatismo e idealismo superficial. Se nota que tiene mucha crítica a los que dicen todo lo que se debe hacer y hacen poco porque temen arriesgarse a la equivocación. Confiesa que ahora duerme muchas menos horas que el año pasado y tiene por delante tantas cosas por hacer que no se alcanza para explicarlo todo en una hora y pico de conversación.

¿Después de la experiencia en la gestión pública, qué es hoy en día ser de izquierda?
Muchos se  han confundido, pero la izquierda es indudablemente una ideología, una visión de vida. Es tener la profunda convicción de que es posible tener una sociedad más justa con la implementación de políticas públicas. Hoy los empresarios comprenden que todos estamos mejor si les pagan mejor a sus empleados y cumplen con los derechos laborales. Antes toda la ineficiencia se cargaba a los servidores públicos, ellos eran los culpables de los apagones. Nadie decía que no había inversión, que se estaban robando la plata, que se regalaba el petróleo, que no había hidroeléctricas…

Alianza PAIS rompió varios esquemas con el Vicepresidente,  haciéndose cargo de las  discapacidadesNosotros planteamos que la izquierda tiene que prepararse permanentemente para gobernar porque se trata de un desafío. No basta con señalar los errores, hay que saber resolverlos, reconociendo que  el mercado existe y que éste no puede regir a la sociedad, sino todo lo contrario. La visión de la izquierda es ser eficientes en todas las actividades que se realicen para gobernar. No podemos ser eficientes si dejamos de aprovechar los recursos naturales no renovables en beneficio de la gente porque no podríamos financiar la infraestructura. Ineficiencia también es extraer ese petróleo y no sembrarlo en universidades, hidroeléctricas, industrias básicas y carreteras… El concepto de construcción que calificamos como Socialismo del Siglo XXI son las mismas políticas sociales que compartimos todos, pero buscando la manera de alcanzarlas lo más pronto posible y con el máximo de eficiencia.

¿Ser de izquierda es ser ecologista?
Creo que hay que ser ecologista en la izquierda y en la derecha. No se concibe un mundo sin la protección del medio ambiente. Aún no ha sucedido en el Ecuador porque no hemos enfrentado un alto proceso de industrialización, pero ocurrió en Europa con sus ríos; se demoraron 50 años en recuperarlos tras la industrialización de la posguerra. Es decir, todos debemos tener una profunda conciencia ambiental y, en el caso de nuestro Gobierno, reconocer los derechos de la naturaleza en la Constitución muestran que  tenemos una política de avanzada. El petróleo no lo fabricamos, está ahí, pero hay que sacarlo con máxima responsabilidad y con el menor impacto ambiental posible.

Hay una foto de Guayaquil, donde está el monumento del 9 de Octubre, donde se ven unas montañas que ahora ya no existen. Uno se pregunta cómo ocurrió eso y resulta que  de  ahí se extrajo el material pétreo para rellenar la ciudad. Entonces, ¿por qué sí es viable afectar una montaña para rellenar un espacio donde hoy viven los guayaquileños y ahora no aplicamos la misma política?

“El sueño termina cuando hayamos erradicado la pobreza y no dependamos del petróleo"Pero también están las extremas contradicciones entre quienes dicen: “No a la minería”, pero llegan a la Amazonía en sus vehículos 4x4 y no viven ahí. Nuestra meta es sacar a la gente de la pobreza, llegar a todos los ciudadanos con agua potable, alcantarillado, educación, servicios básicos... Pero quienes dicen “no a la minería”, “no al petróleo” y ahora “no a las hidroeléctricas”… viven en la González Suárez (norte de Quito), abren la llave y tienen agua potable, tienen agua caliente gracias al gas subsidiado por el pueblo. Entonces hay una doble moral y la ciudadanía no puede dejarse engañar, pero hay que estar atentos, porque como no tienen la vía democrática van a recurrir a canales ilegítimos, a la confrontación, amparados por ONG que tienen esos fines.

El presidente ha dicho: “Vamos a usar el extractivismo para salir del extractivismo”...
Quiere decir que vamos a convertir  un recurso que es limitado en ilimitado, porque el petróleo y  el cobre se van a terminar y existen distintas formas de gastarlos, pero lo difícil es usar esos recursos para crear un modelo  económico distinto.
El Gobierno irá a un modelo de industrialización avanzado. Vamos a desarrollar astilleros, siderurgia, metalurgia... iremos más allá del discurso: “No seamos exportadores de banano sino de puré de banano”. Eso está bien, pero planteamos ir hacia procesos con alta capacidad de procesamiento, es decir, hacia un verdadero modelo de industrialización, pero no podemos hacerlo solos, necesitamos el apoyo del sector privado nacional e internacional.
Hay que generar oportunidades de negocio, proyectos rentables que brinden oportunidades de desarrollo para el Ecuador y generen ingresos para la propiedad privada… Vamos a sentarnos con los verdaderos comerciantes, productores y empresarios que generen ingresos.

¿Ese proyecto se pensó desde el cargo de Ministro y no desde la Vicepresidencia?
Es un cambio bastante indescriptible porque, de hecho, conocí de la decisión de Alianza PAIS y del Mandatario un día antes de la convención nacional del partido. Hubo un proceso de votación al interior del buró –del que no fui parte- y que conocí a través del Presidente.

¿Cómo le dio la noticia?
Me contó un poco sobre el proceso de votación, que demoró  varios días y generó un debate intenso. Incluso porque Alianza PAIS rompió varios esquemas con el vicepresidente Lenín Moreno haciéndose cargo de las personas con discapacidad, un tema que contará con el mismo apoyo.  

¿Cuál es el cambio en el ciudadano Jorge Glas que desde hoy será Vicepresidente?
Es una enorme alegría. He sido parte de este proceso de transformación desde varias instancias, inclusive, siendo crítico con las cosas que se desarrollaban  en ese momento, pero llegó el momento en que se requiere de una profunda transformación  desde los sectores  estratégicos hacia los sectores productivos.

“La visión de la izquierda es ser eficientes en todas las actividades necesarias para gobernar”¿Para ese proceso se estaba preparando como Ministro de Sectores Estratégicos?
No necesariamente, porque una  visión desde los sectores estratégicos no podía ser absoluta. Un ejemplo de eso es la construcción de ocho hidroeléctricas con la matriz energética más amigable del mundo, gracias al potencial del Ecuador para la generación de energía eléctrica renovable. Ese recurso debe  estar al servicio del sector productivo y era necesario un cambio. Ya llevamos seis años hablando sobre el cambio de la matriz energética, pero esa era solo  una parte: el agua es a la vida lo que la energía es para el desarrollo. ¿Podíamos sin energía plantear un modelo distinto de desarrollo? No. Así como tampoco podíamos hacerlo sin  carreteras, puertos, aeropuertos, ni fibra óptica que unan a todas las provincias. Antes de este Gobierno,  todos hablaban de  cambiar el modelo de contratos petroleros, la generación de energía... y,  de hecho, hay proyectos hidroeléctricos que tienen más de 40 años como el Coca Codo Sinclair, Toachi Pilatón… Es decir, había claridad en lo que se tenía que hacer y era una bandera de lucha de la izquierda, de Pachakutik, del MPD…  esa lucha de estar en la vereda de al frente reclamando porque no  se hacían las cosas,   ahora sí se están haciendo.

¿Se están cumpliendo esos sueños?
Indudablemente que sí, pero todavía falta mucho por hacer porque el sueño termina cuando hayamos erradicado la pobreza y no dependamos del petróleo. Cada vez dependemos menos, pero todavía es necesario lograr que Ecuador tenga un modelo de desarrollo sostenible, basado en una economía del conocimiento  y  el talento humano; cuando  Ciencia y Tecnología sea el área que genere el mayor rubro para los ecuatorianos; pero  la única forma es la redistribución de la riqueza. Cuando se habla de redistribuir, lo primero que dicen es: “comunista”. Al fin un diario recordó que en el programa de televisión que conducía  hace ocho años mis entrevistados eran Alberto Acosta, Rafael Correa y otros líderes de la izquierda, sindicalistas, dirigentes eléctricos. Pero en esta coyuntura los de derecha me dicen “comunista” y los de   izquierda dicen que soy de  derecha,  y otros también me dicen extractivista.

¿Recuerda lo primero que le  dijo el presidente Rafael Correa cuando supo que sería su binomio?
Sé que fue un proceso bastante intenso, porque hubo hasta 10 candidatos, pero habían ciertas cosas que a mí me resultaban bastante imposibles, que  nunca estuvieron  en mis planes, aunque tampoco estuvo nunca en mis planes ser parte de un proyecto político hasta que una noche de 2006 me llamó el Presidente para pedirme apoyo en la estructuración  del nuevo Gobierno para  el sector eléctrico, lo que era Conelec, el Fondo de Solidaridad… Y me pidió hacerme  cargo del Fondo de Solidaridad, aunque nunca estuvo en mis planes de vida ocupar un cargo político.

Siento una enorme gratitud con Dios,  el país, Alianza PAIS y  el Presidente por esta oportunidad¿Es verdad que una de las primeras tareas encomendadas fue hablar con el ex presidente del Conatel, Juan Carlos Solines, para que detenga las negociaciones con la operadoras telefónicas?
Así es. Teníamos información de que estaban avanzando con esas negociaciones y le consulté al entonces presidente electo (2006), Rafael Correa, -cuya oficina quedaba a una cuadra de la Superintendencia de  Telecomunicaciones-:  “Si firman esto nos vamos a encontrar un  escenario como el de Alegro, donde había mafias conocidas enquistadas en una empresa pública”. Por esos días también estaban entregando la empresa eléctrica de Guayaquil a una administración privada. Entonces, previo a la autorización del Presidente, fuimos -Alberto Acosta  y yo- al Conatel y exigimos que se detengan esas negociaciones. Dimos un mensaje claro: si esas negociaciones continuaban nosotros después las revisaríamos, pero ya con el prejuicio de la sospecha. Creo que las operadoras tampoco quisieron seguir adelante con un proceso que luego sería revisado.

Ahora, ¿el nuevo Vicepresidente cuántas horas menos duerme?
Creo que ya dormía poco por las responsabilidades que tenía, pero lo que ahora siento es una enorme gratitud con Dios, el país, con Alianza PAIS y con el Presidente de la República por la oportunidad que me brindaron de servir al país. Es una enorme responsabilidad.

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